La petición

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La petición





Severus dio unos pasos rápidamente hacia donde se encontraba Harry alejándole de Draco como si éste pudiera contaminarle con sus peticiones, las cuales no estaban nada bien y además siempre terminaban lastimando al ojiverde.


Harry se resistió suavemente consiguiendo que Severus se detuviera antes de que lo sacara de la enfermería y con una simple mirada consiguió que el hombre consintiera en que se quedaran a escuchar la petición de Draco, aunque ninguno de los dos se sentía cómodo con la situación.


— ¿Qué es lo que quieres pedirme? —preguntó Harry sin separarse de Severus.

— Yo simplemente te advierto, Draco, que pienses bien en lo que dirás, porque si vuelves a decir una estupidez, yo mismo me encargo de romper esa varita y jamás en tu vida podrás volver a comunicarte con nadie.

"Entiendo tu preocupación, padrino". —respondió Draco sujetando firmemente su varita, eso era algo que no quería perder, y no precisamente por la utilidad funcional que representaba, no olvidaba quien la había hecho llegar a sus manos—. "Pero aunque ahora seas la pareja de Harry, creo que solamente le compete a él si acepta o no"


Severus frunció su mirada, casi dispuesto a marcharse y llevarse a Harry con él dejando a Draco solo, para que hiciera con su petición lo que le diera la gana, pero el ojiverde le apretó la mano pidiéndole paciencia. Así que, aunque no cesó en mirar amenazante a su ahijado, continuó en silencio.


"Ya sabes que no quiero este embarazo, Harry" —continuó Draco intentando ignorar el abatimiento de Ronald al escucharle—. "Pero como veo que no tengo más remedio que aceptar que llegue a su fin, he decidido que no quiero al bebé conmigo cuando nazca... Por eso, te suplico que lo aceptes contigo"

— ¡No! —exclamó Ron ya sin poder contenerse—. ¡Ese hijo es mío y yo tengo el derecho de quedarme con él!

"¡No es tuyo!" —aseguró Draco mirando al pelirrojo—. "Y no voy a cambiar de opinión, no me quedaré con él y no tengo la menor duda de que con nadie estará mejor que con Harry"

— ¿Estás seguro de eso? —preguntó Harry.

— ¡Harry! —exclamó Severus, alarmado por el brillo en los ojos verdes—. ¡No puedes estar pensando en aceptar semejante tontería!

— Déjame saber lo que Draco tiene que decir, Sev, por favor.


Severus no pudo negarse, pero su corazón ya temía por el resultado de aquello. Miró a Ronald Weasley, se le veía más angustiado de lo que jamás estuvo, y fijaba sus dilatados ojos azules en Draco, en espera de que se retractara, pero el rubio no parecía tener la mínima intención de hacerlo.


— Continúa, Draco, por favor. —pidió Harry ante la desesperación de Ron, él también notó el interés de su amigo y eso le dio mucho más miedo aún.

"Este bebé que espero es de un ser maléfico, Harry. Y sé que yo jamás podría cuidar de él, su magia sería muy superior a la mía y con destellos probablemente malignos. Él necesitará a su lado alguien que le guíe para que no se termine convirtiendo en el arma que ese monstruo espera... Sólo tú puedes conseguir que sea un niño normal y cuidarlo para que no se lastime ni lastime a nadie"

— Pero es mío. —sollozó Ron dándoles la espalda.

"Si realmente te preocupa el bebé, Ron, debes permitir que Harry se quede con él... con nadie más podrá estar seguro" —dijo después de hacerle volver a girar para que viera las palabras que salían de su garganta.

— ¡Pero yo le quiero, yo también deseo cuidar de él!

"¡Mentira!" —exclamó Draco exaltado—. "Eso dices ahora porque no estás pensando coherentemente, te dejas guiar por la lástima, pero si te repugnas por mí, con mucha mayor razón sucederá con el hijo de ese monstruo"

— ¡Ya te dije que eso no es cierto, son ideas tuyas, jamás sentiría repugnancia por quien quiero!

"Aunque lo niegues, es cierto. En fin, tienes que aceptar que jamás podrías protegerlo si el bebé llegara a superarte en magia, y eso es fácil que ocurra, con ambos, Ron. Él seguramente será más poderoso que los dos juntos"

— Pero esa no es razón para abandonar un hijo.

"Ya no importa lo que pienses porque mi decisión está tomada y ahora sólo está en manos de Harry decidir si acepta o no"


Draco miró a Harry, quien había permanecido en silencio escuchando la discusión entre su amigo y su ex novio. Sintió pena por Ron, realmente le veía sufrir pero tenía que reconocer que la lógica de Draco era fácil de asimilar, un hijo de Voldemort no podía quedar al cuidado de cualquiera.


— Yo... acepto. —dijo finalmente y su corazón retumbó violentamente al hacerlo.

— ¡Harry! —exclamó Severus alarmado—. ¡No puedes tomar una decisión de esa magnitud tan a la ligera!

— Pero, Sev...

— Vamos a hablar primero... ¿o es que mi opinión no importa?

— Claro que sí. —respondió preocupado por estar haciendo a Severus a un lado—. De acuerdo, hablaremos.

"Por favor, Padrino... —agregó Draco antes de que salieran—... Tú podrías ser un gran padre para él, y llegaría justo en los días en que esperabas a tu bebé".


Severus le envió una feroz mirada, sobre todo al notar un nuevo brillo, ésta vez más deslumbrante en los ojos de Harry. Se apresuró a sacarlo de ahí para regresar a su habitación, esperando poder convencerlo de lo irreal de aquella idea.



Corazones clandestinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora