29. Olivia, ¿Por qué me haces esto?

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Estaba cabreado, el comportamiento de Olivia fue el peor, y para colmo Recce, que le pedí que no hiciera una estupidez ahí estaba, apoyándolo en la borrachera que cogió.

Sé que mi primo no haría nada malo, pero desde que me confesó que le gustaba Olivia, que no se me ocurriera dañarla, que no la lastimara, que a él sí le importaba ella; odio que esté cerca de Olivia. Si, son unos estúpidos celos cada vez que los veo juntos, porque ella parece que le gustara ese estúpido coqueteo con que el la trata.

Ahora estamos de regreso a la casa y ella está furiosa, como si lo que hizo estuvo bien.

Llegamos y al abrir la puerta del auto salió casi corriendo y se encontró con la puerta de la entrada de la casa cerrada.

— Espera que tengo que abrir — digo mientras abro y la miro como con los brazos cruzados en el pecho respira de una manera agitada.

— ¡Abre la maldita puerta! — dice y la miro.

— No tienes que ser grosera — digo mientras la puerta se abre.

Ella la empuja como si la fuera a cerrar y me golpea la cara.

— ¡Mierda! — digo molesto y cuando se da cuenta, solo se quita los zapatos y corrió escalera arriba.

Yo me quedo sobandome la frente que fue donde me golpeo la puerta y me cabreo al ver que corre.

Yo tomo sus zapatos y subo tras de ella.

Cuando llego al cuarto. Me consigo un desastre de ropa volando de tu vestier. Era ella sacando su ropa.

— ¡Olivia! — le gritó y siento como me golpea con la ropa— ¡Olivia basta! — le gritó y ella sigue.

— ¡Eres un imbécil, estúpido! — no deja de insultarme y como ya estaba bastante molesto fui hasta ella y la toma de los brazos y empezó a forcejear.

La monte en el hombro y la llevo al baño y me meto con ella en la ducha y la abrí.

— ¿Te vas a calmar? — le digo mientras la escucho gritar cuando empieza a caerle el agua fría encima.

— ¡James no!¡Deja! — me dice y la sostengo con fuerza mientras el agua la moja a ella y a mi.

— ¿Te calmas? — le digo y ella empieza a temblar

— Si, si — la suelto y le abro el agua caliente.

La dejo en la ducha mientras yo salgo y me deshago de mis zapatos, chaqueta y camisa. Los dejo en el suelo y voy hasta el cuarto. Me quito el resto de la ropa y me pongo unos boxer nada más. Cuando la veo viene temblando con el cabello chorreando agua, envuelta en una toalla.

— ¿Por qué no te secastes? — le digo mientras voy hasta ella y con la toalla con la que me estaba secando tapo su cabello y empecé a secarlo. — no tiene que portarse así. — digo mientras ella está en silencio.

— ¿Te gusta ella? — dice de repente y me quedo en silencio. Si me gusta Susanna pero yo la quiero a ella. Pero es una niña malcriada que todo lo pone difícil.

— No — respondo y la llevó a la cama, hago que se siente mientras sigo secando su cabello.

— ¿Y porque sonríes cuando la ves? — suspira y yo sonrió.

Los celos tontos de Olivia me hace pensar que ella me... quiere.

— ¿No te gusta que sonría? — niega con la cabeza y sonrió.

Voy hasta su ropa regada en el suelo y recojo una dormilona azul clara.

— Ponte esto, yo voy por un secador para tu cabello.

Llegó al baño y tomó aire. La Olivia que acaba de hacer un berrinche y la que ahora está en el cuarto pidiéndome que no le sonría a otra chica me hace sonreír. Es la misma que me gusta, es la Olivia...que cada noche me hace desearla, y no sé qué hacer para que me acepte de una vez.

Volví al cuarto con el secado de mano y la miro. Su cabeza abajo mientras se sacude la cabeza con la toalla.

Voy y me siento detrás de ella en la cama.

— Deja que te ayude — le digo y se queda quieta mientras enciendo el aparato y su cabello se mueve con el aire caliente.

Olivia es sexy, su espalda desnuda con ese camisón de seda me provoca tocarla. Sin darme cuenta los tiros del camisón se deslizaron y casi podía ver sus pechos. Sabía que si no me alejaba de ella en ese momento no me aguantaría. Así que apagué el aparato y me quedé un momento admirando su espina dorsal. Aparte su cabello y pude verla mejor.

— Olivia voy a dormir — le digo pegado a su oído. Mire sin poder evitar sus senos y note que su respiración se agitaba. Y sus puños apretados. — lo siento.

Digo y subo sus tiros mientras acaricio su piel. Mierda la deseo como un loco. Pero quiero que sea ella quien venga a mí.

Me levanto y apagó todas las luces. Y mientras trataba de dormir en la oscuridad la escucho respirar pesadamente. Me siento en el sofá pensando que quizás se sienta mal. Pero lo que escuche luego de eso me dejó inmovil, Olivia gemia y mi cabeza la pudo imaginar tocándose, y trague grueso. Cuando entre sus gemidos dijo mi hombre.

— Ohhh.... James...

Quizás pensó que ya dormía, quizás el vino le alteró y con mi caricia se excitó, quizás me desea...quizás, toda esa mierda me puso mal a mi también. ¿Porque si estoy ahí no me toca o me invita? Yo quiero, la deseo como loco. ¿Pero ella está ahí tocándose pensando en mí?

Mierda Olívia, ¿por qué me haces esto?

*****

Al otro día salí muy temprano a correr por los alrededores de la casa.

Escuchar a Olivia correrse mientras decía mi nombre y yo sin saber qué hacer. Fui un estúpido, y no sé porque ella me hace comportarme así.

En el camino me encontré con Connor, raro, pero estaba trotando.

— ¿Cómo terminó la fiesta? — me pregunta mientra me detengo a pasos de él. Sin aliento.

— Bien...bien — digo sin entrar en detalle la borrachera y la escena que me hizo Olivia en la casa.

— Recce aún duerme, lo fui a buscar y estaba encerrado, creo que con alguien porque Claudia estaba de mal humor — dice y se lanza al suelo lleno de hojas húmedas.

Yo hago lo mismo.

— ¿Con alguien? ¿Sabes quién? — sentí curiosidad.

— No sé, solo me dió la impresión por la mala cara de Claudia. Quizás solo sea yo imaginando que el santo de mi hermano tendría una aventura de una noche. — ambos reímos porque Recce a pesar de tener muchas chicas a su alrededor él es muy apasionado y si se enamora de verdad es un imbécil de primera. Ya lo hemos vivido.

Y una aventura de una noche no es lo de él. El se apasiona, se enamora.

Y lo de Olivia a mi sí me preocupa. Porque él siempre la vio con mucho cariño mientras Connor y yo la molestamos, ahora desde que volvió y hablar conmigo de ella, siempre me insinúa como si yo fuera a usarla y él espera que eso suceda para estar ahí para ella. Y eso no pasará.

Cuando regresé ella aún dormía. Seguro la resaca. La mire de cerca, su cabello, la piel de su cuello, sus hombros...sus pecas.

Mierda estoy loco por Olivia. Y no dejaré que nadie me quite a esa niña malcriada.

 Y no dejaré que nadie me quite a esa niña malcriada

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La Pequeña HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora