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02|El mirador
Siglo XXI

-Aquí, a su derecha, pueden observar un aljibe, como ven ahora está sellado, pero hace quinientos años esto se usaba como cisterna para almacenar el agua, mayormente potable. Antes estaba cubierto con una bóveda, pero en la última batalla que hubo en este castillo la bóveda fué destruida y quedó solamente un agujero inmenso de tres mil metros de altura. Y esto que veis justo al lado, era un pozo, donde tiraban a los traidores.

El guía se quedó callado un momento. Luego empezó a reírse, solo.

-Es broma chicos, donde tiraban a los traidores era en las mazmorras, que es lo que visitaremos después de la torre de homenaje. Seguidme todos por favor.

El castillo del rey Arturo no era nada aburrido, de hecho, me estaba gustando bastante. Quitando las casi seis horas en autobús, escuchando trap, producción de mis compañeros del final de bus, lo demás estaba bastante bien. El lugar era precioso, quitando la cuesta gigante que habíamos tenido que subir, pues los coches y autobuses no podían subir debido a las curvas que había. Y también que mis compañeros no dejaban de hacer comentarios absurdos en lugar de atender a nuestro guía.

-Oye Val, si tu hubieses nacido hace quinientos años seguro hubieses salido con el rey Arturo. Sois iguales de feos- río uno de mis compañeros. No respondí. Nunca lo hacía.

El guía, que estaba a unos pasos de distancia lo escuchó y se dío la vuelta:

-¿Crees que el rey Arturo no se casó porque era feo? No se casó porque murió en una batalla a los cuarenta y seis años.

-¿A los cuarenta y seis?- comentó divertido mi compañero- A esa edad ya nadie quería a ese vejestorio.

El guía, que parecía querer arrancarle la cabeza, respiró hondo y nos llevó a una parte donde había muchos cuadros. Entre ellos uno que estaba tapado con una sábana roja que parecía muy rica. Bueno, aquí todo parecía rico.

-Atentos todos por favor, quiero contaros la historia del rey Arturo, la real. No la leyenda que os cuentan en clase que no es más que pura bazofia.

La profesora bufó hastiada, genial ahora habría el doble de deberes.

-El rey Arturo, murió soltero y sin descendencia como ya sabemos, pues este señor, había sido embrujado por un brujo. La historia del rey Arturo cuenta que él y Cire, la hija del brujo, habían tenido un romance, un romance que solo duró un par de días para el príncipe por aquel entonces. Cire había marchado a su casa, en las profundidades del bosque, y había suplicado a su padre por ayuda. Su padre, cansado de que todos en el reino utilizaran a su hija, maldijo al, por aquel entonces, príncipe. Privandolo de todo derecho amoroso, pues no existía nadie tan fuerte como para romper el hechizo que el brujo había puesto en él.

¿Un brujo? El historiador dijo que era un mago. Y no recuerdo que mencionara nada sobre que mantuvieran un breve romance, sino, que el príncipe la había rechazado.

Quería preguntar pero, sinceramente, me daba mucha vergüenza.

-¿y ya está?- comentó una chica- ¿no hay nada más? Es decir, ¿no se enamoró?¿no lo rechazaron? ¿Nada?

El guía asintió: -déjame terminar por favor. El rumor se corrió por todo el reino, pues que un príncipe fuese maldito era poco común. Y aunque sus padres intentasen casarlo de todas las maneras posibles, las pretendientas acababan muriendo o desapareciendo de formas extrañas. Pero aún así- continuo- se dice que antes de llegar a rey tuvo un romance con una chica forastera muy extraña, que había aparecido de la nada. Y que también desapareció tiempo después. Pero no se sabe si eso es verídico o no. Así que mirad al rey Arturo.

Una Esposa Para El PríncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora