26. Después de la boda

1.1K 67 3
                                    

Si me preguntan que pasó el día de mi boda, no sabría qué decir. Los único que recuerdo de ese día tan esperado para muchos, es yo corriendo por el pasillo de la mansión y entrando a la habitación donde estaba James arreglándose. Yo solo llevaba un bata de seda blanca que tenía mi nombre bordado en el pecho junto con el de James y en la parte de atrás también bordado con hilos dorados decía: Novia.

— ¿Olivia? — me dijo James cuando abrí la puerta de golpe. El como yo apenas llevaba una bata que tapaba muy poco de su cuerpo.

Su bata era azul oscuro y sus bordados eran iguales a los de mi bata, solo que en su espalda se podía leer: Novio.

— ¡James por favor para esto! — le pedí entre lágrimas .

Él me miró y limpio mis lágrimas, sonrió.

— Ve y arreglarte pequeña, que en pocas horas serás mi esposa — me dijo con esa voz tan tranquila como si no supiera lo que pasaría.

— James tu tampoco quieres esto, lo sé — insistí.

— Olivia — me miró en silencio unos segundos — seré feliz siendo tu esposo.

Me abrazó y me llevó hasta mi habitación.

— Hoy quiero que estés más hermosa, más radiante, eres Olivia Bennett no lo olvides — dijo tomando mis manos — y pasarás a ser la esposa de James Harrison. El afortunado hombre que te hará feliz.

De ahí solo son imágenes vagas de ese día. Y ahora luego de una semana de una supuesta "luna de miel" en Italia, que tampoco disfruté.

Estoy de vuelta, pero esta vez no a la mansión, sino a la casa de los Harrison, y no entendí como James convenció a mi padre de que yo viviría con ellos hasta que nuestra nueva casa estuviera lista.

"Nuestra casa" eso me pareció algo tan extraño. Ya que James y yo no hemos dormidos juntos desde que nos casamos, ni siquiera dejo que me toque, por eso hemos evitado salir en público, no estoy en condiciones de fingir.

¡NO VOY A FINGIR!

— Te ves muy Pálida pequeña — dijo mi tía luego de convencerme de que bajara a comer con ellos, cuando me negué el día de ayer que fue cuando llegamos de ese fatídico viaje de "Luna de Miel"

—Estoy bien — respondo mientras me obligo a tragar la comida.

— Pero no parece, James, ¿Olivia comió bien durante el viaje? — se dirigió a él.

— No madre, estaba enferma y no comía mucho — lo que respondió no fue todo mentira.

No salí de la habitación durante dos días y al tercer día Jeans casi rompe la puerta porque yo estaba inconsciente. Me tuvo que ver un doctor, porque estaba deshidratada y sin comer durante esos 3 días.

James tuvo que hacer de mi habitación una cuarto de hospital, tenía una enfermera que me cuidaba. Y él solo entraba cuando yo dormía. Eso me lo dijo la enfermera antes de despedirse.

El Señor se queda con usted mientras duerme, se nota que la quiere mucho.

Pero yo no le creía nada, así que cuando regresamos le dije que no me tocaría.

Esto es una mentira y yo no me voy a prestar para esto — le dije al cerrar la puerta de la habitación. No estábamos en su cuarto, nos habían arreglado una al fondo que era mucho más grande, con dos vestier y un baño que tenía una tina y un ducha que compartían los vestier.

Lo que tú digas Olivia — solo dijo él al escucharme.

No dormiré contigo ni me acostaré en la misma cama que tú. No me tocarás,ni por error, si no quieres que todos se enteren en que esto es solo una mentira.

La Pequeña HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora