Libre con poca libertad

393 58 5
                                    

Sigurd me deja pisar el suelo, cosa de la que desconfío y seguido de eso, me hace un movimiento de cabeza indicando que me vaya.

Me va a dejar ir de verdad?

—Gå, nyt din frihet (Ve, disfruta de tu libertad) —Me sonríe adentrándose en la casa y mirándome desde la puerta

Doy pasos lentos hacia atrás viendo si mi teoría es cierta y al confirmarla, corro hacia atrás alejándome de la zona y notando ese sentimiento de libertad dentro de mí. Pero ese sentimiento se pasa después de unos minutos, al ver que no conozco para nada este lugar y que estoy perdido.

Camino despreocupado por las calles vacías, son las mismas por las que Sigurd me trajo. Es un camino de tierra el cual es rodeado por capas de agua, este clima es muy húmedo...

Las hojas de los arboles que tengo por toda mi zona izquierda se encuentran descansando en el suelo siendo cobijo para una familia de diminutas ardillas, las cuales me vigilan mientras comen algo que no llego a descubrir.

Paso a paso me acerco a la plaza y la gente enorme se hace ver. Me meto entre callejones escondiéndome de esos gigantes y deseando no hacer algún ruido. En estos pasadizos veo pasar ocas y gansos sin dueño como si fueran los reyes del lugar, curioso.

Dejo escapar un gemido ahogado en el momento en el cual a punto de salir del pasadizo junto a algunas de las ocas, una de las pobres aves es atrapada del cuello sin previo aviso y seguido se escucha un graznido y el sonido de un cuchillo cortando. Mi ruido parece haber llamado la atención del sujeto de delante ya que, con un cuchillo enorme en mano, se asoma al callejón con una expresión sonriente.

Corro en dirección contraria viendo como el bárbaro grita y comienza a seguirme junto a tres personas más.

Quiero volver. No quiero vivir esto. Me van a matar.

Cruzo las calles llenas de gente intentando esquivar a mis perseguidores... algo que hice en vano. En el recorrido consigo ver a varias de las personas que vivían conmigo en el pueblo colgadas o yacidas en el suelo, en ambos caso sin vida. Las lágrimas se crean rápidamente y forman una capa brillante y opaca, haciendo que se me dificulte la huida.

Tropiezo con todo por culpa de mi falta de visión, consiguiendo así que los otros tengan más ventaja para atraparme y posiblemente... matarme? Esa idea era algo paranoica hasta que uno me ha tirado varios cuchillos. Incluso me han tirado redes de pesca, en las cuales en algunas sí he caído pero he salido rápido de ellas.

Pasan los minutos y con ello las horas. Sí, han estado horas persiguiéndome. Ahora me encuentro en una casa de madera abandonada, hecho bola en el suelo y dejando salir los sentimientos que tengo desde anoche... desde que ocurrió la tragedia de mi pueblo.

Mi pecho asciende y desciende al ritmo de los sollozos que causa mi entrecortada respiración. Mi cabeza sabe que no hay escapatoria, que estoy en una isla y al momento de intentar tomar un barco me pillarán; y mi corazón inventa con fuerza esa fe de poder volver a mi casa y que esto sea solo una historia para contar cuando sea mayor.

Me atrevo a moverme y con dificultad, me levanto del suelo viendo como la noche está por caer. Veo como un atardecer anaranjado es empujado por la fría y oscura noche, obligando a esa belleza natural a esconderse.

Salgo de las ruinas con cautela, mirando hacia ambos lados y confirmando que no hay nadie a los alrededores. Al ver que estoy solo, piso fuera y camino en silencio, dónde solo se escuchan el crujir de las ramas bajo mis pies o el sonido del agua fluir con fuerza ya que, curiosamente, hay una pequeña ría a mi derecha.

Camino por una ruta de tierra la cual lleva al pueblo. He llegado a la conclusión de que: cualquier camino que tome llevará al maldito pueblo.

Con el paso de un par de horas, llego al pueblo y parece que hay gente buscando algo... o alguien. Es a mí? Vienen a por mí?

Me doy cuenta de una cosa: Estoy solo y no hay posibilidad de que pueda salir de aquí. Entonces ahora qué hago? No sé qué hacer...

Sigurd

Pasa por mi mente su nombre. Sin saber por qué, corro en dirección a su cabaña la cual se ve desde mi posición. Él podría hacer algo? Pero es uno de ellos... Aunque es el único que se a portado decentemente bien conmigo.

Cuando me quedo a unos metros de su puerta, respiro profundo pensando bien en lo que voy a hacer. Es o estar con él y ver que hace conmigo o ser perseguido por un grupo de bestias que querrán matarme nada más me tengan en sus manos o morir en la naturaleza.

Toco la puerta un par de veces haciendo que esta se abra al segundo toque. Me decido si entrar o no pero me armo de valor y abro la puerta entrando lentamente. Lo primero que veo es al rubio en medio de la gran y amplia dándome la espalda, recogiendo cosas con prisa y tirando algún que otra cosa por el camino. Lleva su hacha en mano y eso hace que retroceda involuntariamente ocasionando que una cesta de la entrada caiga haciendo ruido.

Qué casualidad.

Veo como se gira rápidamente a mi alzando su arma. Me quedo quieto, inmovilizado por lo que pase y ahí es cuando conecto miradas con él y suspira lo que parece ser aliviado. Da unos pasos hacia mí y yo me encojo en mi sitio mirando fijamente al arma que porta.

Hace un gesto refiriéndose a que entre, jugando con su arma nuevamente. Sabe perfectamente que me siento obligado a obedecer con ese tipo de cosas y lo usa en mi contra.

Entro a paso lento dejando la puerta abierta por si acaso pero Sigurd comienza a caminar por mi alrededor consiguiendo que me mueva y quedemos cambiados de lugar: él en la entrada y yo en medio de la casa.

—Liten, jeg skulle se etter deg (Pequeño, ya iba a salir a buscarte) —Murmura sonriéndome con gracia... cosa que no sé si debería asustarme— Jeg trodde du virkelig slapp unna (Pensé que realmente te habías escapado)

—No te entiendo —le comento apenado viendo como gira su cabeza confundido— Pero si he hecho algo que le ha molestado... —voy bajando mi tono con cada paso que da hacia mí después de cerrar la puerta con algo de fuerza

Trago saliva en el momento en el que toma mi hombro derecho con algo de fuerza mientras que con la cabeza señala la puerta y seguido un movimiento con el hacha indicando que me iba a cortar el cuello.

Asiento rápido al entender mi situación: no puedo salir, si salgo me matará... o es lo que he entendido.

—Så vi forstår hverandre (Así nos entendemos) —Habla soltando mi hombro y dando una palmada en mi espalda.

No me muevo, solamente decido sentarme en el suelo. No creo que le moleste que su ¿Rehén? esté sentado en el suelo sin hacer nada. Confirmo mi teoría al ver como me sonríe orgulloso desde el otro lado de la cabaña.

—Siden du er her, kan jeg gå til en haster (Ya que estás aquí, puedo ir a una urgencia) —Comenta tomando unas pieles y colocándoselas alrededor de su cuerpo.

—Ah... —es lo único que suelto al nocomprender nada

—Jeg skal dra (Voy a irme) -sentencia acercándose a la puerta ¿Se va de nuevo?- Fortsatt (Quieto) —me amenaza señalando el lugar en el que estoy. Asiento con la cabeza sabiendo que quiere que me quede aquí

—For... sat?... (Para... sentó?) —susurro confundido mirando donde estoy sentado, recibiendo una curiosa mirada por su parte— Ohhh! Sentarse —hablo sorprendido como si hubiera comprendido dándome un golpe suave en las piernas, las cuales tengo cruzadas entre sí

—Port deg selv godt, Gazelle (Pórtate bien, gacela) —es lo último que dice antes de cerrar la puerta detrás de sí

Suspiro cansado y me acerco a uno de los pilares de madera. No puedo salir de aquí o sino me matará, pero al menos tengo techo aunque no sé si es bueno o malo.

Sigo vivo, que es lo importante. Muchos de los míos han muerto por rebelarse o a saber por qué y yo no quiero acabar como ellos.

Me apoyo en el alto pilar y agacho la cabeza dejando salir todos los sentimientos de hoy. Seguido de eso, mis pestañas empiezan a pesar y un oleaje de sueño me invade.

Supongo que Sigurd tardará en llegas así que... no creo que pase nada por dormir un rato, no?

VisitantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora