Mío
Harry corría como nunca en su vida, peor que si Voldemort estuviera yendo tras de él con una motosierra. El corazón le latía tanto que parecía explotaría en cualquier momento. Casi pensó en romper el retrato de la Dama Gorda cuando ésta tardó en abrirle. Finalmente consiguió llegar hasta su recámara y sin siquiera cambiarse de ropa de metió bajo las sábanas cubriéndose hasta la cabeza.
Agradeció que Ron finalmente se hubiera quedado dormido, así no le haría ninguna pregunta, ni siquiera tenía idea de cómo responderlas.
Ahí, bajo todo su refugio, Harry aún respiraba agitado, mirando paranoico de un lado a otro, aunque sólo pudiera ver las fibras de su frazada. Casi asustado hasta de moverse, llevó sus dedos a los labios.
"¡Me besó!... ¡Por todos los cielos, Snape me besó!"
Por unos segundos ya no pensó nada más, pero al cabo de un momento consiguió relajarse y ver las cosas más objetivamente.
"¡Que horror!... —exclamó con un gesto aterrado—... ¡Me besó, me besó!... Pero ¿porqué?"
Ese "¿Porqué?" fue lo que mantuvo a Harry despierto toda la noche. No quería recordar el beso, en realidad poco recordaba, tal vez su instinto de supervivencia le ayudaba a olvidarse de los detalles, pero la pregunta sí la analizó. Sin embargo, el amanecer llegó y él no encontró ninguna respuesta que le satisficiera.
Cuando Ron se despertó, Harry ya se había bañado y alistado para irse a sus clases. Casi se tropezó y cayó al incorporarse apresurado creyendo que nuevamente se les había hecho tarde.
— Tranquilo, Ron, todavía no son ni las siete.
— ¿Y qué haces despierto tan temprano? —preguntó tallándose los ojos.
— Quiero ver a Draco... Nos vemos luego.
Ron se quedó muy serio viendo como su amigo continuaba notándose muy animado con su relación con el hurón, suspiró hondo pensando que no le quedaba más remedio que aprovechar el tiempo, dudaba volver a conciliar el sueño.
Harry sintió que el corazón se le aceleraba cuando pasó por las mazmorras, esperó que por primera vez en su vida no tuviera tan mala suerte y el Profesor no le saliera por algún corredor. Afortunadamente pudo llegar a las habitaciones de los Slytherin sin complicaciones y fue directamente hacia la recámara de Draco sin hacer caso de las miradas inquietas de los integrantes de aquella casa... la mayoría aún no se acostumbraba de verlo aparecerse por ahí.
Draco ya había terminado de vestirse y estudiaba un poco recostado sobre su cama mientras esperaba el momento de ir en busca de su novio, así que cuando lo vio entrar y correr hacia él, lo recibió con los brazos abiertos.
— ¡Bésame! —pidió Harry sonriente.
— Todo lo que quieras, joli. —dijo antes de darle gusto, contento de ver a su novio particularmente efusivo aquella mañana—. Hoy despertaste muy animoso.
— Quería verte, ya ves que casi ni tiempo tenemos de vernos.
— Sí, y todo por esos castigos de mi Padrino.
Harry se tensó al hablar del Profesor Snape pero supo disimularlo bien y siguió sonriendo. Sin embargo, prefirió levantarse y olvidarse de los arrumacos por el momento.
— ¿Cómo sigues de tu mano?
— Bien, casi ni me duele. —respondió mirando su mano aún vendada.
— No vayas a tomar notas en clase, yo te paso las mías. —le dijo acercándose para besarle en el cuello—. Y sobre las tareas, también me encargo de ellas.
— No, Draco, eso no es necesario.
— Sé que no, pero quiero hacerlo, joli. No me niegues ese gusto.
— Eres un ángel. —exclamó riendo abiertamente.
— ¡Ni se te ocurra volver a decir eso, Potter! —replicó cubriéndole la boca mientras miraba a su alrededor—. Aquí está lleno de Slytherin, por lo menos ayúdame a mantener mi preciosa reputación de dominante en esta relación.
— Sí, claro, Amo... lo que usted ordene. —se burló divertido.
Harry abrazó al rubio con cariño, aún le parecía increíble que algún día llegara a odiarlo tanto. Ahora se maravillaba del novio perfecto que había tenido la suerte de conseguir, un verdadero caballero, amable, gentil, amoroso, al que quería mucho... y sin embargo, aún no entendía porqué no se animaba a dar el siguiente paso, sobre todo porque sabía que lo deseaba, sería un ciego descerebrado si no sintiera algo por alguien tan bello y dulce... pero seguía sintiendo que faltaba algo.
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Corazones clandestinos
FanfictionHay corazones que se cruzan en la vida, que se reconocen, se enamoran y luchan siempre juntos, sin interesar si son prohibidos, ocultos, ajenos, impulsivos o inesperados, lo importante es que son reales. Snarry