||36||

138 13 6
                                    

36| Nuevo comienzo

-¡Arriba!¡Vamos a entrenar!

El grito me pillo tan desprevenida que de la cama acabé en el suelo espatarrada.

-¡Papá!- exclamé levantandome y tirándole un jarrón que había en la mesita junto a la cama.

Pero este ser, con su inmesa suerte, lo detuvo agilmente con tan solo un movimiento de mano y el jarrón quedó suspendido en el aire.

-¿Acabas de tirarle un jarrón a tu padre?- preguntó irónicamente.

Al parecer visitar el siglo XXI le había sentado bien. No sabía como hablaba antes de conocerlo ahora, pero debía haber hablado como todo el mundo aquí.

-No.

-Bien. Pues a entrenar- tras eso salió de la habitación y el jarrón, que segundos antes había estado suspendido en el aire, cayó al suelo haciendose añicos.

La puerta volvió a abrirse, la cabeza de mi padre apareció, su cara estaba lívida.

-No le digas eso a tu madre cuando volvamos a ser la familia feliz, era su favorito.

Asentí con ironía.

Volvió a salir de la habitación cerrando la puerta y esta vez si me puse de pie.

Había un armario junto a la puerta, no dudé mucho antes de abrirlo y mirar en su interior. Ropa de colores es lo que me recibió pero sobre todo, ropa de color azul almarino.

¡Mi color favorito!

Creo que este había sido mi armario antes de todo.

<<Todo>>

Una palabra que embargaba todo lo que me había sucedido y que, por mucho que pareciese, a mí, se me hacía corta.

-¡Valeria!- el llamado de mi padre me hizo coger ropa al azar del armario y soltarla sobre la cama para vestirme sin importar que era lo que había cogido.

Diez minutos después me encontraba fuera de la choza con mi padre dando vueltas a mi alrededor.

-¿Con qué quieres empezar? ¿Combate?¿Armas?¿Naturaleza?¿Poder?

-¿Qué es todo eso? ¿No puede ser algo más...high?

-¿High?¿Qué demonios el high? Señorita hablemos con vocabulario del mismo siglo.

Enarqué una ceja.

-Es aburrido. Y extraño.

-Pues antes lo hablabas de maravilla y ni siquiera sabías lo que era el sarcasmo.

-Apuesto a que tú tampoco antes de ir a buscarme.

-Touché.

-¿Fuiste a Francia?¿Sin mí?- interrogué ofendida.

-¡Tenía que hacer algo mientras te buscaba! Aprender idiomas por ejemplo.

-Ya.

-Entonces, ¿qué?¿Combate?

-No- negué- ¿Lo de las ninfas? Eso que dijiste...

La cara de mi padre cambió completamente.

-¿Por qué ya no te pareces a mí? Ahora eres aburrida.

Una Esposa Para El PríncipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora