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Jimin manejó con una sonrisa en el rostro, y no fue hasta el momento en que se vio por el espejo retrovisor que se dio cuenta de eso. No estaba realmente segura de qué estaba haciendo, sentía algo extraño con Minjeong. Era algo magnético, algo difícil de explicar.

Jamás le había pasado algo así con una persona. Se había enamorado antes, incluso creía seguir un poco enamorada de Jae pese a todo lo ocurrido. También había sentido atracciones de una noche que terminaban en sexo casual, pero con Minjeong era diferente a todo eso.

Estacionó y bajó las compras para luego entrar a su casa.

—¡Genial! Por fin podré tomar mi jugo de naranja. —Una irónica Somi la saludó desde uno de los sofás. Era divertido verla completamente despeinada y con pijama mientras trabajaba en uno de los casos que tenía.

—Perdón, surgió algo. —Se fue hasta la cocina para comenzar a ordenar las compras.

—Algo como...

Jimin se mordió la lengua, terminó de ordenar y se volvió a acercar a Somi, le lanzó una naranja y se sentó frente a ella.

—Me encontré con una amiga y su hermana en el supermercado, ellas me invitaron a cenar y acepté. —Sacó su teléfono para así escribirle a Minjeong que había llegado sin problemas a su casa.

—Recién hablé con Giselle y no mencionó estar contigo.

Jimin le lanzó una almohada desde su lugar mientras la abogada rompía en risas.

—¿Estás insinuando que no tengo amigos?

—Claro que no. —Somi dejó la almohada a un lado y comenzó a pelar su naranja. —Pero tampoco tienes tantos.

Jimin se quedó en silencio y supuso que quizá tenía un poco de razón, aunque no lo iba a admitir. —Por cierto, ya no es necesario que me acompañes a visitar a mis padres.

—¿Por qué? ¿Ya les dijiste lo de Jae y te quitaron toda herencia o Giselle ya puede?

Somi no quería confesar que estaba un poco desilusionada. La idea de poder salir de la ciudad y distraerse en un lugar nuevo era muy buena.

—Iré con mi amiga, ella no sale casi nunca y me pareció buena idea.

Somi notó lo extraño que era todo, no quería ofender a Jimin con el tema de tener pocos amigos. Pero tampoco podía hacerse la tonta, ya que las únicas amigas cercanas eran ella y Giselle, al menos como para querer llevarla a casa de sus padres.

—¿Y puedo saber de dónde salió tu amiga?

Jimin pensaba que si fuera una amiga común y corriente quizá hubiera respondido de inmediato y sin dudas, pero dentro de ella comprendía que su relación con Minjeong no era exactamente una amistad. Tampoco era algo más intenso, pero realmente quería evitar hablar de más sobre algo que no comprendía del todo.

—Nos conocimos en su trabajo y somos bastante cercanas, ahora si me disculpas. —Se puso de pie y estiró sus brazos junto a un bostezo. —Me iré a dormir, estoy algo cansada.

—Buenas noches. —Somi la dejó ir, pero anotó mentalmente el preguntarle a Giselle si sabía algo sobre esa misteriosa amiga de Jimin.

Jimin se arregló para ir a la cama y una vez dentro de ella tomó su teléfono para escribirle a Minjeong.

[Jimin] ¿Duermes?

[Jeongie] Estaba esperando saber de ti.

Se le formó una sonrisa de forma inmediata, no quería que sea así, pero no podía cambiar sus reacciones.

Mailbox. (WINRINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora