La Pequeña Heredera

41. Visita inesperada

La amiga de Olivia puso alerta a toda la seguridad de la fábrica, una extranjera vestida como pordiosera, no es el tipo de amiga que creo que era esa amiga que ella a veces nombraba.

— Anna Marie Dubois, se llama la amiga de la señora — me dice Vittorio y me muestra la fotografía de un pasaporte francés, aparentemente residente — tiene residencia desde hace 9 años y medio, su familiar son conocidos en París porque son administradores de muchos inmuebles en el centro de París y en Venecia. Hija menor de cuatro hermanos, sus tres hermanos son los únicos dueños de la inmobiliaria. Ella no posee tarjetas ni cuentas bancarias a su nombre, no posee inmuebles aquí ni en París, a su nombre. No conseguí nada en redes personales, solo dos páginas de ventas de bolsos y accesorios, y otra de vestidos, nada conocidos. En las redes que llevaba la señora Bennett mientras estudiaba en Londres, ambas aparecen en muchas imágenes en fiestas y en bares londinenses poco conocidos. También note que la señora no se colocaba el Bennnett, usaba el apellido de su madre.

Eso último ya lo sabía, porque busqué a Olivia para conocerla antes que regresará y cuando mi tío me propuso el matrimonio, noté que ella no se relacionaba con nada que ver con las empresas o con su padre.

Pero tener a su amiga aquí me llenaba de dudas. ¿Qué hacía aquí? ¿Porque si viene de una familia con tanto prestigio en París, parece que viviera en la calle?.¿ Y ese amor hacia su amiga que muestra Olivia?

Yo, necesito cuidar a Olivia, y no sé si esa amiga suya, sea una buena influencia para ella.

— Vittorio si averigua algo más me avisas — le digo y vuelvo a mirar la foto del pasaporte, para nada se parece a la chica que acabo de conocer.

— Señor, me acaba de llegar la información que la señora Olivia y su amiga Anna— Marei estuvieron juntas en el internado Mary's Ascot School.

— De ahí se conocen — digo en voz alta.

— Si, señor y supongo que vivían juntas en Londres, también. — continúa Vittorio.

— Ve si consigues una habitación en un hotel, no sé si sea bueno que esté donde mis padres — ordenó y él asienta.

— ¿Por cuánto tiempo señor?

— No tengo idea — me quedo pensando y rogando que esa visita inesperada no arruine nada hasta ahora. Quizás con su amiga aquí, Olivia extrañe su antigua viva, esa donde no es una prestigiosa heredera de un imperio textil.

Decidí ir a cenar ya que estaba la amiga de Olivia en casa, mi madre encantada, y ya veo porque. Olivia no deja de reír, está feliz con su amiga francesa. Y no sé pero...

— Disculpen por mi primera impresión , ya entiendo todo aquí — la escucho hablar mientras como despacio y miro como agarra a Olivia, que está a su lado y yo estoy frente a ella.

Se abrazan y se toman de la mano. Mientras sonríen.

— Merci, por permitirme estar en su casa — mira a mi madre y luego a mi. Si, ahora si parece una persona.

— ¿Y cómo llegasteis hasta aquí? — pregunto, porque esa duda me tiene la cabeza maquinando.

Hubo un silencio y ella se puso algo seria.

— De randonneur — dice

— ¿Ah?

— Ada estuvo varios días viajando — la justifica Olivia.

Nadie dice nada. Ellas hablan en francés sobre estar feliz de estar juntas como amigas, yo las observo en silencio. Y al terminar le pedí a mi esposa que me siguiera hasta el estudio de papá, ella me siguió. Y cuando estuvimos los dos cierro la puerta y antes de voltear, me quedo un segundo con la mano en el picaporte sin verla a la cara recordando mi estúpido episodio luego de haber descubierto que Olivia era virgen.