12. Acción de Gracias con los Jaspe.

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Maniobre entre planchar una estúpida camisa de hombre (cosa que en mi vida nunca había hecho), hablar a través del celular y también poner carácter en el manicomio que había en la casa.

- ¡No inventes! – Exclamo Gina al otro lado de la línea – ¿y que le dijiste?

- Bueno, es algo poco creí… - me vi interrumpida al notar lo que estaba sucediendo así que aleje el aparato - ¡Dejen de gritar! ¿Acaso están en la selva? ¡Parecen simios! – gruñía a quienes tenia al frente. – Como te decía... – volví a mi conversación – es algo poco creíble pero adivina ¿Quién me salvo?

- ¿Tu hermano? ¿El vecino?¿Superman? – iba a decir un comentario sarcástico, pero ella se me adelanto. – Que conste que has dicho que era algo poco creíble.

- No. – El escándalo en la habitación volvió y me retiré el celular nuevamente para poner orden – Sigue así, adelante sigue así... - amenace a Luke quien era parte del desorden. -  Y te vas a ir a la cena como si hubieras salido de una botella. – Rápidamente mi hermano dejo de pelear con Angie en mi cama.

- Lacey, suenas como un ama de casa en camino a la demencia – escuche la voz de Gina a salir del aparato así que volví a la conversación. - ¿Qué está sucediendo en esa casa?

- Estoy a cargo de que estemos listos antes de la cena, mi madre llego tarde anoche y está agotada. - aclare suspirando. - ¿Puedes creer que nunca en mi vida había planchado una camisa? Esto lo hacían mis hermanos y no sé qué desastre estoy haciendo – comente.

- Procura no quemar la tela – me advirtió. – Pero en fin, ¿Quién te termino salvando del sótano del terror?

- ¡Angelina ayúdame! No me vuelvas un desastre la habitación, pon carácter eres la mayor entre ellos. – la muy enana se rio mío – respondiendo a tu pregunta Gina, fue Damián –
confesé y escuche como expreso su desconcierto – Tuve que tragarme mi orgullo y mandarle un SOS por mensaje, lo peor de todo no fue eso sino que cuando parecía que se iba armar la cuarta y quinta guerra mundial vi unos ojos saltones en esa oscurana y tuve que gritar para que me sacasen de ese lugar.

- ¡Que horrible Lacey! - expreso mi mejor amiga - ¿Qué era lo que te asusto?

- Una estúpida rata, juro que creí que era el duende del infierno. - volví a notar que las cosas se estaban comenzando a descontrolar en la habitación. -  Te dejo porque si no
estos simios me acabaran con la casa. – me despedí para luego colgar, deje la plancha aun lado y fui a poner carácter – ¡Miren pedazos de Simios! – Chille llamándoles la atención – Me hacen el favor y se me largan a la sala.

Lili quien tenía una de mis almohadas la dejo a un lado para bajarse de mi cama y al entender que no estaba de humor salió de mi habitación, por otra parte Luke que estaba tendido en el suelo seguía quejándose ya Angie se había hartado y le había metido un golpe en el abdomen.

- Ese es tu karma por lo de ayer – decidí cobrármela y comenzar a estirar mi cama.

Estuve acomodando todo y al parecer mi prima estaba demasiado molesta por los juegos bruscos de Luke, así que se sentó a leer en silencio sin la mínima intensión de disculparse por sacarle el aire, ella estaba distraída en ese libro en sus manos así que decidí
darle un vistazo a la portada para saber cuál de todos era, Moby Dick, irónicamente lo primero que recordé era a Damián, en la primera tutoría y esa noche donde el termino dopado y se comportó extrañamente agradable que me cargo por las escaleras por mi tobillo.

- ¡Angelina me querías matar! – el grito de Luke me volvió al planeta Tierra y luego mencionada le dio una mirada de pocos amigos.

- No... Pero si la tía Melisa se despierta cabreada por tus gritos de vieja menopausia, te voy a enterrar vivo en el jardin. – le amenazó reacomodándose para seguir leyendo.

Más allá del Comienzo. ✓[#1 Saga Del Comienzo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora