Capítulo 16

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Al llegar a la sala común Tom miro a Maia subir las escaleras

-Ya vuelvo.- dijo ella mirando a Tom.

-No hay prisa.- dijo Tom perdiéndose en su mirada en realidad era tarde.

Reacciona Tom, que esta pasándote. Pensó

Luego de unos minutos bajo Maia, con una falda por las rodillas de color negra, una camisa blanca que se amoldaba perfectamente a su figura, y unos zapatos que hacían juego al color de la falda, llevando el cabello recogido, y una chaqueta en la mano. Tom ya estaba vestido puesto a que solo debía cambiar su camisa y no tardo nada en comparación con ella.

Ambos se dirigieron a la cena cuando llegaron Slughorn abrió la puerta con una sonrisa.

-Tom, Señorita Maia. Temía que no vinieran, pasen ya todos están aquí.- dijo el hombre emocionado, Tom le da el paso a Maia y ella le agradece con la cabeza, pero antes de que este pueda seguirla el profesor lo frena y le susurra al oído -Es una chica muy bonita Tom.-

No sabe cuánto. pensó Tom

Pero al instante borro esa idea de su cabeza y miro a Slughorn con una sonrisa. Mientras el resto charlaba esperando la comida Tom decide si ir tras Maia luego de la cena para saber por qué estaba tan de caida, o quedarse con Slughorn para descifrar si se estaba "Enamorando" de esta misma, entonces algo interrumpió sus pensamientos.

- ¿Sabe señorita Black? Conozco a Tom hace 5 años y nunca lo vi con una chica... o bueno con cualquier otro estudiante. Por lo que para mi verla hablar con tanta confianza con el es algo que me alegra mucho.-

Termina de decir el hombre, a lo que Maia baja la cabeza algo incómoda y Tom la mira, un silencio se hizo en la mesa y de pronto llego la comida, al ver la reacción de Maia, el profesor prefirió cambiar el tema de conversación, pero ni Tom ni Maia prestaron mas atención.

Los minutos pasaron y ya todos habían terminado, Tom se acerco a su profesor.

-Señor, me gustaría poder hablar con usted a solas mañana en la noche, ¿podra ser?.- Pregunto el pelinegro.

-Tom, sabes que no tienes que preguntar.- contesto Slughorn asintiendo y este sonrio y se despidió con la cabeza nuevamente.

Se acerco donde estaba la chica Black

- Hay que irnos.- le susurró al oido.

Maia se levanto de la mesa tomando su abrigo. El castillo estaba helado de noche, y no había mucha luz.

-¿Podrias cambiarte y volver? Quiero hablar contigo por un rato.- le pregunto el chico, a lo que esta asintió y subió a cambiarse, se cambio colocándose una remera holgada, y un pantalón cómodo, ropa que le sentía muy bien y bajo encontrándose con Tom nuevamente ahora sentado en un sofá y se dirigió a su lado.

-¿Qué sucedió en esa "cita"?.- pregunto el chico con aire frio, serio inexpresivo

- Tom...- pero entonces el siguió hablando antes de que ella continuara.

-¿Te beso?.- pregunto nuevamente.

-No lo logro, no me atrae Nott, aun que es lindo y divertido pero...- dijo Maia.

-¿Pero?- la volvio a interrumpir.

-Pero si sigues interrumpiendo no te dire nada.- contesto la chica en tono de burla.-No es a quien busco yo...- siguió ella, pero antes de seguir hablando entraron unas chicas.

-Quiero seguir hablando... Sobre otra cosa.- le dijo Tom al oído.- ¿Vamos a mi habitación?.- Ella se sonrojo notablemente, algo que a Tom le atraía demasiado, pero entonces ella se dio cuenta de que él quería hablar así que asintió y ambos se pararon dirigiéndose lentamente a la habitación propia que tenia Tom.

Nadie los vio subir, aun que si lo hacían no era problema. Cuando entraron Maia admiro la pila de libros que tenia Tom en su escritorio, la ventana al interior del lago que tenía una perfecta vista que ella no tenia, la cama de Tom perfectamente tendida y al joven que bajo la luz del cuarto y el reflejo del agua de la ventana se veía esplendido.

-Puedes sentarte si quieres.-dijo Tom señalando su cama. Ella asintió se sentó a la par de Nagini y la empezo acariciar.

-Que linda vista tiene.- le dijo a tom

-Por la mañana temprano cuando llega el sol se refleja la luz en el agua y se ve muy bien.- contesto el pelinegro con su tono frio.

Se sentó a lado de la chica, mirándola a los ojos negros controladores pero confundidos, y corrió un mechón de pelo de su rostro poniéndola tras su oreja. Tom no se dio cuenta de que estaba tan cerca de ella que sus alientos chocaban sentados uno frente a otro en la cama del chico con una luz que favorecía notablemente a la pelinegra pálida.

- ¿Golpeaste a Nott como te lo pedí?.- pregunto él a lo que ella se negó riendo y él le sonrió.

No se qué es esto, no entiendo porque la veo con tanto cariño si eso no lo siento, ella con esos lacios cabellos negro y esa perfecta sonrisa sobre sus rosados labios por el frio...tan delicados que si la besara.pensó Tom.

Pero se contuvo y no la beso, en vez de eso tomo su barbilla y con su dedo pulgar acaricio suavemente el labio inferior de la azabache con deseo, a lo que la mirada de Maia se volvió misteriosa, como si ella fuera un gran tesoro, pero a la vez un problema, y en realidad eso era para Tom, un problema.

Con sus planes de volverse el mago más poderoso, de conseguir la inmortalidad, de no tener debilidades y su ventaja de no amar, pero la ultima se estaba desvaneciendo, cosa que Tom no quería pero no podía evitar, el comprendía que si veía otra lagrima caer de los ojos negros de Maia se desmoronaría.

Tom Riddle, el chico prodigio, el frio, inexpresivo, quien despreciaba a los impuros con todo su ser, y quien estaba a poco tiempo de abrir la cámara de los secretos para dejar salir al gran basilisco para limpiar el colegio, el se estaba desmoronando.

-Maia yo...- empezó Tom, pero al volver a notar el brillo en los ojos de la pelinegra se sintió extraño entonces se paro bruscamente. -Voy a cambiarme esta camisa. No, no te vayas em, aun no hable contigo de lo que quería... Ya ya vuelvo.- busco una camiseta y un pantalón mas cómodo y se dirigió al baño viéndose al espejo.

¿Qué rayos te pasa Tom Riddle? ¿Vas a permitir que una niñita arruine tus planes? Tendría que haberme puesto a investigar sobre los horrocrux hace ya un mes. Y estoy en mi habitación con una chica, ¿Por qué es tan distinta? ¿Por qué me distrae tanto?

Tom se vistió y salió del baño, pero al entrar nuevamente a la habitación se encontró con una Maia completamente dormida en su cama con una expresión tranquila, y Nagini encima de su pecho.

Este cayó de rodillas viéndola tan en paz, tan calma, tan hermosa.

Entonces la volvió a ver y noto como la camiseta que llevaba ella caía sobre su cintura, permitiendo notar una figura deseable para cualquiera, pero Tom la vio de forma tierna, tanto que no quiso despertarla, y quedo hay de rodillas contemplándola, parecieron pasar horas que para Tom fueron segundos que paso hipnotizado con la belleza de Maia descansando.

Hasta que se paro y tomo la chica suavemente en brazos metiéndola entre las frazadas de su cama y dejándose un espacio. No pudo hablar con ella sobre lo que quería, pero lo que estaba pasando era mejor, Tom beso la frente de Maia y quedo dormido a su lado.

LIMERENCIA [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora