21. Fiesta de aniversario

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Cuando la vi por primera vez en ese vestido quedé embobado. Ahora que está a mi lado tan bien arreglada con ese vestido verde, maquillada y con el olor a su perfume, quiero comermela.

Olivia no quiere que la toque, no me habla y a veces evita verme, sin embargo, esta noche no podré dejarla en paz, deseo quitarle ese vestido.

Suspiro.

Al llegar veo la cantidad de prensa en la entrada del hotel donde se realizará el aniversario de la empresa. Claro, son 50 años fundada la fábrica por mi abuelo y ahora también será anunciada la fecha de nuestro matrimonio de manera formal. Y por supuesto, todos quieren saber sobre la pequeña heredera Bennett, las razones por las que se fue y ahora porque volvió.

Suspiro mientras detengo el auto antes de la entrada del hotel y ella me mira extrañada.

— Olivia escuchame — volteo a verla, esta tan hermosa, su labial rojo me incita, me provoca, desvío la mirada — habrá prensa, debemos cuidarnos mucho como nos portamos delante de ellos, sabes lo que son capaces de decir.

— Tranquilo, no haré nada estupido esta noche, quedarás muy bien delante de todos — siento que su tono es de ironía, le tomó las manos, lleva mi anillo, a pesar que no combina con tu atuendo, sonrió.

—No lo hagas por mí, hazlo por ti, pequeña — ella mira la entrada y luego a mi — De mi ha dicho de todo lo que puedas imaginar y no me importa. Prefiero ser yo el que se vea mal pero tú, no dejes que nada te opaque.

— Está bien — suspira — vamos.

Cuando estaciono el auto, un valet parking se me acerca y le entregó la llamé, él me dio un localizador. Puedo ver algunos flash mientras rodeó la camioneta y le abro. La miro, parece asustada, le sonrío y le doy un beso en la mejilla.

— Brilla, mi pequeña — le susurró y ella me sonrió.

Cuando bajo el auto le tocó sonreir, muchos la llamaban y ella de una manera única los miraba y sonreía. Olivia era la dueña de las cámaras esa noche. Yo permanecía lo más apartado para no opacarla, de repente ella me toma la mano y se pega de mi pecho, siento que tiembla, está nerviosa y lo sabe disimular, su sonrisa hermosa no abandona su rostro.

— Vámonos ya James — me susurra y la abrazo, mi mano acariciaba su espalda desnuda.

— Lo que tu digas preciosa — le digo mientras poso un beso en su frente.

Ella se disculpa y entramos al lobby del hotel donde se hará la fiesta de aniversario.

— No dejes de sonreir — le digo — hay mucha gente todavía — ella me abraza y esconde su rostro en mi pecho, mi corazón se acelera.

— Buenas noches señor Harrison, señorita Bennett, bienvenidos — nos recibe una anfitrina, esta vestida de negro y en su pecho el logo de la empresa junto con el numero 50, del quincuajesimo aniversario. No entregó unos regalos y yo tomé el de Olivia que aún sigue pegada a mi.

— ¡Olivia! — Bere cuando nos acercamos y se abrazan, ella me suelta.

— Que suerte tienes sobrino — mi tío Ben me sorprende por detrás, lo veo de reojo, me palmea la espalda.

No me gusta tenerlo cerca y menos cuando está Olivia, odio ese porte de vividor que no puede esconder.

— Si la tengo — le respondo — y la valoro.

— Te quedas con la hermosa heredera, te quedas con su empresa y con la nuestra — me dice eso y volteo a verlo con odio, ¿Quien carajos se cree?

— No soy como tú, lo que tengo me lo he ganado con esfuerzo — le digo y miro como Olivia y Bere se toman fotos juntas.

La Pequeña HerederaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora