39. Olivia,eres mía

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— ¿Que crees que haces Recce? — salimos fuera de las instalaciones del banco y miro a mi primo quien tiene esa estúpida sonrisa.

— Lo que me pedistes, cuidarla. Dijistes que yo si la merecía — dice mientras cruzas sus brazos en el pecho.

— ¿Que? — me pongo a recordar la cantidad de estupideces que dije mientras estaba borracho el día de la lectura del testamento y se que hable con él. Pero jamás le dije eso, o ¿si?

— Eso mismo, me dijistes: "Recce tu si la mereces", así que quiero cuidarla — su sonrisa se borra — la pierdes, James.

— No estoy perdiendo nada. Recce — estoy molesto — y olvida lo que te dije, Olivia es mi esposa y eso no lo cambiará nadie. — le digo serio — así que no hagas que te golpee para que entiendas — pongo mi puño en su pecho y lo empujó.

— James Harrison, ¿sabes que puedo contigo? — él también está serio y me amenaza dándome golpes en la cara.

— Recce Harrison, no seas estúpido — lo vuelvo a empujar y el ríe y vi su intensión.

Cuando lanzó el primer golpe lo esquivé agachandome y me puse a su espalda, metí mis brazos por debajo de los suyos y lo inmovilice.

— ¿Usas mis trucos? — ríe y yo también.

— ¿Sabes cuántas veces te rompí la nariz Recee? — él trata de zafarse y no lo dejo

— ¡Suéltame James! — Recce es del que no les gusta perder, pero él sabe que yo siempre gano.

— ¿Señor? — Llega Manson y al ver que es Recce se aparta — ¡lo siento!

— Tranquilo Manson, es que mi primo necesitaba aire fresco — lo suelto y lo empujó pegándolo de Manson.

El imbécil no deja de reír.

—Llevalo a su casa — le ordenó a Manson mientra que Recce se trata de soltar de la mano de mi chófer. Que lo sostiene con fuerza.

— Yo tengo mi auto — dice y Manson lo suelta que casi se cae.

— No lo olvides Recce — le digo y me pegó de el agarrándolo por la nuca. Le hablo al oido — Olivia es mi esposa, es mía. Así que deja de hacerte el imbécil.

— ¿Si es tuya? Yo creo que aún no lo es — lo miro sorprendido.

¿Qué insinúa Recce? ¿Sabe que Olivia y yo aún no hemos estado juntos? ¿Ella le dijo algo?

¡Qué mierda!

****

Al entrar me toca esperar a Olivia que está en la bóveda del banco inventariando las joyas de su madre. Mientras yo firmo algunos papeles de la cuentas de la fábrica y solícitos los estados de cuentas, necesito revisar los ingresos y reunirme con los contadores. Lo de mantener la utilidad me preocupa, más porque este año la crisis económica ha golpeado a muchos países y el nuestro no está exento de eso,y luego de la tormenta que nos azotó por algunos meses.

Mientras termino de revisar, dejo aparte los documentos que Olivia debe firmar. Ella entra a la oficina que habilitaron para nosotros y trae consigo algo en la mano.

— ¿Todo bien? — le pregunto mientras hago que se sienta a mi lado.

— Si — responde.

Hoy Olivia trae un vestido clásico color gris plomo muy corto. Se sienta y puedo admirar sus piernas. Sonrío para mí. Porque ella no deja de parecerme tan sexy.

— ¿Te lo llevarás? — le pregunto al ver que coloca la caja de una joya sobre el escritorio.

— Si

La Pequeña HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora