48. Te quiero Olivia

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La cena terminó mejor de lo que esperaba, muchos se fueron y al final solo habían algunos muy íntimos amigos de James. Cuando salí con su guitarra él parece que no le gusto, pero tampoco fue nada descortés, solo me abrazo y me dijo al oído:

— Podría habermela dado en privado, pequeña — no la quiso tocar, así que Recce se encargó de hacerlo.

El sí, acompañó a en algunas canciones de su grupo. James reía y se veía muy feliz, se qué había tomado mucho, pero no hizo ningún escándalo ni nada,a pesar que desde que llegaron los Lennux estaba muy incómodo, y no se despegó de mí y cuando no estábamos cerca, me buscaba mucho con la mirada.

Yo por mi parte solo me acerqué a ellos cuando les di la bienvenida y no más.

Detesto la actitud de Sussan, puede ser quien sea pero, mientras estuvo ahí no dejaba de mirar a James a pesar que Recce estuvo casi siempre al lado de ella, noté como si algo tuvieran o él pretendía algo con ella, sin embargo, ella era muy fría con Recce. Y ¿si hablo del hermano?, esas miradas que no me gustó para nada. Se le notaba su prepotencia y ese aire de ser superior. Y ¿luego de lo que me dijo James? No, mejor me alejaba de él.

Creo que nos acostamos casi al amanecer. Me tocó subir a James porque agarró una gran borrachera.

En la habitación lo desnude, le quité los zapatos y lo acomodé en la cama mientras él permanecía en silencio. James, es muy serio casi siempre, pero hoy lo ví reír mucho como un niño y me gustó tanto.

Cuando lo iba a dejar solo para que descansará me llamó. Apenas podía levantar la mano.

— ¡Ven pequeña, ven! — dijo y yo me senté a su lado.

— Duerme, ya casi amanece — le digo, él pasa su brazo por mi cintura y me jala hacia él, posando su cabeza en mi regazo.

—Duerme conmigo, ¡ven! — me jalaba — quiero abrazarte Olivia — yo sonrió y le acarició el cabello, el esconde su cara entre mis piernas y me erizo.

Sigo acariciando su cabello y espero que se duerma, pero no lo hace. Se aparta un poco.

— Te quiero Olivia — dice de repente y yo me quedo sin moverme — estoy feliz porque te vi feliz.

Sonrío y bajo mi rostro hacía su cabello.

— Gracias — dice y yo huelo su cabello — me gusta esto. Quiero estar contigo así siempre. Me gusta tu vestido — se aparta y sube la falda del vestido y se acuesta en mis piernas sin dejar de abrazarme — me gusta todo de ti. Me gusta como te queda la ropa y te ves sexy — sonríe y voltea para verme — eres muy sexy y quiero hacerte el amor a cada rato.

Yo río al escucharlo, está borracho y dice solo locuras, pero me gustan también esas locuras, me hace latir el corazón.

— Y besas rico, muy rico — ríe y parece adolescente — y eso que haces con tu lengua...uff... me pone duro — yo rió ruidosamente y él también — enserio no sé cómo lo haces — me mira y yo estoy sonrojada y su rostro se pone serio.

Acaricia mi rostro. Veo como se levanta y queda frente a mi. Suspira.

— Odiaba tus pecas y tú cabello, no me gustabas cuando iba a mi casa, cuando te escuchaba llorar, cuando nos acusaba con mi tío si te hacíamos algo — me pongo muy seria y bajó la cara, él me la levanta con su mano, sonríe — sin embargo... todo eso ahora me gusta tanto.

Besa mi pecho.

— Me gusta todo de tí — me da un beso en el cuello y el brazo que rodea mi cintura la aprieta.

Su boca sigue dejando besos en mi cuello y vuelve a bajar a mi pecho.

— Pero más, tu cuerpo — pasa su lengua por mi pecho y luego mi cuello.

La Pequeña HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora