Capítulo 19

1.7K 118 2
                                    

[🐍]

Pasaron varias semanas desde que los dos chicos confesaron sus sentimientos, Tom y Maia ya no tenían mucho trato se veían en clases, Tom seguía ayudando a la pelinegra el pociones por que se acercaban los exámenes previos a navidad, la ultima vez que hablaron fue cuando Tom le pidió el diario a Maia prometiéndole que después se lo devolvería, pero fuera de eso no hablan muchos aunque con la mirada sentían que se decían todo.

Tom se empezó a sentir extraño siempre que veía a Maia, ya no era el mismo Tom que fue al principio con ella, sentía la necesidad de acercarse y alejar a los otros chicos.

El chico encontró en la sección prohibida de la biblioteca el hechizo del Horrocruxes, le hacia falta encontrar la entrada de la Cámara de los Secreta para dejar salir el basilisco pero ahora dudaba en hacerlo. Creía que lo mejor seria aprender hechizos de protección, mejorar la Oclumencia y aprender hacer pociones que lo ayuden contra el Veritaserum, ya que si pasaba algo estaría en desventaja.

Esa misma noche como las ultimas Tom salió de la sala común, Maia lo había notado tomo la manta de invisibilidad siguiéndolo, al ser Tom reservado ella tenia curiosidad.

Empezó a seguirlo unos pasos lejos de el pero al subir la escalera Tom sintió un suspiro atrás de él se dio vuelta y apunto con la varita.

-Lumos.- susurro el chico pero no vio nada así que siguió. La pelinegra iba algo mas alejada llegaron al cuarto piso donde estaba la biblioteca.

¿Qué va hacer Tom en la biblioteca a estas horas? se preguntaba la chica.

-Alohomora.- susurro el chico dejando en candado suavemente en el suelo cuando empezó entrar a la sección prohibida con Maia siguiéndolo.

Tom abrió un libro de la nada grito muy fuerte y ella se sobresalto chocando contra una mesa, por lo que Tom se dio la vuelta y lanzo un hechizo.

-Specialis Revelio.- entonces la capa de la pelinegra cayo al suelo haciendo que esta quede al descubierto.- Maia ¿Pero que demonios...- empezó decir el azabache cuando escucharon una voz.

- ¿Quién esta allí?- era el cuidador del castillo.

Maia tomo la capa cubriendose vieron al hombre acercarse al pasillo pasando al lado suyo, cuando se alejo lo suficiente ambos salieron de allí con la capa encima hasta llegar al segundo piso donde se quitaron la capa.

-¿Que hacías siguiéndome Maia?- le pregunto Tom enojado caminando hacia ella y dejándola entre la pared.

Mientras ella estaba nerviosa y por mas que no quería se intimidaba por los oscuros ojos del chico que gracias a la ventana haciendo que la luz de la luna deje ver algo.

- ¡Contéstame!- dijo mas enojado porque la chica no le contestaba, así que Tom tuvo que recurrir a la Legeremancia.

¿Qué buscaba? Ni siquiera se porque lo seguí.

Claro que sabes, pensaste que iba a ver a alguien mas

Tom salió de la mente de la pelinegra y soltó una pequeña risa, Maia lo miraba confundida por su cambio de humor.- ¿Pensaste que me vería con alguien mas?- tomando la barbilla de la chica.

-¿Como...- empezó a decir.- Espera ¿Legeremancia Tom?- esta vez lo miro enojada.- ¿Usaste legeremancia conmigo, cuando te dije que no lo hicieras?

- No Maia no es así.- ella alzo una ceja.- Bueno solo esta vez y además tu posees una capa de invisibilidad y no me lo dijiste.

Ella se empezó a sentir algo culpable por no decirle a Tom cuando el le había contado cosas de el, pero ella estaba segura que el guardaba muchos mas secretos.

- Lo siento pero se me olvido.- pasos manos por sus brazos para darse calor.

Tom se dio cuenta que ella no llevaba la túnica y hacia mucho frio, así que saco la suya y se la puso a la chica.

- Vamos a la sala común.- dijo el azabache susurrando y tomando a la chica de la mano.

Al llegar a la sala se pelinegra se acomodo en el sillón cerca del fuego poniéndose de rodillas enfrente de ella.- No me tendrías que a ver seguido Maia.- le dijo acariciando el rostro.

- Tienes razón no debí, es solo que...

- Lo se Maia pero eso no pasara con nadie mas, creo que te deje todo bastante claro.- interrumpió.- Jamas te mentiría, a ti no.

- Estuviste muy distante y casi no te veía.- coloco su mano en la mejilla del chico.

-Estuve... estudiando Maia y averiguando cosas en las que es mejor no entres.- Tom la abrazo como pudo para luego sentarse a su lado mientras ella se acomodaba apoyando su cabeza en el hombro del chico.

- ¿Algún día me dirás lo que planeas?- le pregunto, él asintió

Tom le tomo una mano y empezó a acariciarle lentamente hasta que esta se quedo dormida, la tomo en brazos junto con el capa y se dirigió a la habitación de Maia.

Al llegar toco la puerta y le abrió Narcissa casi dormida, el chico explico que la había encontrado dormida en un sofá y la acostó en su cama retirándose, no sin antes dejarle un beso suave en los labios.

LIMERENCIA [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora