LIMERENCIA [1]

Capítulo 51

La pequeña Black se encontraba en su cama llorando, luego de estar en clases sentia que se ahogaba de tanto fingir que no le importaba lo que había pasado, pero era todo lo contrario. Odiaba a Tom, sentía el cuerpo arder, necesitaba irse de aquel lugar y alejarse de él.

La puerta se abrió de la nada y ella se sento en la orilla viendo de quien se trataba, era Tom quién miraba a Maia preocupado.

-Lárgate no quiero verte.- siseo fría entre llantos. Él cerró la puerta con un hechizo y se sentó en la cama.

-No quise hacerte daño.- dijo con voz rota.

-Pero lo hiciste Riddle.- susurra.- Deja de lado tus excusas, eso no hará que olvide lo que hiciste.

-No se que me pasó.- la miró, pero ella solo lo ignoraba. -Lo de Bellatrix fue un error que cometí por la bebida, y creeme me arrepiento mas de ello de lo que parece.

Ella se quitó las lágrimas de su cara y lo miró con odio.

-Da igual Riddle, no quiero verte mas.- se puso de pie para irse.

Él la pegó a la pared, no quería que se fuera, la necesitaba, la amaba y no quería perderla.

-Dime que puedo hacer, no quiero perderte, eres lo único que ha hecho que sienta algo, eres la única luz que hay en mi vida.- murmuró débil ante ella.

Un pequeño remordimiento se cruzó por la mente de Maia. Y notó que algo se rompía, quería perdonarle, quería besarle pero estaba enfadada, dolida y eso no se lo perdonaría tal fácil, se separó de él bruscamente.

-Ahora no puedes hacer nada.- dijo dejando a Tom peor de lo que ya estaba y salió de la habitación dejándolo solo.

Maia sólo camino a dos puertas más y entró sin tocar, llamando la atención de la castaña quien al escuchar que alguien entraba salió del baño.

-¿Maia?

-Porque me pasa esto a mí...- susurra abrazandola mientras lloraba nuevamente.

-Hay mi niña.

Emely correspondió el abrazo sentándose en la cama, la castaña acariciaba la espada como el cabello de su mejor amiga, dejó que llorara y que sacará todo lo que tenía acumulado en su interior.

-Soy débil...- murmuró Maia sollozando.

-No, claro que no lo eres cariño.- le dice Emely sin dejar de acariciarla.- Eres la mujer más fuerte que conozco y eso todos lo saben.