Me sentí el imbécil más imbécil cuidando a Olivia en Italia, no sé cómo crei que aquello sería algo real. Si la misma Olivia me había suplicado horas antes de la ceremonia que acabará con todo.
Ahora dormimos como extraños en una habitación donde mamá se esmero para que ella estuviera cómoda y una muchacha con Olivia con tantos lujos no le faltará nada. Claro que mi tío Henrry y mamá habían planeado que ella sería tratada como lo que era, la heredera del imperio Bennett.
Luego de regresar me toca ir a un almuerzo con una nueva fusión de los Bennett con los Lennox, la Familia Lennox es tan importante en todo el continente por su relación directa a la realeza, es parte de la familia real. Quiere decir que unir los negocios con ellos era algo que no se podía dejar pasar. Y yo sabía muy bien que ir a ese almuerzo sin Olivia sería un error, un error tan grande no solo por estar sin mi esposa, si no porque ahí estaría Sussan y ella y yo hace muchos años tuvimos una relación, y que se terminó por la razón por la que odio tanto a mi tío.
Sussan Lennox y yo nos conocimos en el colegio. Ella es una de las chicas de familia prestigiosa. Por mi tío Henrry estudie en los mejores colegios, dónde estudiaban solo niños de las familia con mucho dinero y que tienen parentesco directo con la realeza en Inglaterra. Y ella se fijó en mí, yo siempre me sentí como si no pertenecía a esos lugares pero mi tío siempre me hizo ver qué yo era parte de eso, y él no me daba limosnas si no que yo me merecía todo con el esfuerzo por ser el mejor en todo.
Fui el mejor en el colegio, y esto me abrió muchas puertas, una fue la de los Lennox, y Sussan era parte de eso. Viajaba y salía con ella. Éramos novios, aunque no podíamos decirlo, porque éramos jóvenes y en este tipo de ambiente mi familia ya no era muy bien vista. Mi tío arruinó muchas fiestas con sus borracheras, ya que la fábrica no era de los Harrison sino que era del grupo Bennett, mis primos no podían pagarles sus estudios en la escuela privada en la que estaban, todo fue una locura. Ya no me dejaban ir a ver a Sussan en su casa porque su padre me lo prohibió, así que a veces se escapaba a la mía. Y esa tarde ella y yo fuimos donde mis primos a pasear en lancha.
La casa de mis tíos tiene un lago y fue donde Recce aprendió a manejar lanchas.
Así que fuimos, todo estuvo bien hasta que llovió y nos mojamos, dejé sola a Sussan en una habitación cambiándose y cuando fui mi tío la tenía arrinconada casi desnuda.
Me enloqueci y lo golpeé, Connor que era el que estaba en la casa me separó de su padre y cuando se dió cuenta lo que pasó porque vio a Sussan llorando en un rincón casi desnuda, tapándose, fue él quien golpeó a su papá. Jamás había visto a Connor tan molesto.
Sussan no volvió a verme y aunque si hablamos de lo que sucedió me aseguro que mi tío no le no hizo nada, pero si la asustó y que nadie debía enterarse porque ella no debía estar ahí y así evitaría que mi familia tuviera muchos problemas.
Así fue que Sussan desapareció de mi vida, hasta ahora que volvió, cuando soy el esposo de Olivia Bennett.
— James Harrison — escucho su voz, es una mujer ya no era esa adolecentes que le robaba besos en los jardines del colegio.
— ¡Sussan! — digo y me levanto de la mesa, no pensé que la vería tan pronto, creí que el almuerzo sería con algún representante de su empresa
— ¡No lo puedo creer! — dice mientras me abraza y ríe. Me da besos en cada mejilla, sonrió por su gesto.
— Has cambiado Sussan — le digo y miro como sus ojos azules brillan. Sussan es rubia, casi de mi estatura y un cuerpo esbelto. En ese momento vestía un traje de falda color malva con una blusa crema clara.
— Y tú también has cambiado — dice mientras toma asiento a mi lado y toca mi brazo — no eres el flacucho de antes — ríe y yo también.
— Te ves muy bien — le digo, ella tampoco sigue siendo la misma. Es delgada pero se ve tan bien, ha crecido, no lo niego, ví muchas de sus fotografías por años creí que ella y yo volveríamos, algun día.
— Gracias James, tu también y veo que si te va bien en tu matrimonio — me mira como si quisiera saber algo. — o ¿me equivoco?
— Estoy bien, Sussan — le digo y sonrió no quiero que note que me siento como una mierda.
— Que suerte la de Olivia — dice y suspira — eres lo único bueno aquí.
Río.
— ¡Por favor! ¿Cómo dices eso? — me siento avergonzado, no me creo tanto que diga esas cosas sobre mí. — rio
— Es cierto y disculpa, pero de tu familia eres lo mejor — dice eso y por un segundo creo que sus pensamientos van hacia ese estupido incidente con mi tío.
— Lo siento — le digo, no creo que eso haga olvidar lo que pasó.
— No lo sientas, estás hoy aquí por lo importante que eres — dice y sigue sonriendo.— pedí este almuerzo, pensé que vendría Olivia contigo — dice y me da un ojo. Cómo muchos sienten curiosidad por lo mío con Olivia, lo sé.
— No se ha sentido muy bien — no miento pero debo aparentar que entre ella y yo todo está bien, aunque no sea así.
— ¿Si y eso? — nos interrumpen y nos traen la carta — me gustaría pedir una botella de vino, ¿te molesta? — me mira.
— En lo absoluto — respondo y miro a la chica que nos atiende — traiga un Miraval Rosé.
Ella ríe.
— Hiciste tu tarea James — ríe y sé ve tan bien. No puedo dejar de admirar su belleza.
— Tenía que hacerla, si no ¿como te impresiono? — digo y no pude dejar de coquetear con ella. Sussan es muy bella y por ese momento olvidé a Olivia, que me tenía la cabeza enloquecida.
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— ¡Espero no vuelvas hacer una locura de esas James! — escuchar a mi tío molesto al otro lado del teléfono no era lo que deseaba hoy.
Olivia me había tenido casi toda la puta noche en vela, luego de que pasearse delante de mí con una dormilona casi transparente antes de dormir, y como no me deja dormir en la cama, el sofá se ha vuelto más incómodo.
— No te entiendo tío — le respondo mientras veo el camino hacia la fábrica. Hoy no tengo ganas de manejar y me vine con el chófer.
— ¿Que carajos es eso de salir sin Olivia a verte con Sussan Lennux? — cuando lo hice no lo pensé, pero luego llegaron las noticias de ese encuentro donde tergiversaron todo el almuerzo que tuve con ella.
— Olivia estaba indispuesta tío, se sentía mal y ya Sussan había pedido varias veces una reunion, sabe lo importante que es.
— Sé lo importante que son los Lennux, pero ¿cómo dejas a mi hija? ¿No lo pensaste? — sigue molesto.
— No lo pensé, pero como le digo Olivia está enferma...
— ¿Qué tiene mi hija? — está preocupado — ¿le paso algo? Espero que no sea una locura que la dejaste embarazada tan pronto si no tienen ni unas semanas que se casaron?
No entiendo porque todos presumen que embaracé a Olivia, si ni me ha dejado tocarla!.
— No es eso tío, estuvo mal en Italia y regresamos, no se recupera — le digo sin mentir. Aunque anoche la vi muy bien con su dormilona blanca transparente.
— ¿Y ya la vio un doctor? Voy a enviar uno hoy a tu casa — insiste
— Hoy el doctor Rollison estará allá. — le respondo mientras llegó a la oficina.
— Necesito que me informes sobre la salud de mi hija. Y no quiero volver que te estás portando como un hombre soltero. Recuerda de quién eres esposo.
Lo sé muy bien
"Olivia Bennett, la mujer más malcriada que he conocido"
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La Pequeña Heredera
RomanceResumen Olivia Bennett vuelve a Inglaterra luego de una ausencia de 10 años, no porque ella lo quiso, si no por culpa de su madrastra, quien empeñada en darle un heredero a su padre, convence a Henrry Bennett de enviarla a un prestigioso internado e...