La puerta del departamento de Minho fue abierta desde afuera estando él solo. Jisung se había ido hace más de una hora así que era imposible que volviera.
El corazón de Minho estaba latiendo rápido. Ya había pasado un día y su mente le estaba recreando escenarios de sus sueños.
- ¿Minho?- la voz de su padre se escuchó y eso lo hizo suspirar fuertemente.
Lo calmaba un poco saber que era su padre pero las uñas de sus manos seguían rasgando sus pantalones.
- ¡Minho!- se asustó su padre entrando rápidamente al ver los pantalones llenos de sangre- ¿qué ha pasado?
Minho miro sus manos confundido.
Las llemas de sus dedos estaban peladas y sus uñas agrietadas por la fuerte presión que estaba ejerciendo.
- Solo estoy nervioso- dijo Minho sonriendo levemente.
- Debes cambiarte en unas horas vendrá tu abogafo y no puedes verte con las manos ensangrentadas por algo así- dijo el señor Lee levantando a su hijo para llevarlo al baño, poniéndolo en la tina-. Empezó a desvestir a su hijo abriendo el grifo para que agua fría cayera sobre él y lo calmara.
Cuando el señor Lee ya lo había desvestido por completo, salió del baño y limpió la habitación de su hijo.
- Te he conseguido un abogado, dile todo y has todo lo que él te diga- hablaba el señor Lee mientras recogía potes vacios de ramen y botellas de gaseosas.
El departamento de Minho nunca estuvo tan sucio como lo estaba ahora pero su padre lo entendía.
Minho abrazaba sus piernas con fuerza mientras dejaba que sus lágrimas se deslicen camuflados entre el agua de que le caía.
El corazón del señor Lee se estrujó cuando escuchó un sollozo de su hijo. Al principio fue leve pero con el pasar de los segundos, el llanto de su hijo había aumentado como si alguien lo estuviera matando.
El señor Lee se sentía tan culpable. Había dejado a su hijo solo por mucho tiempo y aunque sabia que su hijo era incapaz de tales atrocidades, no podía ayudarlo. No podía cumplir con su rol de padre y consolar el llanto de su hijo.
Cuando Minho salió del baño ya vestido, su padre preparó café y unas tostadas, teniendo también en la mesa una caja de medicamentos.
- ¿Puedes hablarme de lo que sucedió?- preguntó el señor Lee acercándose a Minho para ver sus dedos.
- Creía que solo eran sueños...
- Pero ¿tú estás seguro que eres tú?- preguntó el señor Lee poniendo desinfectante en sus dedos.
- Si, era yo pero no soy capaz de matar a nadie, papá, yo ni siquiera sé quiénes eran, solo las reconocí en la comisaría- respondió Minho-. Y a otra la vi muerta al tocar su brazo. También puedo ver a las mujeres muertas si las toco.
- Si estás seguro de que eres inocente...
- No dije eso, no estoy seguro de nada- dijo Minho viendo como su padre le colocaba alguna pomada a sus dedos para luego taparlos con apósitos pequeños.
- Dejé a tu madre porque era violenta y quise protegerte. En realidad tuviste un hermano gemelo- dijo el señor Lee pasandole una antigua fotografía de dos bebés-. La corte solo me dio la potestad de uno de mis hijos y tu madre no me dejó ver a tu hermano, se llamaba Lee Know... Hace un año fui a ver a tu madre pero Lee Know ya no estaba... Hace más de 10 años que él se había ido del país solo.
- ¿Pero eso qué tiene de importante ahora?- preguntó Minho confundido.
- Solo te lo cuento porque deberé de mencionarlo al abogado- dijo el señor Lee yendo a lavarse las manos-. Te ayudaré en todo lo que pueda, hijo. Sé que eres una buena persona...
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Escribiendo un homicidio (Lee Know/ Lee Minho)
De TodoMinho es un simple universitario, escritor, especialista en suspenso y terror. Sus historias son publicadas en la universidad, haciendo que más de uno tiemble de miedo al leerlas por ser tan realistas. Esto hace que llame la atención de Hyung Jung...