Años antes
VALETTE
Odiaba los entrenamientos, sobretodo porque cada vez se ponían más raros. En un inicio habían sido cosas simples: examenes de sangre diarios, pruebas físicas básicas. Luego empezaron a explotar mis límites.
Cuántas horas de entrenamiento puedo aguantar, cuanta resistencia poseo, cuantos sedantes se necesitan para dormirme, con que armas tengo más o menos ventaja, cuanto peso soy capaz de aguantar. Había descubierto algo bastante interesante, y era que mi fuerza parecía incrementar con la luz del sol. Por alguna extraña razón, luchaba mejor cuando era de día que de noche. No tenía idea a que se debía, pero gracias a ese detalle tuve que hacer entrenamiento extra por semanas. Tal y como había dicho Ymir, yo era una rata de laboratorio, teniendo fascinados a los científicos.
En especial a ese Jaeger, era de conocimiento público que al parecer era medio hermano de Eren, pero era totalmente insoportable. Nada que ver con mi mejor amigo. A menudo me preguntaba como se lo tomaría Eren al enterarse de que tenía un medio hermano.
Lo que me hacía odiar más a Zeke era su falta de humanidad, era el tipo de persona que estaba totalmente de acuerdo al rol de los eldianos en su asquerosa sociedad. Me parecía demasiado irreal para ser cierto. O quizás solo estaba fingiendo, al igual que yo. También me preguntaba a menudo si es que yo no les parecía igual de repugnante a Reiner y Berthold. Aunque probablemente ellos si supieran que yo estaba fingiendo.
Jamás habían dejado de ser precavidos comigo. Ahora estábamos a unas pocas semanas de lo que sería "la conquista" de Paradis. Apenas y veía a mis antiguos amigos, de cualquier forma, yo ya estaba maquinando mis propios planes.
(....)
El sol entraba cálido por mi ventana, estaba recostada en mi cama aún sumida en una especie de sueño, fruncí ligeramente el ceño, alguien me estaba hablando.
Entreabrí los ojos con irritación.
-¿Qué? - le dije toscamente a Bruno.
Él frunció el ceño, devolviéndome el gesto.
- Te han dado el día libre. Pensé que querrías saberlo.
Me incorporé lentamente. ¿Día libre? Eso era extraño, probablemente tendrían una reunión importante en el cuartel y querrían que no esté presente.
De cualquier forma, eso significaba que podía ir a pasear por las playas de nuevo.
Me preparé rápidamente, poniéndome mi ropa de civil. Me hice una coleta alta, últimamente me había acostumbrado a peinarme así. Me coloqué con desgano el brazal gris, quedaba horrible con la ropa.
Salí de la habitación, Bruno, Angelo y Carlo se posicionaron a mi lado en una perfecta formación. Suspiré.
Me agradaban, a pesar de que en un inicio nuestra relación se había basado en miradas de asco por parte de ellos, y comentarios sarcásticos de mi parte, apreciaba a ese trío. Empezaba a temer que en algún momento debería noquearlos, o incluso peor, tener que matarlos. Mientras ellos me siguieran a todos lados, nunca podría escapar.
Hice las ideas a un lado, no podía permitirme dudar, si quería regresar a Paradis, nada debía interponerse en mi camino. Caminamos dirigiéndonos hacia la salida del cuartel.
Había alguien esperándome en la puerta.
- Vaya que las mujeres demoran en arreglarse - Porco hizo una mueca - Pieck debe ser la única excepción.
Me obligué a darle mi mejor sonrisa.
- ¿Qué haces aquí, Porco?
- ¿No es obvio? - rodó los ojos- soy tu cuidador designado.

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you | armin arlert [snk]
Fanfiction" - Soy una enemiga - dijo con convicción provocando que mi corazón se estrujase. Ya lo sabía. Pero dolía, dolía verla de esa manera, con una cuchilla apuntando a mi pecho mientras temblaba débilmente. ¿Como era posible que aquella chica a la que ha...