29. Entre el miedo y la Duda.

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Unas semanas después…

Lacey.

Mis ojos leían con toda cautela la información que estaba en la pantalla de mi celular, con rapidez, pero sin saltarme ninguna palabra me sumí en la lectura hasta que en los cinco minutos que llevábamos ahí Lili soltó otro chillido que me hizo saltar

- ¡Es trenzar no jalar! – se quejó.

Resulta que los chicos se les ocurrió la brillante idea de querer aprender a hacer trenzas, estuvieron dos semanas con la misma cantaleta hasta que decidimos en enseñarles. ¿Cómo es que quisieron aprender a hacer eso? Pues resulta que vieron 50
sombras liberadas.

- Perdón. – musito Cris. – En la película Grey lo hace tan fácil ¿Ahora a donde se supone que cruzo este mechón?

Rodé los ojos, yo aprendí viendo, pero parece que ellos necesitan más que eso. Paul quien estaba al otro lado del sofá trenzándole el cabello a Gina parecía estar muy concentrado, lo más que lo había visto en mi vida.

Ella ya se había recuperado por completo, ambas habíamos estado asistiendo a ungrupo de apoyo sugerido por la señora Reed debido a lo sucedido, resulta que Gina supo sobrellevarlo mejor que yo o eso es lo que me parece, aunque la psicóloga que lidera el grupo me explico que la forma en la que lo sobrelleva es con el humor, no sé ustedes, pero yo lo veo mejor que parecer una anoréxica.

Porque la verdad es que si lo parezco, no tengo problemas con mi peso sino que estas últimas semanas he bajado de peso, tanto que la consejera escolar comenzó a creer que en serio tengo problemas con la alimentación, fue estresante explicarle que los estereotipos no eran lo mío y que mucho menos tenía una obsesión por ser delgada, sino que mi estado emocional me tenía como estoy, entre no dormir las ocho horas y estar durmiendo en la escuela, había ignorado las horas de comida.

- Tanta concentración me sorprende, Adkins. – comento Jade sentada en el sofá individual.

Ella por otra parte se notaba bien, si me llego a mencionar los problemas
secundarios que tuvo después de lo que sucedió, pero el señor Reed la mando aun terapeuta especializado, resultado de ello: una vigilancia extrema por parte de sus padres.

- Juro que si me hace un nudo yo le hare uno a él en la cara. ´- amenazo Gina volteándome a ver. - ¿Ya comiste?- me pregunto.

- ¡Ya voy! – exclame, porque había estado insistente durante el rato. Me levante del sofá para ir a la cocina y buscar mi comida, era domingo entonces mamá tenía el día libre, pero había salido a hacer algo, los gemelos se habían ido a la universidad y había quedado a cargo básicamente de este grupo de intensos.

Termine de leer la información en el celular y decidí servirme una ración de comida sugerente para no escucharlos quejarse.

Escuche una vez más el chillido de Lili, vaya que Cris era horrible trenzando el cabello, por suerte y no deje que me agarrara, aunque bueno en realidad el tema de mi cabello se había vuelto delicado al punto donde:

- ¡¿Por qué hay tanto polvo en este lugar?! – chille viendo con asco la habitación de Luke. - ¡Señor! Luke ya Halloween pasó, te van a llevar las arañas. – señale a una esquina del
techo.

Mamá me había impugnado la horrible tarea de ayudar a Lukas a limpiar su habitación, antes de que los gemelos se fueran, los tres compartían habitación por eso se ayudaban mutuamente, pero este lugar era un campo de batalla lleno de gas mostaza y yo un simple soldado sin mascara anti- gas.

- Nadie las ve, esa eres tú que te quejas hasta por la mota de polvo que entra por la ventana.- se quejó Luke con exageración.

Rodé los ojos, antes de tomar una vieja escoba para comenzar a quitarlas, el polvo estaba por todos lados así que comencé a toser, no me quedo más remedio que alejarme de ahí.

- Tienes una telaraña aquí. – musito mi hermano, apenas sentí que me tocaron el cabello me di vuelta y le pegue una bofetada.

Si, bueno. Creo que también debería ir con un terapeuta para que me ayude con eso, recuerdo que me fascinaba que tiraran de mi cabello cuando follaba pero bueno, mejor me callo.

En cuanto volví a la sala comiendo me acerque a los chicos para ver cómo iban, Paul aunque lo hacía lento se veía bien, por otro lado no sabía que vergas era lo que hizo Cris. – Sin ofender, pero eso parece un chorizo magullado.

- ¡Cállate! De todas formas me sirve para lo que lo necesito. – me respondió siguiendo en lo suyo.

Más allá del Comienzo. ✓[#1 Saga Del Comienzo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora