Siento la pierna de James pegada a la mía desnuda y la transpiro. Si no hubiera sido por los chicos y Bere, nos hubiéramos besado. No quiero besarlo, pero cada que se acerca, no puedo detener mis ganas, y no es que no me gustaría besarlo, sino, que estoy segura que me gustará mucho besarlo si lo hago.
Me tomo otra cerveza mientras disimulo los nervios que siento al tenerlo a mi lado, y sus ojos sobre mi, sobre mis pechos y sobre mis piernas.
— ¿Quieres bañarte? — me pregunta.
— Me da miedo — le digo — es muy profundo.
— Eso es lo bueno — dice Recce — la profundidad, no ves el fondo, es muy bueno, no ¿Bere?
— Déjame — dice ella que está cubierta por una toalla y temblando.
— Claro que te gusto, boba — dice Connor que se levanta y se la vuelve a llevar pero esta vez en el hombro y se lanza con ella.
— Mierda ¡no! — dice Recce .— a veces pienso que mi hermano nació sin cerebro — dice y deja su lata de cerveza y se lanza otra vez.
— ¡Vamos! — me dice James mientras se levanta y me tomó de la mano
— ¡No se! — le digo y él sonríe
— ¡Te va a gustar!
James me lleva a la punta de la lancha, me pasa una mano por la cintura, sonríe y nos lanzamos.
El agua está realmente fría, en lo profundo es como si no existiera el ruido, el océano te envuelve con su tranquilidad, al salir a la superficie la voces de los chicos me hacen reaccionar, las extremidades se relajan con el frío del mar.
— ¡Ven pequeña! — me grita James que nada hacia donde están los chicos con Bere.
Veo a Recce que tiene a Bere agarrada de su espalda y Connor los molesta salpicando agua, nadó hacia ellos, y James me mira. solo puedo ver sus ojos y el reflejo del sol los hace ver claros.
— ¿Te gusta Olivia? — me pregunta Recce — esto es el paraíso
— Jamás he hecho algo como esto — digo — parece que estamos en el medio de la nada — digo y miro alrededor, a los lejos, se ven algunas islas y la costa de donde venimos.
— Que aburrida debe ser la vida de una heredera — dice Connor y me salpica agua a mi también y yo lo hago con él.
Rio mientras Bere pelea con Connor, porque quiere hacerla soltar de Recce, y Recce pelea para que su hermano la deje en paz.
— Son como niños — escuchó a James que nadó hasta mi — me ha toca soportarlos toda la vida — sonrió.
— Pero haces bien a ser el más serio y aburrido por ser el mayor — le digo y levanta una ceja .
— ¿Aburrido? — dice y se acerca a mí y yo me alejo — te enseñare quien es aburrido.
El nada hacia mi y yo nado para alejarme de él y me agarra por una pierna, me hunde, cuando salgo a la superficie el está muy cerca de mi y yo lo hundo, mientras nado para alejarme, y entre las risa no puedo nadar rápido y él me alcanza, me agarra por una pierna y lo veo.
— ¡Suelta James!— le digo porque solo uso mis brazos para mantenerme a flote ya que el me agarra del pie y me jala hacia él, y agarra mi otro pie
— Soy aburrido, ¿no Olivia? — lo veo reír cuando me tiene atrapado, y me abraza y se hunde conmigo.
Trato de salir a flote y él no me deja, todo su peso me hace que me mantenga hundida en el mar, lo empujo y me suelta.
— Eres muy cruel — le digo mientras nado para alejarme de él y toso.
— ¿Te asusté? — nada hacia mi
— ¡Alejate! — le digo y voy hacia el bote.
Ya los chicos y Bere habían subido, y yo los sigo. Nado hasta la escalerilla y de repente él me agarra por el pie y me jala otra vez pegandome de su pecho.
— ¿Qué haces James? — le digo y sonríe, mientras nada y llegamos abrazados hasta la escalerilla del bote pero no subimos.
— Soy aburrido ¿no? — me dice. Yo me agarro de bote para no abrazarlo, pero él me pega más a su cuerpo, estoy nerviosa.
— ¿Qué haces James? — le digo y no deja que me agarre del bote, me sostengo de sus hombros — ¡James! — le digo y él se ríe.
— Dime Olivia: ¿cuándo me dejarás que te bese? — lo miro sonreír, su cabello chorrea agua salada, el brazo que rodea mi cintura me aprieta más y yo aguanto la respiración mientras se acerca.
— Nunca — él ríe.
— ¿Sabes que te besaré? — dice y acerca su rostros del mio, yo suspiro al dejar salir el aire de mis pulmones.
— ¿Sabes... que ... no? — pega su boca de la mía y suspiró otra vez.
— ¿Sabes que lo deseas como yo? — dice y su boca se abre y muerde mis labios
— ¿Sabes que... si? — digo y susurro mientras su boca se apodera de la mía, su beso es intenso y sus labios están sellados por el mar.
La manos que está en mi cintura la aprieta y yo me pego de él, cubrió sus hombros con mis brazos y acaricio su cabello húmedo. James abre su boca y su lengua entra en la mía, es tibia, nada que ver el frío del mar que nos rodea, inclino mi cabeza mientras él le pone intensidad a explorar mi boca con su lengua, James besa tan bien que por un momento me hace olvidar donde estamos, y me siento en la nada, solo con él, besándome, muy pegado a mi.
— ¡Tortolitos! — escucho muy lejos y James se aparta un poco de mi sin dejar de rosas mi boca.
— ¿Ves que me toca soportar sus niñerias? — me susurra.
— Suban, que creo que vendrá una tormenta — dice Recce y de repente vemos como en el horizonte se han formado nubes negras
— Mierda — dice y me ayuda a subir, luego lo hace él.
Busco entre mis cosas una toalla. Olvide traerla, que estupida eres Olivia. Claro es que solo sería un paseo, no que entramos al mar. Busqué mi ropa para ponérmela, temblaba del frío, cuando nos dimos cuenta ya la nube tapaba gran parte del cielo.
— ¿No tienes una toalla? — me pregunta James que me ve temblar mientras trato de ponerme mi falda.
— La olvidé — digo y con la boca tiritando de frío.
— Ven — me dice y abre sus brazos, tenia en sus hombro una toalla grande de color negra
— No importa — le digo y viene hacia mi, me cubre con sus brazos y su toalla
— No te dejaré morir de frío aquí — me dice, él también está frío.
— ¡Agárrense todos! — grita Recce y pone en marcha la lancha a toda velocidad.
James y yo nos caímos, yo encima de él, me agarró con fuerza.
— Tranquila pequeña aquí estarás bien — me dice James estoy sentada en sus piernas, mientras la lancha salta entre la marea que crece por la tormenta que nos alcanza.
Llegamos al muelle y empezó a llover, nos tocó correr todos con las cosas hasta la casa.
Nos cambiamos y hasta cerramos las ventanas de la casa, la tormenta que azota el país nos alcanzó hasta ahí, así que el poco sol que vimos al llegar fue el único.
Nos cambiamos y tuvimos que usar algo muy abrigado porque la lluvia aumentó la temperatura. No podía evitar la mirada de James, recordaba su boca y mi cuerpo se estremecía, sus brazos mientras me sostenía sobre él, regresando en la lancha.

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La Pequeña Heredera
RomanceResumen Olivia Bennett vuelve a Inglaterra luego de una ausencia de 10 años, no porque ella lo quiso, si no por culpa de su madrastra, quien empeñada en darle un heredero a su padre, convence a Henrry Bennett de enviarla a un prestigioso internado e...