La cita de la doctora será a las 10, la ginecóloga que verá a Olivia es muy conocida y me costo hacer una cita ese mismo dia con ella. No logré dormir, no pensé que podría ser tan irresponsable, claro que ella es mi esposa, claro que será mi hijo, pero no tan pronto. Aunque todo con Olivia ha pasado asi. Hace solo 5 meses que regresó, y perdió a su padre, se casó conmigo, acabamos de mudarnos, apenas está adecuándose a dirigir la empresa y ahora... ¿un pequeño heredero? sólo que este será un Harrison.
Me sobo la barbilla y pienso en lo imbécil que puede ser. Definitivamente ella llegó a mi vida y me la puso de cabeza, y ahora vivo solo para ella, dirijo sus empresas, cuido de ella, la protejo, ahora solo respiro el delicioso y embriagante perfume de Olivia.
Aun recuerdo como me pidio dormir en mi cuarto y no me pude negar, auqnue no nos tocamos, ella amaneció a mi lado, la he extrañado como un idiota estas ultimas semanas, auque no la veia en persona, alguien me informaba todo lo que Olivia hacia durante el dia, no es que la controlo, solo deseo saber que esta bien.
La lleve temprano a que le sacaran la sangre para hacerse el examen de embarazo, la deje en la fábrica y ahora regreso a buscarla, decidí manejar yo hasta la clínica, esto es algo de los dos y no quiero testigos, aunque los guardaespaldas nos siguen de cerca, estar solos los dos en el auto es lo que necesito ahora.
Entró al parqueadero y le marcó, responde:
— Estoy abajo — le digo cuando responde
— Ok, OK — la escucho agitada — ya estoy en camino para allá.
La veo venir con pasos apresurados, hoy está hermosa: su cabello suelto, tenia un vestido de flores tipo tubo y una chaqueta blanca hasta cintura, zapatos de tacón medio. Me bajo y le abro la puerta.
— Lo siento, se que es tarde — dice cuando llega donde estoy — es tarde, estuve ocupada y no me fije de la hora.
— Tranquila estamos a tiempo — le digo.
Durante el camino está callada pero muy pendiente de los motorizados detrás de nosotros.
— ¿Por qué necesitas guardaespaldas? — dice de repente
— Necesitamos, pequeña — la corrijo
— ¿Porque necesitamos Guardaespaldas? — reformula la pregunta.
— Por seguridad — respondo.
— ¿Seguridad? — sigue con duda.
— Nos protegen, como te protegieron a ti a tu amiga Aba de esos borrachos en el bar — le digo y sé que recuerda eso, porque se sonroja de repente y no me mira.
— ¿Me vigilas? — pregunte y veo como me mira de reojo.
— Te cuido, eres mi esposa y no quiero que nada te pase — le digo y veo como empieza a enterrar sus uñas en la planta de sus manos, está nerviosa.
— ¿Crees que está embarazada? — pregunta y la miró, está tan nerviosa como yo a esa respuesta.
— Vamos para que nos quiten esa duda, pequeña — trato de aparentar tranquilidad, no quiero ponerla más nerviosa.
— ¿Y si lo estoy? — insiste.
— Esperemos ver qué dice la doctora — miró el reloj de pulsera — creo que ya debe estar listo tu examen.
Cuando llegamos a la clínica pasamos directo a un pequeña salita donde se llevan a Olivia para hacerle un examen físico y yo estoy que me muero de nervios mientra la espero.
No me siento preparado para tener un hijo con Olivia, no creo que ambos nos queramos lo suficiente para tener y mantener un familiar, me digo esto porque estoy asustado, pero en el fondo tener un hijo con ella me da una ilusión, una estúpida ilusión de tener una familia con ella, de quererla y protegerlos, de tener algo que si sera mio, y que me haga despertar cada mañana con la seguridad que alguien me quiere y dependerá de mi, yq uema haga ser cada dia mejor para ellos.
— Olivia no estás embarazada — dice la doctora luego de tenernos un buen rato con la expectativa. — pero si te digo que empieza tu ciclo menstrual por eso te recomiendo que elijas un método anticonceptivo si no deseas concebir — dice eso y ambos estamos en silencio, creo que la noticia nos dejó mudos, tranquilos y hasta aliviados o decepcionados, creo que yo voy el último.
— ¿Qué nos recomienda? — pregunto y Olivia me mira. Su mirada es extraña.
La doctora nos muestra los tipo y la variedad de anticonceptivo que podríamos usar, detalla cada una de esa y yo le presto mucha atención, Olivia sin embargo, estaba distraída y en un momento le tomé la mano para que atendiera la explicación y eligiera cual le resultará mejor, se decidió luego de pensarlo mucho por unos orale que venian en un empaque en forma de círculo con los días de todo el ciclo. Yo por mi parte, me lleve unos folletos de anticonceptivos para hombre, le dije que lo pensaría aunque decisi usar el preservativo mientras Olivia usará la píldora para evitar el riesgo.
Salimos y estábamos tan silenciosos que me incomodaba mucho.
— ¿Estás decepcionado? — pregunta de repente.
— ¿Por qué lo estaría? — respondo sin dejar de ver el camino
— No sé, quizás tú... — no termina
— Olivia te dije que esperamos el resultado, yo estaba dispuesta a aceptar no importaba cual fuera, te cuidare como debo hacerlo.— digo
— hm...
— ¿Y tú? te decepcionastes — pregunto curioso
— No quería estar embarazada — dice y me sorprende y hasta me duele un poco — pero es que no me sentía segura de ser una persona que pueda cuidar de otra, no me veo como una buena madre, no sé.
— ¿Qué tonterías dices? — la miró — eres una persona maravillosa, y estoy seguro que seras una muy buena madre, cuando te toque.
— ¿Una buena madre para tus hijos? — lo dice y me hace sonreír, si lo pensé cuando no tuve duda de eso.
Llegamos al parqueo de la fábrica y la miro.
— Eres mi esposa, será una maravillosa madre para mis hijos, para nuestros hijos — la tomó de la mano y noto que no me mira.
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La Pequeña Heredera
RomantizmResumen Olivia Bennett vuelve a Inglaterra luego de una ausencia de 10 años, no porque ella lo quiso, si no por culpa de su madrastra, quien empeñada en darle un heredero a su padre, convence a Henrry Bennett de enviarla a un prestigioso internado e...