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Esa noche estaba aburrida de Jisu y su constante necesidad de afecto, no quería seguir siendo la encargada de mantenerla a salvo sufriendo de la posibilidad de ser acusada de drogar a su compañera, es por eso que esa noche perdió el control y empujó a Jisu desde el último piso del edificio.

Afirmaciones como esa eran las que llevaba soportando toda esa mañana sin oportunidad de defenderse. Los abogados de la familia Choi estaban atacando sin parar, pero ella debía seguir ahí escuchando sin hacer mayores expresiones. No podía negar que se le hacía difícil, sobre todo porque no sentía junto a ella la presencia de Jimin.

—¿Está siendo muy terrible? —Aeri se sentó al lado de su mejor amiga y suspiró intentando liberar toda la tensión que sentía sobre su cuerpo.

Jimin llegó esa mañana con intención de entrar y quedarse ahí como lo había hecho el primer día. Pero se paró afuera del edificio y se sintió incapaz de entrar. Se le paralizó el cuerpo por completo y ahí se quedó, pensando en qué era lo correcto. La noche anterior no había podido cerrar los ojos y dormir, ya que en su cabeza no se dejaban de escuchar las acusaciones en contra de su novia. La conversación que había tenido con Aeri tampoco había sido de mucha ayuda, debido a que se sumaba al montón de palabras que le impedían dormir.

Saludó a NingNing, Taeyeon y Tiffany. Esperó por Aeri y cuando la tuvo a su lado le contó sobre sus dificultades. La psicóloga le recomendó que se vaya a casa y se ofreció a escribirle constantemente sobre las actualizaciones de lo que sucedía.

Jimin aceptó, aunque no se fue a casa. Se quedó sentada en el exterior del edificio esperando en caso de que en algún momento le lleguen las fuerzas para poder entrar.

—Está siendo más duro que ayer. —respondió la psicóloga, sosteniendo la mano de su amiga. —Minjeong se ve calmada pese a todo.

—Ella es experta en hacer eso. Su rostro puede permanecer tranquilo, incluso te puede hacer sentir como que todo está bien y luego de un tiempo te das cuenta de que en su interior lo está pasando muy mal.

Aeri se sorprendió de la forma en que Jimin conocía a Minjeong, la podía leer incluso mejor que ella y eso la convencía de que ambas merecían tener un final feliz.

—Me alegra mucho saber que te tiene a ti a su lado, eso la mantiene fuerte.

Jimin cubrió sus ojos con sus manos y negaba avergonzada. —Ahora soy incapaz de estar con ella, es tan difícil para mí. —Giselle la acogió en sus brazos inmediatamente, creía que era eso lo que necesitaba.

—No tienes que ser fuerte todo el tiempo. —Le aseguró, porque los últimos días habían sido difíciles y entendía que su amiga comenzaba a sentirse agotada de todos los acontecimientos. —Estoy segura de que Minjeong entenderá.

Jimin tomó la iniciativa de alejarse de su amiga y limpiar rápidamente sus lágrimas. Cuando estuvo un poco más compuesta asintió. —Ella te debe necesitar más que yo. —Aeri ladeó la cabeza pensativa, no estaba segura si su amiga estaba evitando la conversación o si realmente deseaba que fuera a acompañar a Minjeong. Decidió creer en ella y dejó un beso en su frente antes de volver a entrar al edificio.

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Cuando se abrió la puerta de la sala de esperas, Minjeong tuvo la esperanza de que fuera Jimin, pero se trataba de su psicóloga, quien sonrió levemente al notar la decepción que tenía su paciente de verla a ella ahí.

—Lo más probable es que tampoco tengas que hablar hoy, intentaré aplazarlo hasta mañana. —Terminaba de decir Somi, aunque Minjeong parecía no estar interesada en las palabras que decía su abogada.

Mailbox. (WINRINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora