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Jamás pensó que algo tan básico como abotonar una camisa recién planchada, subirse los calcetines y anudar los cordones de sus zapatos se podía sentir tan bien. Todo ese tiempo encerrada le había hecho valorar lo básico de la vida, lo que nos hace humanos y desean quitarnos luego de cometer un error. —¿Te gusta? Somi dijo que tenías que verte seria. —Tiffany ajustaba su chaqueta para quitarle algunas pelusas.

—Me gusta. —Respondió Minjeong, viéndose en el espejo que estaba en esa pequeña sala de espera. Estaba muy nerviosa, pero no quería demostrarlo. Se devolvió a ver a Tiffany con una sonrisa. Ya había un pequeño bulto en su vientre que no pasaba desapercibido, tenía miedo de seguir perdiéndose ese proceso.

—Todavía tenemos 15 minutos, relájate. —Taeyeon leía algo en su teléfono mientras hablaba, también vestía formal, y aunque estaba nerviosa tenía que demostrarse fuerte para apoyar a su hermana. —Todo va a salir bien. —Finalmente dejó su teléfono de lado y miró a su hermana con suavidad.

Había llegado el primer día de audiencia, ese día parecía lejano inicialmente, pero finalmente estaban ahí.

Minjeong no sabía todos los detalles de lo que iba a ocurrir, pero sabía que Somi trabajó duro todo ese tiempo para conseguir liberarla de todo lo que la acusaban.

Tiffany seguía revisando el vestuario de Minjeong, era su forma de dejar de estar tan nerviosa. Ya hacía notas mentales de ajustar su traje del día siguiente porque la menor había perdido mucho peso durante su estadía en la cárcel.

Alguien tocó la puerta y las tres miraron con temor lo que pudiera ocurrir. —¿Puedo pasar? —La voz de Somi las relajó y Taeyeon le hizo saber que podía entrar.

La abogada entró, dejando su maletín sobre la pequeña mesa que estaba ahí y luego puso una mano sobre el hombro de Minjeong, apretó un poco a la joven y asintió como queriendo demostrarle que las cosas iban a salir bien. —Tengo un buen presentimiento. —Le hizo saber antes de volver a su maletín para así abrirlo.

Somi repasó un poco con las tres lo que iba a ocurrir en el primer día, para empezar Somi quería aclarar el tema de las drogas, ya que aquello era lo más fácil de negar y bajo su perspectiva era solo una excusa para intentar crear una imagen negativa sobre Minjeong. —No está planificado que hables hoy, pero ten en cuenta que toda reacción que hagas será observada.

—¿Jimin está aquí? —la pregunta sorprendió a las chicas. Todas sabían que las dos seguían escribiéndose, pero que tras la negativa de Minjeong de verla o recibir sus visitas nadie entendía bien cómo estaba la relación de las dos.

—Está afuera, pero si quieres que no esté en el público entonces puedo pedirle que se vaya, estoy segura de que Jimin lo va a entender.

—¿Puedo estar a solas con ella?

Somi miró nerviosamente a Taeyeon, quería asegurarse que estaba escuchando bien y que verse con su novia no fuera un problema. —Por supuesto. —Asintió finalmente. —Le haré saber que quieres estar con ella.

Minjeong esperó en silencio y soledad hasta que la puerta se abrió lentamente frente a ella. Sus ojos esperaron expectantes hasta que encontró a la chica que tanto tiempo llevaba sin ver, pero que jamás dejó de sentir. Jimin se paró frente a ella y la menor no dudó en acercarse y atraparla en un abrazo que deseaba que no terminara nunca. —Te extrañé tanto. —Su voz se ahogó entre la piel y la ropa de Jimin, pero igualmente escuchó sus palabras. La mayor acarició su rostro con tal delicadeza que Minjeong logró sentirse más frágil y delicada que nunca.

Jimin ocupaba un vestido de color negro, sus hombros se cubrían con un cardigan de puntos grandes y en ese momento Minjeong se dio cuenta de que era la primera vez que la veía usando prendas de ese tipo, fue un momento de realización. El invierno había acabado.

Mailbox. (WINRINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora