Capítulo 51. ¡Te amo, Olivia!

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Cuando Gisselle me llamó no lo podía creer.

¿que hacía Olivia con Rupert? ¿Por qué no me respondía el celular?

Les pedí a los guardaespaldas que no la dejarán sola pero me dijeron que no los dejaron entrar al restaurante, porque estaban armados y para evitar un escándalo preferí ir yo, de manera pacífica. Estoy seguro que Rupert lo que deseaba era un escándalo, algo que deje mal a Olivia y no le daré ese gusto.

Llegue y ella ya no estaba, pero si lo ví a el disfrutando de su estúpido almuerzo.

Cuando me acerque me ignoro. Típico de él, siempre creyéndose tanto.

— ¿Dónde está Olivia? — le digo, mi voz no era muy alta, pero se notaba mi enfado.

— No es posible que no pueda disfrutar tranquilo un almuerzo sin tropezarme con un pordiosero — sus palabras ya no me afectan como antes.

Desde que soy niño Rupert me ha menospreciado de tal manera, que antes sentía poca cosa delante de él.

— Te preguntaré solo esta vez — le digo inclinándose hacia él poniendo mis manos en la mesa, él con esa mirada de prepotencia — ¿dónde demonios está Olivia?

— Si no lo sabes tú, que es tu esposa — responde y sigue su almuerzo.

Yo me levanto y paso mis manos por la cara y el cabello, estoy cabreado, quiero patearlo.

— Señor — me llama Vittorio, lo miro tiene un celular en la mano — la señora le llama.

Tomo el celular sin dejar de ver al idiota de Rupert.

— ¿James? — su voz me tranquiliza

— ¿Pequeña, estás bien? — le pregunto.

— Si...— se queda en silencio — lo siento, no sabía...

— Tranquila amor — le digo está nerviosa imagino que Rupert la engaño, ella no iría a un encuentro con él si no lo hubiera hecho.

— No sabía James...

— Todo está bien — le digo para calmarla. — ¿están en..?

— Me vine a la casa — responde

— Ok, voy a verte. Ya salgo para allá — Rupert me mira y sonríe.

— Está bien, amor — no puedo dejar que la toque — nos vemos.

Tranco la llamada y me quedo mirando el celular.

— ¿Apareció tu "pequeña"? — dice con es voz que odio, que detesto de el idiota.

— ¡No quiero que te le vuelvas a acercar! — lo amenazó y él sonríe, apoya su espalda en la silla.

— Sabe algo James — dice con una mano en la silla de al lado y la otra apoyada en la mesa, mueve sus dedos golpeando con la madera — en verdad que no creí que fuera tan descarado, ¿Olivia Bennett? — ríe — eres un fracaso, y ahora ¿un maldito mantenido?

Me inclino y lo agarró por el cuello de la camisa y él sólo ríe.

— Hasta pareces un payaso — ríe — ¿la celas de mi? — lo agarró con más fuerza — aunque yo si te la podría quitar. Sería tan fácil que me aburriría.

Lo suelto y le doy un empujón, la silla se balancea y él se agarra de la mesa.

— Alejate de ella si no...

— ¿Si no que? — se levanta y me amenaza ahora él — eres un aprovechado, una desgracia como toda tu familia, cuando ella lo note, te dejará. ¡Yo no tengo que hacer nada! — sonríe y lo golpeó en la cara.

— ¡No te quiero cerca de ella! — le gritó y unos hombres vienen, me apartan de él, imagino que son de su seguridad. Rupert ríe.— ¡te quiero lejos de Olivia!

Y me marcho.

Estoy en el estudio y repaso unas cifras, ella abre sin tocar y yo levanto la mirada, la veo, está vestida con una de sus dormilonas de seda, es larga con tiros que dejan ver las pecas de sus pechos y su hombros.

Nos miramos en silencio. No se imagina todo lo que me preocupe hoy al saber que estaba con Rupert. Olivia es una niña, es inocente de muchas cosas, de mucho peligro que rodea este tipo de vida que tenemos. Los negocios no solo son dinero, es saber con quién hacerlo. Mi tío no previno eso y por esa razón tuvo tantos fracasos que casi nos arruina a todos

Ella se siente apenada porque por su inocencia, cayó en una trampa de Rupert.

— ¿Estás bien? — le pregunto. No me dice nada.

Se apoya del escritorio y yo la tomo de la cintura, la jalo para que esté frente a mi. La miro.

— No te sientas mal, amor — le digo y aprieto mis manos de su piel— yo te cuidaré — ella se inclina y me besa en la boca, sus manos las apoya de mis hombros y yo abrazo su cintura.

— Fui tan estúpida — esta triste aun.

— No pasó nada, y no volverá a ocurrir — le digo y apoyo mi mejilla de su pecho — yo me encargaré de que eso no se repita, no te sientas mal.

— Te preocupastes ¿cierto? — toma mi rostro en sus manos y yo moví la cabeza afirmando. suspiro.

— No te imaginas cuanto — mis manos acarician su espalda — Olivia, no voy a perderte, no permitiré que nadie te lastime, ni que nadie jamás te robé de mi.

Sonríe y pasó sus brazos sobre mis hombros.

Esa noche le hice el amor como si fuera la última vez que lo haría, ella me amó, como si fuera lo único que deseaba hacer en el mundo, con tanta entrega y pasión, cada vez sentía más el amor que Olivia me tenía, me sentía dichoso en sus brazos.

La pequeña y yo nunca habíamos imaginado que viviríamos esto, este amor tan lindo, nunca pensé que luego de tantas cosas que pasé durante mi vida, mi recompensa sería el amor que ahora tenemos Olivia y yo.

Estoy enamorado y loco por la pequeña heredera Bennett.

Estoy enamorado y loco por la pequeña heredera Bennett

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La Pequeña HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora