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Minjeong había despertado feliz y tranquila en tres lugares durante toda su vida. En su cama de pequeña, en su nueva habitación en casa de Taeyeon y Tiffany, y ahora aquí; en la casa de Jimin.

La mayor todavía descansaba acurrucada sobre su costado, sus piernas enredadas y sus cuerpos sin ningún tipo de ropa producto de la actividad de la noche anterior.

Las sábanas de su cama tenían una combinación casi perfecta de olores entre la lavanda de las telas y la mezcla del de ella y el de Jimin. De los tres lugares donde había sido feliz durmiendo, probablemente este debía ser el mejor de todos.

—¿Qué quieres desayunar? —Había estado tan perdida en disfrutar de todo el ambiente que no había notado que Jimin ya estaba despierta, aunque todavía no se movía.

—Lo que quieras tú está bien para mí. Aunque no es necesario, quizá quieras seguir descansando.

Minjeong no tenía idea de que en realidad ya tendría que estar trabajando, pero todo pasaba a segundo plano cuando se encontraba con ella.

—Me hiciste pasar una de las mejores noches de mi vida, lo mínimo que te puedo ofrecer es un café por la mañana. —Ante la mención de lo ocurrido anoche (o más bien dicho durante la noche) Minjeong se sintió pequeña y sus mejillas se pintaron de un notorio color rosa.

Jimin finalmente salió de la cama, un frío recorrió su cuerpo al dejar de sentir la presencia de la mayor. Incluso con la timidez que le habían provocado las palabras de Jimin, sus ojos continuaron observando la desnudez ajena mientras buscaba algo rápido para cubrirse.

Se acercó a Minjeong y besó sus labios rápidamente, algo como un saludo matutino. —En el baño hay toallas limpias, te espero abajo. —Minjeong seguía incapaz de poder hablar de forma apropiada así que simplemente asintió como si fuera un cachorrito.

Jimin bajó las escaleras estirando su cuerpo en el proceso, estaba un poco agotada por todo lo de la noche anterior y cuando entró a la cocina vio a Somi tomando su termo ya listo para irse a trabajar.

—No te voy a mirar porque todavía no estoy lista para verte después de todo lo que escuché anoche. —Jimin simplemente rodó los ojos ante las palabras de la abogada que rápidamente salía de la habitación, pero cuando ya estaba en la puerta se dio la media vuelta y dijo sus últimas palabras. —Si te hace gritar así entonces es la indicada.

Y después de eso se marchó, dejando a la publicista riendo mientras comenzaba a preparar café para dos.

Escuchó el correr del agua de la ducha que estaba en su habitación en el segundo piso, el sonido era tan claro que ahora no podía evitar pensar qué tanto había escuchado Somi de sus actividades de la noche anterior.

Intentando olvidarse de la idea, puso los puestos en la mesa para que luego pudieran comer ahí, se le ocurrió hacer tostadas con huevos así que prefirió esperar a Minjeong para que así todo esté a buena temperatura a la hora de comer.

En lo que seguía esperando puso su laptop en un puesto desocupado de la mesa y entró a su cuenta de la oficina para que así sus jefes supieran que estaba en línea. Aprovechó de contestar algunos correos y dejó de escuchar el sonido de la ducha, pero no veía ni sentía a Minjeong moverse mucho.

La curiosidad le ganó y decidió subir al segundo piso sigilosamente.

"Me gustaría poder verte hoy" Las palabras de Minjeong la hicieron parar a la mitad de la escalera "Lo sé, pero no creo que pueda esperar tres días ¿Podría ser hoy?" Se quedó completamente tiesa, hasta la respiración se le detuvo.

Mailbox. (WINRINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora