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—Te estoy diciendo que lleva en su habitación desde que llegó ayer. —Tiffany estaba en el balcón, bebiendo un café mientras los autos pasaban por abajo. —Claro, claro que le toqué la puerta e intenté convencerla de salir. —Tiffany rodó los ojos, un poco molesta por la forma en que su Taeyeon parecía juzgarla por su actuar. —Mira, no me interesa lo que hubieras hecho tú porque no estabas aquí. —No quería que esa llamada termine en una discusión, pero tampoco quería dar su brazo a torcer ya que por mucho que quería a Minjeong, sentía que Taeyeon se estaba librando de todos los malos momentos que pasaba su hermana.

Se puso con la espalda contra la baranda y desde entonces se quedó viendo el interior de su departamento mientras escuchaba el discurso de Taeyeon sobre lo importante que era ese álbum y como necesitaba un poco más de tiempo. De pronto, la imagen de una adormecida Minjeong apareció frente a ella. Parecía nerviosa y frágil, sus ojos algo rojos por haber llorado.

—Tu hermana está bien, me tengo que ir. —Iba a cortar el teléfono cuando decidió agregar algo más. —Llámala y habla con ella ¿Sí? Para ella es importante saber que te preocupas.

Se entró al departamento, cerrando la puerta corrediza para que no entre frío desde el balcón. —Minjeong, me tenías preocupada. —Dejó su taza de café sobre la mesa y se acercó a la menor para resguardarla en sus brazos. Minjeong pasó sus manos lentamente alrededor de su cintura y se dejó abrazar por Tiffany.

—Perdón. —La joven se sentía algo avergonzada por lo ocurrido la noche anterior, hace mucho no tenía una crisis como esa y le apenaba un poco que Tiffany tuviera que escucharla así. —Perdón, no sé qué me pasó anoche.

Tiffany negó rápidamente con movimientos de su cabeza y se alejó un poco para poder ver a Minjeong, acunando su rostro con ambas manos.

—No me pidas perdón, Minjeong. Me alegra saber que te encuentras bien ¿Pasó algo durante tu terapia? —Tiffany acarició su rostro delicadamente para así no asustar a Minjeong.

—Fueron muchos recuerdos. —Minjeong sonrió débilmente. —Entré en pánico y no podía salir de mi habitación. —Tiffany la volvió a abrazar, acariciando su espalda como si se tratase de un pequeño bebé. Al menos agradecía que Minjeong seguía ahí y que todavía confiaba en ella para resguardarse.

—Ya pasó. —La consoló, sin dejar de hacerle cariño en la espalda. Minjeong sonrió débilmente, pero fue suficiente como para tranquilizar un poco a Tiffany.

La empresaria no tenía hermanos menores ni primos cercanos, cuidar de Minjeong de esa forma la hacía sentir útil e importante en la vida de alguien, además de su novia. —¿Te gustaría desayunar algo? Anoche no cenaste, debes estar hambrienta. No tuvo que contestar, ya que justo en ese momento su estómago rugió lo suficientemente fuerte como para que las dos lo escucharan. —Haré panqueques, te puedes tomar una ducha entonces

Minjeong asintió, abrazando a Tiffany por última vez antes de irse a dar una ducha.

Después de bañarse y secarse, se puso ropa abrigada y aprovechó de revisar su teléfono. Tenía una llamada perdida de Jimin y un mensaje de texto deseándole un buen día, recordando que la pasaría a buscar en la noche para pasar el fin de semana en casa de sus padres. Le contestó con un cortante "ok", sabía que aquello no estaba bien, pero se moría de vergüenza de decir algo más después de lo ocurrido la noche anterior. También tenía varios mensajes de NingNing, la había dejado un poco de lado últimamente así que decidió escribirle de vuelta para que se junten a almorzar.

Cuando volvió al comedor, la mesa estaba servida con panqueques y distintos dulces para ponerle encima. También había chocolate caliente y algunas galletas.

Mailbox. (WINRINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora