Damien.
Corre… Corre… Corre…
Era lo único que podía pensar, suspire pasándome la mano en la cara mientras el auto se movía a toda marcha por la carretera, la lluvia golpeaba con fuerzas el parabrisas, me salte unas cuantas señales de alto, uno que otro semáforo y me sorprende que la policía no me haya detenido.
Literalmente salí en pijama en cuanto Georgina y Cristian tocaron a mi puerta, fue Samanta quien les salió, pero debido a tanta insistencia al tocar el timbre me despertaron y salí cabreado a ver quién era, al verlos empapados y con una expresión
de preocupación las alertas se me activaron.
Solo dos personas vinieron a mi mente en ese momento, eran Dina y Lacey, pero hasta que no me dijeron el grave problema que estaba sucediendo mi cuerpo no reacciono completamente.
- ¿Respondió? – pregunte observando a Georgina en el asiento del copiloto.
Aun las gotas de agua escurrían de su cuerpo, le preste un abrigo debido a que había salido de su casa sin importarle el frio y como estaba vestida solo para avisarme, en realidad se lo agradecía, por otro lado Johansson estaba en el asiento trasero aún más empapado, sabrá Dios como fue que el psicópata ese llego a mi casa sin auto.
Toque el claxon con rabia debido a que un auto que estaba adelante, parecía que estaba de turismo a estas horas de la mañana en medio de la lluvia y lo digo porque me cabreaba lo lento que iba, me pase las manos por el cabello y volví a soltar otro suspiro.
- Le pusieron un calmante y está dormida. – Georgina espeto dejando el celular sobre el tablero para luego observar por la ventanilla.
- ¿No saben si se golpeó o se calló? – pregunte girando para entrar en la autopista.
Recuerdo que la última vez que tome esta ruta fue cuando Lacey se desmayó en el hospital, en lo que Dina me dijo salí como alma que lleva el diablo para verla, siempre he tenido una mala relación con los hospitales porque cuando se tratan de ello solo me dan malas noticias.
- No que yo recuerde. – respondió Cristian.- ¡Mierda! – la exclamación de Georgina me hizo voltear. – Cuando bajo corriendo las escaleras de las gradas, eso debió ser.
Sin poder evitarlo apreté el volante, cuando por fin llegamos al hospital apenas me estacione salimos corriendo al interior del edificio para recorrer los pasillos del área de emergencias, nos resbalamos en algunas partes debido a que íbamos
mojados, tropezamos con algunos enfermeros y casi hacemos que seguridad fuera tras nosotros.
Hasta que en la sala de espera vimos a Luke sentado apoyando sus codos en las rodillas con una expresión de impaciencia, cuando nos vio se levantó para escanearnos.
- ¿Vinieron volando o le metieron el nitro? – indago metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón.
- Cuando algo le pasa a tu hermana, ni el cielo y mucho menos el infierno nos detiene. – jadeo Cristian.
Lo dirá en broma, pero en realidad era así, Lacey era quien nos unía y nos preocupaba tanto que para mantenerla bien juro que le venderíamos un riñón a la mafia solo para verla sonreír.
- ¿Cómo está? – pregunte estudiando sus reacciones.
- El medico está hablando con mi madre, pero dice que está bien que no hay nada de qué preocuparnos. – un suspiro de alivio salió de mis labios y me permití sentarme para calmarme.
Sentía como el corazón me martillaba en el pecho con fuerza, tanto por miedo como por el esfuerzo, Luke comenzó a caminar de allá para acá y Johansson junto Georgina se sentaron en los asientos de más allá.
Sentí como si ese fue el momento más largo de mi vida, detalle toda la sala de espera, los uniformes de las enfermeras, incluso vi como paso un sujeto en una camilla cubierto de sangre junto a un montón de doctores aun lado.
Voltee a ver a Georgina quien tenía la cabeza apoyada en el hombro de Cristián, sus ojos estaban cerrados mientras le abrazaba el brazo, él le acariciaba el cabello húmedo con sus ojos fijo en ella, de repente giro la cabeza y volteo a verme, no aparte la mirada por unos segundos porque claramente nos observamos con recelo, pero al final la aparte para ver hacia el frente.
Yo no tenía nada en contra de él, más o menos, recuerdo que todavía intenta conquistar a Lays, pero ahora no se si piensa arrasar con toda la población femenina de Ray Deverson, ya le había dicho Dina que yo sospechaba que esos dos terminarían juntos, aun así no me escucho.
Sé que Georgina no era completamente lesbiana y tampoco completamente heterosexual, no la juzgo, pero Dina es mi prima y la quiero, por primera vez en años la
veo nuevamente ilusionada y me molesta ver esto porque sé que terminara lastimada, por mí que ellos follen y se maten cuanto quieran, lo que no quiero es ver a Dina decepcionada y dolida.
Luke tomo asiento a mi lado, por un largo rato no dijo nada, pero cuando lo hizo la seriedad en su tono me tomo con la guardia baja.
- ¿Qué quieres de mi hermana? – su vista estaba al frente con ceño hundido
.
No pude evitar girar para verlo, pero luego lo imite.
- Yo a tu hermana la quiero. – respondí estirando mis piernas.
- Esa no fue mi pregunta.
Una risa irónica salió de mí, vaya que el crio tenía carácter.
- Bueno, quiero que sea feliz, que tenga lo que sueñe, quiero que ella tenga lo que hay más allá del cielo. – voltee a verlo y con sinceridad añadí: - Pero también quiero que no salga de mi vida, quiero que permanezca a mi lado hasta el último de mis días, quiero tomar su mano en cada uno de sus logros, quiero ser todo lo que ella es para mí.
Luke me vio aun con la misma expresión, escaneo mí rostro a ver si mentía y luego espeto parándose:
- ¡A la mierda! – me dio una mirada de asco. – Me empalague, ¿el amor amansa a las fiera o las droga en azúcar? – me reí sin importar que las personas a nuestro alrededor voltearan a vernos. – Lo que sea que ella vio en ti, espero que no la lastime, seré menor, pero a mi hermana no me gusta verla sufrir.
- Yo... – me incline hacia adelante para apoyar mis codos en las rodillas, para continuar hablando cuando vi a Melisa McCain salir de un pasillo, en cuantos sus ojos se enfocaron en mí un semblante de molestia se instaló y zancadas grandes camino hasta mí.
Me levante esperando lo que me diría, era mucho más alta que ella, sabría que posiblemente me abofetearía y me ordenaría a irme, pero yo estaba aquí por su hija,
sorprendentemente Luke se interpuso.
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Más allá del Comienzo. ✓[#1 Saga Del Comienzo]
Teen FictionLa adolescencia comienza a los doce años y termina a los diecinueve, cada año trae 365 días, es curiosos cuando lo piensas de este modo porque entonces resulta que tienes 2922 días (contando el año bisiesto) para ser adolescente entonces tienes esa...