La Pequeña Heredera

5. ESTILI

OLIVIA

Cenamos en el restaurante del club, después de 10 años, ha cambiado muchísimo, hay salones más modernos y uno donde solo hay jóvenes no como de nuestra edad, según me dice James, a veces se descontrola un poco, aunque me me dice que ya no van mucho.

— Ahora vamos a Estili, es un lugar nocturno — me dijo, que tiene un salón VIP donde se la pasan bien, hay música en vivo y te sirven toda clase de cócteles exóticos y lo que se te ocurra. — Hoy es sábado y se presenta una banda de unos amigos de el Rock Blu, se llaman.

Cuando llegamos, James parqueo su auto en un lugar cerca y privado, al lado del edificio que está ubicado el club, noté que era un lugar muy concurrido de la ciudad, lleno de sitios nocturnos y bares. Él me explicó que este donde vamos, era de Daniel Young, que era de una familia que maneja gran parte de los negocios inmobiliarios en Europa y Francia.

Al entrar, el portero mira a James dejándolo pasar, al verme a mi me detiene.

— Robert, ella es Olivia Bennett, mirala bien, porque vendra mucho por aquí conmigo — El hombre sonríe al verme.

— Bienvenida señorita Bennett.

Yo solo le regalo una sonrisa.

Entramos, el ruido y los gritos van al ritmo de la música. Huele a humo y sudor con una variedad de perfumes que hacen el ambiente algo pasado.

James me tomó de la mano y me guió hasta unas escaleras que están a un costado. La música entra en éxtasis y me sorprendo por el ruido, él me ve y hace que me coloque delante de él, y coloca una mano en mi cintura. Lo miro y él sonríe.

Las sonrisas de James son raras, siempre me mira y sonríe, siempre le hablo y sonrie, siempre sonrie, una persona no puede sonreír tanto. Es raro.

Al llegar el hombre de seguridad de salon VIP me mira y luego a James, él les dice algo al oído, que por la músico no logro escuchar y entonces James le muestra su brazo y sube su manga de la camisa y le colocan una banda fluorescente que tienen escrito VIP STILI, hacen lo mismo conmigo. Cuando estamos dentro no se escucha el estruendo de la música, en este lugar apenas se escucha son murmullos de personas hablando y riendo, algunas risas se escuchan por encima de todas y varios voltean a ver de dónde vienen. Aquí los chicos están vestidos con los mejores trajes, las chicas son desfiles de moda, miro a varias con sus accesorios, zapatos y carteras de Gucci, Cristian Dios y Chanel. Podría decir que yo combino muy bien en este sitio con bolso Coach negra que combinó con mis zapatos Gucci.

James aún no me ha soltado la mano y muchas chicas me miran, cuando él llega y lo saludan.

Trato de soltarme, pero él voltea me agarra con más fuerza y sonríe.

James y sus sonrisas continuas.

— Ven, vamos a saludar a la banda — me jala hasta la pequeña tarima donde hay un grupo vestidos muy elegantes con trajes azules y corbatas del mismo color.

Todos le sonríen y saludan, mientras yo me quedo atrás, mirándolo.

— No creí cuando James me dijo que te traería — escucho la voz de Connor detrás de mí y volteo.

— ¿Por qué? — le respondo y vuelvo a ver a James y a la banda, que ríen y bromean.

— No sé Olivia, no te veo como una chica de fiestas nocturnas y alcohol. — lo miro y rio.

Salía mucho en Londres con mi amiga Ava, ella y yo bailábamos toda la noche, luego de tener unos días difíciles en la academia donde por un diseño te destrozaban el orgullo. Las academias de moda son muy duras cuando se trata de crear. No todos terminamos una carrera de diseñador en esas academias tan prestigiosas, a veces algunos las abandonan y terminan solo como ayudantes o crean un estilo propio que nunca llega a nada. Lo vi mucho.