4. LA CITA

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James

Miraba por la ventana de la casa mientras esperaba la hora de buscar a Olivia. Mi tio insistió que me llevara uno de sus autos, pero no, usare mi Civid, no es tan lujoso como los Mercedes Benz o un Rolls— Royce de los que tiene mi tio, y quizás el pensara que su pequeña Olivia no es digna de montarse en un Honda como el mio. Pero no quiero que los chicos me vean mal. Si ella va a salir conmigo, debe ser en mi auto.

— Todo va estar bien hijo — la voz de mi madre me distrae de mis pensamientos.

— No estoy preocupado — le contesto, aunque si lo estoy. Se que al llegar Olivia saldra con una niñada y me dejará botado.

— James eres mi hijo, te conozco y sé si lo estás — me dice y me abraza por detrás y posa su cabeza en mi hombro.

— No quiero quedar mal con el tío, pero no se si la logre convencer — digo y ella me toma por los hombre me voltea para que la mire.

— James eres guapo y eres un buen partido para cualquier chica, ella no te dejara pasar, ya veras — dice mientras me acaricia el rostro

— Ella puede elegir a cualquiera, quizás a uno de mis primos — le digo

— Deja de decir tonterías, conoces a Henrry y siempre se sale con la suya. Ya verás que en cuanto menos lo pienses se casan.

— ¿Y si todo sale mal? Ella es inteligente, Puede sentir que la usamos. — digo con un deje de preocupación.

Soy cualquier cosa, menos un patán, usar a Olivia para recuperar la empresa es algo bajo y hasta yo lo sé muy bien.

— No estás usando a Olivia, al contrario ellos te usarán a ti.

— Exacto mamá — digo y me suelto de ella — esto por más que lo pienso es una locura. Porque no le hablamos y le pedimos que venga a vivir con nosotros luego que todo pase, porque no arreglamos esto con documentos, y no con un compromiso matrimonial. Ella y yo estamos siendo usados, más ella, que no sabe lo que está pasando.

— James, ya lo hemos hablado muchas veces — dice seria — nos comprometimos, le debemos mucho a Henrry, estas donde estas por él, tenemos lo que tenemos por él, tu padre y tu tio solo han arruinado a esta familia. Tu vas a levantarla, no usando a Olivia, usarás su apellido, levantarás nuestra empresa, tu empresa, ¡no lo olvides! y recuerda que esa idea solo se le ocurrió a Henrry, nosotros solo sacaremos un beneficio de eso.

— Se hace tarde — dijo cansado del tema.

— Disfruta, sé tú mismo. A ella le va gustar como eres. Eres maravilloso James.— dice ella para despedirse.

— ¡Por favor mamá! — me apena que diga cosas como esas, es mi madre y siempre anda halagando.

Cuando salgo esta lloviznando, así que me apresuro al auto y manejó hacia la mansión Bennett, conduzco hacia el sur, subo algunas colinas y puedo verla. Es una de las más impresionantes, los Bennett siempre han vivido en lujos, sin embargo nosotros nos toca aparentar una posición que en ocasiones ni nos corresponde.

Cuando llegó al portón lo abrien sin siquiera avisar. Se que el sistema de seguridad es de última generación. Como todo lo que ellos poseen.

Cuando me parqueo frente veo a Julia afuera con una sombrilla esperándome.

— Joven James, buenas noches — me saluda sonriendo.

— Hola Julia — salgo del auto y corrió hasta ella, las gotas de lluvia mojan mi camisa

— Disculpe, pero la señorita está indispuesta — me dice eso y casi me rio, me lo imagine.

— ¿Si? — le digo y me dirijo a la entrada de la casa, ella corre detrás de mí.

La Pequeña HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora