18. Moral y Consejos.

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Lacey.

Mi moral…

Esa se fue para el infierno.

Las manos de Damián me tomaron por la cintura apretándola ligeramente, las cosas eran confusas, pero sinceramente no me quería detener a pensarlas. Lo único que
sabía que estaba haciendo... Era que estaba montada encima de Damián domándolo, trataba de no lastimarlo ya que también recordaba los moretones que tenía.

Baje la guardia, deje que callera al suelo en cuanto una ligera mordida en mi labio me hizo jadear, una de sus manos me tomo por el cabello impidiéndome alejarme, pero
dando unos deliciosos tirones que me estaba haciendo perder la cordura.
Mi mano acaricio su hombro y viajo por su brazo, Damián soltó mi cabello y descendió para acariciar mis pechos por encima de la tela de mi suéter, puse mis manos en su pecho y lo impulse a acostarse.

- ¡Mierda! – murmuro, viéndome desde abajo.

Me incline para seguir besándolo, mis caderas estaban a su merced moviéndose como me apetecía, una de las manos de Damián se situó en mi trasero apretándolo y jadeo en medio de nuestro beso debido a mis movimientos, sentí como creciá aún más en medio de mi entrepierna.

– Lacey.

- Damián. – musite como respuesta.

Mi estabilidad emocional había estado en una montaña rusa todo el día, desde enojo hasta felicidad, de la seriedad a la molestia y de la preocupación al deseo, si no era
bipolar antes lo terminaría siendo.
Estaba besando a Damián, al chico que había sido mi crush desde el primer años de secundaria, a quien hace apenas ayer jure que olvidaría y mande mi moral al carajo para esto, terminar teniéndolo debajo de mí.

Esto era una mala idea.

¡Era una mala idea que me encantaba!

Pero el encanto duro muy poco.

- ¡Lacey! – la voz de Lili me hizo saltar y de alguna forma termine de pie como si nada aun lado de la cama, el sonido de pasos subiendo las escaleras me hizo saber que no era una broma cruel de mi cerebro.

Damián todavía no entendía que estaba sucediendo o que había sucedido, solo sé que tenía la respiración irregular y me veía como si no creyera lo que paso, siendo
sincera yo tampoco lo creía.

- ¿Qué sucede? – pregunte cuando Lili apareció en la puerta.

- Te buscan, es un chico. – contesto antes de volver a perderse por el pasillo.

¡¿Quién demonios vino a verme ahora?!

Solté un suspiro que no se definir si fue de frustración o alivio, para luego
encaminarme fuera de la habitación, en cuanto llegue a la puerta no pude evitar ver a Damián antes de irme.

Maldije mentalmente al ser que se atrevió a venir a buscarme hoy y juro que pensé que era Cris, pero en cuanto vi a Paul sentado en mi sala la curiosidad me gano.

– ¡Paul! ¡Wau! – dije con una falsa amabilidad. - ¿Qué haces aquí?

Entiéndanme, tenía curiosidad pero también un asunto que resolver en mi
habitación.

- Quería verte. – ¡precisamente ahora! – ¿Estas ocupada?

Mi boca se abrió dispuesta a decir que sí, pero el destino tenía otros planes para mí, unos que eran un tanto vergonzosos, pues cuando escuche pasos que bajaban las escaleras me quede más tiesa que un muerto, pues esos no eran los pasos de Lili.

Damián paso justo por nuestro lado con nada más el abrigo puesto y la camiseta en mano, él me hizo una rápida despedida con la mano y salió de la casa dejando el silencio tras el sonido de la puerta cerrándose.

Más allá del Comienzo. ✓[#1 Saga Del Comienzo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora