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Somi no quería inundar a Jimin de pensamientos sobre las cosas que estaba investigando sobre Minjeong. No quería que de repente obtuviera información que podría dañar la imagen de la novia de su amiga y que por culpa suya existan problemas en su relación. Somi no tenía problemas en obtener los secretos más sucios de sus clientes y ocultarlos rápidamente para que esto no se sepa ante las autoridades. Este caso era diferente. Este caso incluye a personas que ella quiere mucho.

—¿Estás segura de que no hay problema? —Somi sufría de un catarro horrible, apenas había sido capaz de moverse esa mañana y ese mismo día se iba a juntar con Seulgi para hablar del tema de las cámaras de seguridad. Jimin la obligó a quedarse en casa porque claramente no estaba en condiciones de salir al exterior con ese clima tan frío. Somi dudó un poco, hasta pensó en cancelar la reunión, pero como no tenía tiempo que perder, no tuvo otra opción que aceptar la idea de Jimin.

—Claro que no. —Jimin volvía de la cocina con un té con miel y una manta para que Somi no pase frío. —Muchas veces siento que no estoy ayudando en nada para ayudar a Minjeong, esto es lo menos que puedo hacer.

Jimin apretó los labios en lo que acomodaba la manta sobre Somi. —No seas tan dura contigo. —Somi le regaló una sonrisa. —Esto que haces ahora significa mucho, además, estoy segura de que Minjeong está pensando en ti todo el tiempo y te ve como una de las motivaciones que tiene para soportar ahí.

Jimin se cruzó de brazos y dio unos pasos hacia atrás, viendo a Somi sin realmente prestarle atención. En sus pensamientos se encontraba únicamente el rostro de su novia. La extrañaba tanto que le dolía el estómago. Fue un poco incómodo para Somi, le costaba encontrar palabras para consolarla porque no podía imaginarse lo difícil que era para la joven publicista. Nadie está preparado para vivir una situación así.

Por suerte el sonido del timbre interrumpió ese incómodo silencio. Jimin casi corrió hasta la puerta, necesitaba distraerse con algo antes de que los pensamientos la comiencen a abrumar.

Al abrir la puerta se encontró con Seulgi. Las dos no se conocían, pero Somi le había hablado lo suficiente de ella como para hacerse una idea de cómo se veía. —Hola, debes ser Jimin. —La menor analizó a Seulgi y notó que era exactamente como Somi la había descrito. Traía con ella un aire de misterio y seriedad, era un poco intimidante, pero al mismo tiempo te daba la sensación de que podías confiar en ella.

Jimin le ofreció la mano y asintió. —Soy Jimin, mucho gusto.

La invitó a pasar y lo primero que hizo fue burlarse de Somi por parecer una anciana abrigada. De todas formas agradeció su profesionalismo, ya que otro hubiera preferido tomarse el día para recuperarse.

Seulgi se acomodó en el sofá frente a Somi y sacó de su maletín una computadora portátil. —Volví a revisar todas las cámaras de seguridad de la policía. —Había un tono de voz poco alentador, lo que hizo pensar a Somi que las cosas no habían mejorado. —Los ángulos no nos sirven de mucho, no podemos ver si había alguien en la habitación de Minjeong al momento en que ocurrió el accidente. —Explicó, mostrando algunas capturas que obtuvo de los vídeos de las cámaras. —Algunas incluso no funcionaban por lo que nosotras no podemos usarlas para salvar a Minjeong, pero ellos tampoco las pueden usar para culparla.

—Es decir, realmente no sirven. —Suspiró derrotada.

Jimin se encontraba en la cocina sin saber qué más limpiar. Se mantuvo ocupada en los detalles más pequeños con tal de poder permanecer ahí y escuchar la conversación que estaba ocurriendo en su sala de estar.

—Por otro lado. —Seulgi habló, haciendo que Jimin se congelara para escuchar bien lo que iba a decir. —Estuve revisando las cámaras de la tienda y me parece que hay algo importante.

Mailbox. (WINRINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora