30. Sin aire

960 57 1
                                    

Había pasado un buen rato haciendo unos diseños con las telas que me traje de la fábrica. Amo diseñar y crear. Y aunque no me han permitido visitar el taller de diseño hoy le dije a Giselle, mi asistente, que me acompañara.

— Señora debe informarle a su esposo — me dice y la miro.

— A ver Giselle, ¿tú trabajas para mí o para él? — la muchacha me mira. Debe ser hasta mayor que yo, se siente apenada — okay, dile, igual ya estamos aquí.

Entro al taller, hay ruidos de voces y personas trabajando. Algunas en las máquinas y mientras paso entre ellas me miran, yo les sonrío y digo mi camino hasta el salón de diseño. Giselle va detrás de mí escribiendo por su celular, imagino escribiendo paso a paso lo que sucede

Al estar en el salón de diseño me siento emocionada, miró todo lo que hay en las mesas de dibujos. Hay como 6 personas reunidas en una mesa en el rincón, y me miran.

— ¿Disculpe? — se levanta una mujer de cabello muy corto con reflejos rojo y plata en su cabello.

— Es la señorita...señora Olivia Bennett — dice Giselle al ver la manera desafiante en que se acerca a mi

— Y este es mi taller — dice la mujer mientras se quita las gafas y me mira de arriba abajo.

— Me gusta mucho — digo y trato de seguir mi camino hasta el grupo y ella me tranca el paso,la miro y sonrio.

— ¿Si? Por esa razón están prohibidas las visitas a mi taller — dice y vuelvo a sonreír.

La mujer es Recchel Moore, es la jefa de diseño, desde que llegué me han prohibido ir al "Su taller" como ella dice, ya que odia que el resto opine sobre los diseños, se cree la todopoderosa ahí.

— Recchel, ¿no? — le digo y ella levanta una ceja. — me gustaría mostrarle algo en lo que he trabajado.

Le quito mis carpetas a Giselle y coloco mis diseños en una de las mesas. Algunos se acercan y los miran, mientras la mujer ni se inmuta.

— Discúlpame, ¿alguien te autorizo para venir a interrumpir? — dijo eso y me sorprendió como las pocas chicas que se acercaron soltaron mis dibujos y volvieron a su lugar.

— ¿Interrumpí algo importante? — digo apenada

— Aquí todo es importante "querida", pero creo que tus bellas pestañas no te dejan ver bien y los rizos de tu cabello no te deja pensar — me sentí algo ofendida, pero trate de estar calmada.

— Mira, no — le digo con la misma petulancia con la que me habló, me pasó la mano por el cabello y sonrió — lo siento si interrumpí, solo quería mostrar los diseños...

— "Querida", acabo de decirte que interrumpes mi reunión — no me deja hablar y eso me altera, aprieto mis puños

— Señora Olivia — me dice Giselle y me muestra su celular yo la ignoro.

— Ok, me iré y dejaré esto... — la mujer toma mis diseños, los arruga, los tira en el cesto de la basura y me da la espalda.

Yo me quedo paralizada con el resto de mis dibujos en las manos, quería matarla. Y cuando doy un paso hacia ella siento una mano que me agarra con fuerza, mientras un brazo me cubre.

— ¡Recchel! — la voz de mi padre retumba en el lugar.

Pero quién me sostiene no es mi padre, es James.

— ¿Ahora todos vienen a interrumpir mi reunión? — dice la mujer con un molesta. Cuando voltea al enfrentarlo.

— ¡Quiero a todos fuera de aquí! — grita mi Padre.

La Pequeña HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora