Peligro

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Peligro




Joli... despierta o se te volverá a hacer tarde... ¿Me escuchas, Harry?


Harry sonrió sintiendo como Draco le abrazaba para despertarlo, pero él tenía mucho sueño, apenas había podido dormir como quince minutos. El rubio decidió que tenía que usar métodos más efectivos para despertar a su novio y aprovechando que la sala común se encontraba a solas, se montó a horcajadas sobre el ojiverde y mordió suavemente una de sus orejas.


— Auch. —se quejó Harry deliberadamente—. Eres un salvaje, Malfoy.

— Exagerado, no niegues que te gusta.

— ¡Tú eres quien me gusta!


Harry atrajo a Draco hacia él para darle un beso. Necesitaba volver a probar sus labios y sentir que no había más nadie en el mundo a quien quisiera pertenecer que a su novio. Éste se emocionó ante la fogosidad del Gryffindor, esperaba que se tratara de una señal para que finalmente se decidiera a formalizar un poco más su relación.


Pero la llegada de algunos de sus compañeros les hizo separarse abruptamente. Draco disimuló ante todos y se sentó adoptando su característica pose arrogante, mientras Harry reía. Dándole un poco el gusto de continuar con su cuidada imagen, se deslizó entre las piernas del rubio para recostarse sobre su pecho de manera sumisa.


— ¿Te estás burlando de mí? —preguntó Draco inclinándose para hablarle al oído cariñosamente.

— Sabes que no me importa lo que piensen.

— Yo sé porqué lo haces... y te quiero más por eso.


Harry no respondió, sólo se acomodó un poco más en el pecho del Slytherin. Acababa de encontrar una razón más para no abandonarlo. Recordó el gran escándalo suscitado luego de hacer público su romance... El futuro héroe y salvador del mundo mágico salía con el hijo de un mortífago. Era el acabose.


Todos auguraban que en cuanto el Señor Oscuro se enterara, los días de Draco estaban contados. Y Harry recordó la visita que les hiciera Lucius.


Flash back

— Si van a hacer esto... —les dijo algo nervioso mientras vigilaba que nadie le hubiese seguido a esa área en el bosque donde los citó—... entonces háganlo bien.

— ¿Qué quieres decir, Padre? —preguntó Draco apretando la mano de Harry.


Draco había decidido confiar en su padre luego de su decisión de abandonar las filas de los mortífagos posterior a su estancia en Azkaban durante unos meses hacía un año. Lucius había rectificado su camino y ahora fingía seguir adorando a Voldermot aunque eso ya fuera parte de su pasado. El mago mayor temía mucho por su hijo, sabía que el Señor Oscuro lo tenía considerado para integrarse en sus filas cuando fuese necesario.


— Ya-sabes-quien, Draco, tendrá que enterarse muy pronto de ese noviazgo y no le gustará si no piensa que puede resultarle beneficioso.

— ¿Qué quieres decir?

— No sé cómo sea su relación. Pero, Potter... —agregó dirigiéndose hacia el chico de ojos verdes—... si en algo aprecias a mi hijo, tendrás que hacer a un lado tu orgullo y mostrar que Draco no es un chico más.

— ¡Pero Draco no es un chico más! —protestó Harry.

— Entiendan, lo que quiero decir es que deben dar la impresión de que Draco ejerce una gran influencia sobre ti, Potter. Si el Señor Oscuro se entera de eso, entonces creerá que aún no ha perdido a Draco y su vida no correrá tanto peligro.

— Yo no quiero maltratar a Harry si eso es lo que pretendes que haga, Padre.

— No es necesario que se comporten al pie de la letra como les digo... sólo finjan ante los demás ¿eso es mucho pedir?

— Para mí no. —aseguró Harry—. Si es por el bien de Draco, puedo besarle las suelas de los zapatos si es necesario.


Draco sonrió enternecido por las palabras de Harry y con profunda dulzura le abrazó, prometiéndose al oído que, antes que humillarlo públicamente, sería capaz de entregarse al Señor Oscuro sin importar lo que pasara con él.


Fin del flash back



Harry suspiró hondo en el pecho de Draco mientras lo abrazaba con cariño. ¿Cómo iba a traicionarlo si el chico lo quería tanto?... Él también lo quería y ahora pensaba que quizá un rompimiento podría provocar que Voldemort creyera que Draco disminuía su utilidad en Hogwarts... Si eso causaba que lo llamara a sus filas, o que lo lastimara, Harry no se lo perdonaría nunca.


Y todo por los besos de Snape.


— ¿Harry?... ¿te sientes mal? —preguntó el rubio al percibir un estremecimiento en su novio.

— No, estoy bien.

— De acuerdo, tengo que irme a cambiar de ropa o llegaremos tarde a Pociones.


Harry palideció al recordar que ese día tocaba clase con Severus Snape, el corazón le latió tan fuerte y rápido que sentía que estallaría. Afortunadamente Draco no lo notó ante su prisa por irse, sólo le dio un breve beso y se marchó dejando a su novio aún sin poder moverse... ¿cómo iba a actuar frente a Snape teniendo a Draco a un lado?

Corazones clandestinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora