(Maratón 2/6)
Semanas después.
Damien.
Rojo.
Tamborilee mis dedos en el volante esperando paciente, me dirigía a casa de Lays, aunque Melisa no me daba las mejores miradas del mundo se resignó a seguir queriendo que me alejase de su hija, al final ahora aunque sea me hablaba.
Era un proceso lento, pero sabía que en algún punto me la ganaría solo tenía que darle tiempo, después de todo, hace ya unos días Lays me insistió a que habláramos seriamente con su familia empezando por Logan quien después de varias amenazas
alzo la bandera blanca por video llamada hace un par de días, Liam fue algo más sencillo, a Luke ya me lo había ganado y sin mentirles Lilibeth fue la más difícil.
- No.
- ¿Por qué no? – le pregunte por enésima vez.
- Te lo repetiré para ver si en tu minúsculo cerebro de anchoa te llega la información. –mascullo.
Si bueno, hasta ese momento fue que me di cuenta que Lili era un poquito renuente e impertinente cuando se lo proponía, de resto fingía ser un amor con todo el mundo.
- Tu, ser del sexo masculino. – comenzó y vi como Lays desde atrás del sofá la estaba viendo como si quisiera ahorcarla. – Que por nombre lleva Damien Parker, no me caes bien.
- Es a mí a quien me gusta Lili. – gruño su hermana cruzada de brazos.
- ¿Y eso qué? – soltó la menor de los Flores. – Pudieron con Logan, pudieron con Liam, pero conmigo no puede nadie.
- ¿Te gusta la nutella?
- Ahora sí que estamos hablando el mismo idioma, querido cuñado.
- ¡Lilibeth, tú y tu cochino interés! – chillo Lays molesta.
Ahí fue cuando me entere que había más de cuatro hermanos, en serio, ¿Larry Flores no conocía el condón? ¿Siete hijos era que acaso lo hacían sentir más hombre o qué? Si yo creí que tenía uno en camino y me estaba volviendo loco, ya sé de donde Lays heredo la paciencia.
Verde.
Arranque el auto dejando las luces del semáforo atrás las cuales me recordaron la noche de mi cumpleaños.
No quería hacer nada porque estaba mi madre en casa y quería pasarlo con Lacey, después de la primera impresión que tuvieron una de la otra preferí dejar la incomodidad para otro momento.
Había pensado invitarla a comer pero ella me insistió hacer otra cosa, tanto que hasta me quito el auto para ella conducir, comenzamos hablar trivialidades mientras la veía conducir, fue cuando note que nos diríamos a la secundaria.
- Recuerdas cuando casi me arrollas. - dijo en medio de una risa mientras estacionaba el auto.
- Claro, ¿Cómo no? Si apareciste de la nada. – respondí abriendo la puerta en lo que escuche que apagaba el motor. - ¿Qué hacemos aquí?
Solo la escuche reír.
Ambos salimos del auto, lo rodee para llegar a donde estaba y tomar su mano mientras nos dirigíamos a la entrada del edificio, Lays saco un manojo de llaves de su chaqueta de mezclilla e introdujo una de las llaves en la cerradura.
- ¿De dónde las sacaste? – no pude evitar preguntarle.
- Tengo amigos en el club de astronomía. – espeto inocente.
- ¿Debería preocuparme de esos “amigos” tuyos?
- ¿Celoso?
No respondí.
Cruzamos los pasillos iluminando con la linterna de nuestros celulares, ella iba adelante guiándome en silencio, no mentiré, la secundaria en la noche parece un escenario de película de terror.
- Recuerdas la primera vez que discutimos en la cafetería. – ella soltó mi mano para pararse frente a mí y caminar de espalda.
- Avenger’s – recordé lo que le dije aquella vez.Ella se rio y me vio fijamente unos segundos, sus ojos verdes brillaban con la luz de las linternas, Lays se dio la vuelta y comenzó a correr por los pasillos, curioso de esa reacción suya la seguí al notar que giraba en una esquina.
Su risa hacía eco en el silencio del edificio, sus pasos chocando contra el piso pulido retumbaban, no entendía como era que me llevaba ventaja cuando se quejaba hasta de caminar, pero la alcance al llegar a las escaleras.
- Un minuto. – dijo en medio de jadeos de cansancio.
- Ahora pregunto yo. – subí los escalones hasta estar frente a él. – Recuerdas cuando te lleve a la enfermería.
- ¿Qué? – la sorpresa estaba plasmada en su rostro.
- Si, eso pensé. – me puse a un lado de ella, para estar en la misma altura. – El día que te caíste por la escalera te lleve a la enfermería.
- De hecho. – dio un paso al frente para cortar nuestra distancia. – yo recuerda la noche del baile. – me beso ñ rápidamente, me volvió a tomar la mano para seguir.
Llegamos a la biblioteca, subimos las escaleras del segundo piso de esta, la luz de la luna entraba a través de los ventanales, pasamos por un pasillo que estaba en medio de dos largas filas de estantes, en lo más profundo y oscuro de este nos encontramos con
tres estantes juntos a la pared que formaban un cuadrado.
Nunca había venido a esta parte de la biblioteca, de hecho creo que muy pocos han venido aquí por lo polvorientos que se notan los estantes, sin mencionar las telarañas que cuelgan desde algunos.
- Ayúdame a mover este estante. – me pidió dejando su celular en el suelo.
Curioso por lo que me quería mostrar la imite para mover uno de los estantes juntos, la madera de este rechino contra el suelo, vaya que era pesado, pero hicimos un espacio
lo suficientemente grande para que pasásemos.
Tomamos nuestros celulares y pasamos dentro, Lays, se acercó a una gran cortina que había al fondo donde se suponía estar la pared y la deslizo hacia un lado levantando polvo, tosí un poco por este antes de darme cuenta de que lo que había tras de esto era una gran ventana.
- Los graduados del año pasado hicieron esto. – Ilumino la ventana, en esta se podía ver como estaba escrito con marcador blanco varias firmas. – Promoción Bestias Locas. – se rio.
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Más allá del Comienzo. ✓[#1 Saga Del Comienzo]
Teen FictionLa adolescencia comienza a los doce años y termina a los diecinueve, cada año trae 365 días, es curiosos cuando lo piensas de este modo porque entonces resulta que tienes 2922 días (contando el año bisiesto) para ser adolescente entonces tienes esa...