LIMERENCIA [1]

Capítulo 27

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Ya había pasado una semana y los estudiantes que regresaron a sus casas para las festividades navideñas, volvían nuevamente a Hogwarts para seguir con su rutina habitual.

Maia bajo a la sala común y un alegría lleno su interior al ver a su hermano después de algunas semanas sin verlo. De un salto lo abrazo enrollando sus piernas en las caderas el ojigris, si no fuera por los amigos de Regulus, ambos se hubieran caído.

-¡Aquí no se les perdio nada!- alzo la voz a varios estudiantes que se quedaron viendo la escena.- No sabes cuanto te eche de menos.- le susurro la pelinegra.

-Yo también te extrañe enana.- bajo lentamente a su hermana.- Pero no creo que esa felicidad, en tu rostro sea por que haya vuelto.- se burla.

-¿En serio? Ya no te vuelvo a dar muestras de amor ni de cariño.- le dice divertida.- Pero dime ¿Cómo les fue? No les estorbo la presencia de este.- señalo a su hermano y este la miro ofendido.

-Nos la pasamos bien, hubiera sido mas divertido si nos hubieras acompañado preciosa.- dijo Barty ganándose un zape por parte del Black.- ¡Auch!

-Es mi hermana, imbécil.- le reprocho.

-Eso ya lo se.

-Amigo mío, callate si sabes lo que te conviene.- le advirtió divertido Regulus.

-Hay ni que Nott se fuera a molestar...

-¿Y quién dijo que era Nott?- pregunto la pelinegra.

-Entonces si no es André...- se quedo callado cuando a su mente le vino el nombre de una persona.- Saben ire a desempacar algunas cosas, nos vemos después.

Los tres restantes se quedaron aguantando la risa al ver como se habia puesto de pálido Barty huyendo del lugar.

-No sabía que ya tenías, pareja.- comento Snape.

-Bueno ahora lo sabes.- Regulus le dio un palmada en la espalda de su mejor amigo, en forma de consuelo.

-¿Y a ti te fue bien con ellos?- le pregunto Maia a Snape.

-S-si, estuvo a gusto la estadía.- le respondió con nerviosismo.

-Que bueno que se hayan divertido.- le sonrió de lado.

-Gracias.- asintió.

-Ten...- Regulus le dio una cajita.- Feliz navidad, tarada.- Maia sonrió y abrió la cajita sacando una cadenita con un dije de una serpiente bañada en oro.

-¡Ahhh!- Maia no pudo evitar gritar y abrazar a su hermano.- Me encanta Reggie, ¿Me ayudas a ponermela?

Maia dio media vuelta y su hermano de coloco la cadenita en el cuello de la pelinegra. La Black miraba lo bien que le quedaba la cadenita, mientras que cierto chico la miraba con cierto brillo en sus ojos.

-Gracias, Reggie.- le sonrió.- Te voy a deber tu regalo.

-No es necesario.- alzo sus hombros.

-Los dejo solos para que se pongan al día, me imagino que tienen mucho de que hablar.- los hermanos asintieron y vieron como se iba Severus.