Jimin sabía que este momento iba a llegar tarde o temprano. No solo porque ella se lo merecía, sino también porque la relación lo merecía. Jae simplemente levantó su mano en forma de saludo, no se atrevía a ser el primero en hablar. Jimin se bajó del auto y sacó su bolso de la parte trasera del mismo.
La publicista pensó por un segundo que quizá podría ignorarlo y entrar a su casa sin siquiera mirarlo, pero aquello era imposible. Incluso aunque la relación estaba completamente muerta y sin vuelta atrás, quería escuchar algún tipo de explicación. Creerla o no, eso vendría después.
—Hola. —Jimin dejó una distancia de al menos dos metros entre ellos antes de hablar. Jae simplemente hizo una sonrisa incómoda y respondió con un casi inaudible "Hola".
—La casa es linda. —Comentó Jae, sus manos permanecían en sus bolsillos. Algo que Jimin conocía era el lenguaje corporal que utilizaba su ex cuando estaba nervioso.
—Tu casa también es linda. —Disparó Jimin. La verdad era que no tenía ganas de ser amable con una persona que había sido tan desconsiderada con ella, alguien que le había faltado el respeto de distintas formas y que hasta el momento no había sido capaz de pedir disculpas. —Supongo que vienes por tus cosas. —La menor se dio la media vuelta y comenzó a caminar en dirección a la entrada. No quería seguir hablando con Jae porque se acababa de dar cuenta de que su voz le provocaba un dolor de estómago y cabeza inimaginable.
Jae caminó tras ella sin saber qué decir. No tenía derecho a cuestionar la forma en que se dirigía a él porque sabía que le había fallado de formas impensables. Que había hecho crecer una bola de nieve hasta el punto en que terminaron todos aplastados por sus mentiras.
Jimin abrió la puerta de lo que no solo se había convertido en su hogar, sino también en su lugar seguro. Dejó su bolso sobre el sofá y caminó directamente hasta la cafetera para prepararse un café. Jae caminaba detrás de ella como un perrito perdido. —Tus cosas están en las cajas. —Jimin le daba la espalda, pero Jae notó las cajas al final del pasillo. El arquitecto se fue en dirección a ellas, quiso preguntar si alguna vez las sacó de ahí o si no había llegado a desempacar sus pertenencias.
Jimin lo vio como un castigo, el que Jae tuviera que entrar y salir con las cajas que estaban originalmente destinadas a formar parte de su vida.
En ese momento se dio cuenta de lo bajo que había caído al estar con alguien como Jae. Una persona que parecía perfecta en el exterior, pero que en realidad no valía nada. Una persona que le podía asegurar un futuro según los estándares de la sociedad, pero que basaba su cariño en mentiras y engaños. Alguien que era al parecer, incapaz de reconocer sus errores.
Jae terminó de cargar sus cajas en su auto y se paró frente a Jimin. Era el momento, pensó la chica. Si Jae quería decir algo por última vez, era el momento de hacerlo.
—Ya cargué todo. —Jimin asintió, no quería decir nada porque quizá podría lamentar sus palabras. —¿Estás viviendo con alguien? —Jae tenía la mirada fija en el montón de papeles que estaban sobre la mesa y que claramente no eran de Jimin.
Jimin simplemente sonrió, realmente no esperaba nada de Jae y aun así lograba desilusionar. —Con quien viva o no, eso no es de tu incumbencia.
—Tienes razón, perdón. —La idea de intentar iniciar una conversación simplemente había logrado hacer las cosas más incómodas. Jae había visto a Jimin molesta, pero nunca había sido el receptor de ese enojo. Jimin no tenía ningún interés en entablar una conversación amable y Jae sabía que tampoco se lo merecía. —Ya tengo todas mis cosas. —Volvió a meter sus manos en los bolsillos y se quedó quieto en medio de la sala.
ESTÁS LEYENDO
Mailbox. (WINRINA)
Fanfiction-¿Algún día le dirás quien eres? -Jimin nunca se fijaría en alguien como yo. Por eso Minjeong prefirió continuar escribiendo cartas para ella. [TW] Alcohol, adicción, depresión, violencia, etc.