25/ La segunda carta de Jimin.

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Había tenido diferentes oportunidades para escribir, pero siempre que tomaba en lápiz y el papel ocurría algo que la interrumpía y dejaba a medias todas sus ideas. Pero ahora la soledad era agobiante y lo único que logró hacerla sentir semi acompañada era el escribir esa carta.

Al principio la idea de recibir una carta equivocada le pareció descabellada, pero no le tomó mucho para darse cuenta de que nunca había sido equivocada. Las cartas siempre la habían tenido a ella como destino. No quiso cuestionar a Minjeong por decidir acercarse a ella de esa forma, la joven era tímida y aunque ahora se conocían muy bien, la idea de escribirse con un anonimato no tan anónimo era muy atractiva para ella. Creía que ambas eran capaces de expresar sus ideas sin sentirse obligadas a decir lo correcto.

Minjeong la estaba ignorando, y aunque no podía culparla por querer tomar su distancia debido a lo que estaba ocurriendo, tampoco podía negar que le ponía triste el que Minjeong no quisiera tenerla a su lado para apoyarla en momentos difíciles. Decidió que darle tiempo era lo mejor.

Aeri se había ido a trabajar y por lo que supo, Somi salió temprano para encontrarse con Minjeong, Taeyeon y Tiffany para comenzar a preparar el caso.

Había perdido la cuenta de cuántas tazas de café había tomado y el sabor comenzaba a asquearla un poco. A eso de las 12 decidió cambiar por un té y tomar su lápiz favorito para dedicarse a escribir la tan esperada carta.

Me alegra mucho escuchar que el apodo es de tu gusto, cuando era pequeña, mamá me llamaba así. No me alcancé a percatar en qué momento dejó de usarlo, pero supongo que desde ese momento dejé de ser una niña en sus ojos.

Antes de responder a tus preguntas creo que debería disculparme por el tiempo que me tomó enviar la respuesta. Últimamente parece que no soy dueña de mis tiempos libres y me he dado cuenta de que necesito toda mi concentración para poder escribirte. Pero no creas que me olvidé de ti, realmente no hay día en que no lo haga.

Jimin se quedó pensativa con respecto a esa última oración. Quizá se notaba demasiado que la carta no estaba dirigida a una persona anónima que acababa de conocer, sino que a su querida Minjeong. A la que tanto extrañaba.

He estado pensando en lo que dijiste en tu última carta. Dijiste que no buscarías a tu antiguo amor y que la guardarías en tu corazón, la verdad es que no creo que exista una forma más bondadosa de recordar y amar a alguien.

La felicidad viene y va, eso ya lo debes saber. Puede que sea algo cliché, pero realmente creo en eso que dice que lo bueno de tocar fondo es que siempre puedes ir hacia arriba ¿No? Lo importante, supongo, es que sepas rodearte de personas que te ayuden a salir de ese agujero. A veces hay que aceptar que no podemos hacer todo solos.

Su carta estaba siendo más que inapropiada por todos los mensajes ocultos que deseaba enviarle a Minjeong, quizá era por la desesperación de no poder hablar con ella de frente.

La conversación cara a cara es atractiva, pero es incluso mejor lo de las cartas ¿No crees? Es un poco triste que cada vez se utilicen menos, además mientras nos sigamos escribiendo tendré la oportunidad de ver a la linda cartera que reparte tus cartas.

No sé si puedo prometer que estaré bien. Creo que por primera vez la vida ha puesto dificultades frente a mí cuando anteriormente todo en mi vida parecía ser como la creación de una pequeña jugando con muñecas.

No es una queja, es que por primera vez siento que estoy viviendo y que yo estoy a cargo de tomar las decisiones. Ahora yo soy la niña, pero no estoy jugando con muñecas sino que con mi propia vida. Quiero hacerlo lo mejor posible y junto a las personas que quiero.

Me seguirás escribiendo ¿Verdad? Quiero que me sigas escribiendo, pase lo que pase. Incluso si no respondo, no dejes de hacerlo.

Con cariño, Yooji.

Jimin cerró la carta meticulosamente, a propósito había ordenado ropa en línea para obligar a Minjeong a pasar por su casa.

No podía encontrar forma de distraerse, apenas habían pasado unos minutos desde que terminó de escribir la carta y su cabeza ya había comenzado a dar vueltas en lo que estaba ocurriendo. Tomó su teléfono y revisó los diferentes mensajes que le había enviado a Minjeong, apenas uno había sido contestado con un "Te hablaré pronto", pero ese pronto parecía muy lejano ahora.

En la noche había visto los tres puntos que indican que le estaba escribiendo, pero luego dejaron de moverse y el punto verde desapareció de su perfil. Jimin temía que mientras más tiempo pase, Minjeong comience a pensar cosas incorrectas.

Ella no estaba segura de lo que había ocurrido aquella noche, pero se negaba a creer que su dulce Minjeong pudiera ser capaz de matar a alguien.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos con el sonido del timbre de su casa. La forma en que saltó de su lugar fue casi vergonzosa, es que realmente estaba desesperada por ver a Minjeong. Lamentablemente en el momento en que abrió su puerta lo que vio no fue a la chica parecida a un cachorrito, sino que a su mejor amiga.

—NingNing. —Las dos no habían sido presentadas, pero se conocían bastante. Sabía que su saludo no sonaba muy emocionado, quizá por la desilusión de haber estado esperando a otra persona.

—Hola Jimin, es un gusto conocerte. —La joven le pasó a Jimin los paquetes y le pasó el certificado para que firmara. —Me hubiera gustado que sea de otra forma y no con este horrible uniforme. —Ambas rieron, NingNing era una persona bastante divertida. —Estoy reemplazando a Minjeong. —Explicó, tomando el certificado de vuelta.

—¿Sabes hasta cuándo? —Jimin tenía miedo de preguntar porque quizá eso era algo que ella tendría que saber.

—Tiene permiso por tres días. Faringitis o algo así, aunque las dos sabemos que no es eso.

Jimin tenía miedo de hablar de más, así que simplemente asintió con una sonrisa cordial. —Fue un gusto, ahora tengo que repartir todos sus pendientes y los míos. —NingNing seguía manteniendo una sonrisa cordial aunque seguramente estaba agotada por todo el trabajo extra.

—Casi lo olvido. —La detuvo Jimin, entregando la carta que ahora contenía la dirección que Minjeong le había dado. Aunque por la reacción de la repartidora, seguramente sabía que la carta no iba a ese lugar.

NingNing analizó el sobre y asintió. —Gracias, la haré llegar.

Mailbox. (WINRINA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora