Nieve

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Tras estar un par de horas estudiando el lenguaje de aquí, he conseguido entender frases cortas y sencillas; no será mucho, pero algo es algo.

—Parece que aprendes rápido, eso es bueno —me alaga H mientras cierra el libro

Sonrío orgulloso mientras asiento con la cabeza. La verdad es que con su ayuda todo es más fácil, no tenía nadie a quien preguntarle mis dudas del idioma. Puede sonar raro pero estoy sentado en el suelo, no es un sitio común para sentarse cuando tienes sillas al lado... pero me concentro más en este lugar. 

Se escucha como la puerta es abierta y seguido un portazo. El silencio vuelve a reinar en el lugar junto a murmullos a mis espaldas; recojo los lapiceros de carbón y al momento siento como algo revuelve mi cabello. 

Levanto la mirada viendo como Sigurd se sienta delante de mi, en la silla de enfrente. Apoya los brazos en sus rodillas dejando su espalda encorvada hacia adelante; le pregunta algo a H y luego voltea mirándome con curiosidad.

—Du har lært mye? (Has aprendido mucho?) —ve que mi expresión cambia a una confundida y suspira estresado agachando la mirada

—Qué le pasa, está bien? —le pregunto al de la cresta quien me mira entre dudoso y apenado

—Verás... llevas dos días aquí y Sigurd quiere hablar contigo, entablar conversaciones y poder entenderte. Él es muy curioso y quiere saber de tu cultura —me explica señalando con la cabeza al nombrado y haciendo movimientos con las manos— Y claro... como no os entendéis... su prioridad, a parte de tenerte a salvo, es que sepas nuestra lengua

Asiento con la cabeza viendo como levanta la mirada de nuevo.

—H, puedes traducir una cosa? —al escuchar un sonido afirmativo prosigo— Si quiere hablar conmigo, que espere un par de días más... es lo que tardaré en "entender" lo suficiente este idioma como para poder hablar. Ah! Y que de momento entiendo frases simples

Seguido de mi petición escucho la breve conversación entre ellos dos; H asiente con la cabeza y Sigurd me mira sonriendo con pena.

[ . . . ] 

Pasan las horas y H se va de la casa dejándonos solos con las sirvientas... aunque ellas están a lo suyo. Sigurd se ha puesto a trabajar con las armas, está afilando una detrás de otra y no quiero acercarme... no vaya a ser que salga yo herido.

Me he dado cuenta de una cosa: las noches son realmente largas aquí y casi todo el día es de noche. También que estudiar con H significa pasarte todo el día aprendiendo y cuando te das cuenta, ya a anochecido... como acaba de pasar.

Hoy hace un frío poco común; llevo dos días en la isla y siempre hace frío, pero no sabía que podían bajar aún más las temperaturas. Algo debajo de la puerta principal me llama la atención: hay agua colándose por debajo de la gran entrada. 

Camino con curiosidad y entreabro la puerta para ver fuera. Las sirvientas me llaman y me dicen frases que no llego a entender del todo pero en vez de girarme hacia ellas, mi atención se queda en lo que pasa fuera. 

Un paisaje blanco rodea las rocas, las copas de los arboles, los caminos... todo está cubierto por un tipo de manto blanco. Nunca vi algo así, en mi tierra casi nunca hacía frío y supongo que por esa razón nunca pude ver algo así de... 

—Brillante —susurro asombrado abriendo más la puerta

—Kai! —se escucha la voz con prisa de Sigurd a mis espaldas junto a pasos veloces

Me giro a verle con una sonrisa en el rostro, señalando hacia afuera. Él parece entender la situación y suspira con alivio acercándose a mí con una sonrisa enternecida por mi reacción.

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