" - Soy una enemiga - dijo con convicción provocando que mi corazón se estrujase.
Ya lo sabía.
Pero dolía, dolía verla de esa manera, con una cuchilla apuntando a mi pecho mientras temblaba débilmente.
¿Como era posible que aquella chica a la que ha...
Quería llorar de impotencia, mi cuerpo no reaccionaba. La cristalización que me cubría me impedía cualquier tipo de movimiento. Era totalmente inútil ahora.
Todos mis amigos estaban luchando allí afuera, y yo que se suponía que debía protegerlos, estaba totalmente inmóvilizada.
La desesperación podía conmigo. No quería que suceda de nuevo, no quería fallar de nuevo. Había fallado ya demasiadas veces. Había fallado en volver a Paradis, había fallado en cumplir mi promesa con Armin, no había podido proteger a mamá y a Zofia, me había fallado a mí misma. Y ahora le fallaría a mis amigos.
- No puedo salvarlos... Nunca puedo... De qué me sirve tener todo este poder... Si de nuevo... ¡No puedo hacer nada! ¡Si no sirvo para nada!
Había intentado salvar a Armin también, aún a costa de mi propia vida. Pero había vuelto a fallar, y aquel titan lo había devorado. Probablemnte él también estaría muerto, al igual que yo. Ahora ambos estábamos...
¿Muertos?
Espera... Si se supone que estoy en mi cristalización...
¿Por qué no he muerto por la falta de oxígeno?
Sí se supone que estoy atrapada en el cristal... ¿Por qué sé todo lo que está pasando allí afuera?
Miré alrededor. Ahí estaba. Mi cuerpo inmóvil cristalizado, pero también estaba yo, parada frente a él.
¿Qué era aquello?
Todo era oscuridad a mí alrededor, no veía más allá de mis propias manos y mi cuerpo cristalizado frente a mí. No sabía si había paredes, o un techo. Ni siquiera un piso.
Me arrodillé en el suelo. Intentando palparlo. Era... Arena.
¿Arena? ¿Cómo cuando estuve en los c...?
Todo se iluminó a mi alrededor, mi cuerpo cristalizado frente a mi desapareció. La arena se volvió de una tonalidad azul y un cielo estrellado se extendió sobre mi cabeza. Y ahí al fondo... Aquella luz amarilla...
... los caminos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Era cierto, estaba allí. ¿Pero cómo? ¿Acaso no debía estar muerta...?
Caminé dubitativamente hacia aquella luz, no podía estar muerta. Me sentía incluso más consciente y lúcida que nunca. Aquello era real.
Tan real como hace un par de horas cuando Eren nos llevó hacia allí para decirnos que no valía la pena dialogar, tan real como cuando Armin tomó mi mano en ese instante..