Mjøsa

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Los kilómetros se van sumando con cada hora que pasa, solamente se escuchan los pasos pesados de los caballos junto al sonido de tintineo que crean los hierros que envuelven la boca de los tres equinos.

La voz de Sigurd acompaña estos sonidos junto a unos cuantos tarareos. Él va por delante tomando el control del "grupo" y yo voy detrás, siendo guiado por H quien está agarrando de las cuerdas delanteras de mi caballo.

—A dónde vamos? —le pregunto a Sigurd, que solo se gira a verme sonriente sin decir nada— Sigurd? H?

—Mjøsa —se limita a decir el rubio, galopando aún más rápido

Le miro realmente confundido ganando unas carcajadas por parte de H; él solo se ocupa de mantener su caballo al lado del mío y escuchar la pequeña conversación.

Nos quedamos en silencio y comienzo a escuchar ruidos de cuervos acompañados de las batidas de sus respectivas alas. El tiempo se va volviendo grisáceo y la temperatura va subiendo un poco, llegando a tener un clima cálido.

No me da confianza el paisaje: tierra seca y arboles talados o secos. Me encojo en el asiento mirando al rubio y al pelirrojo pero ambos están serios mirando hacia delante.

—H? —le nombro pero no obtengo respuesta— H dónde vamos? 

No me responde, ninguno lo hace; aprieto el mango que sobresale de la silla de montar y me enderezo sobre el animal. 

Comienzo a pensar en exceso sobre por qué me están llevando a un lugar desconocido sin decirme nada. Mi cabeza me hace una mala jugada y todo mi pensamiento empieza a girar en una idea: muerte

Niego con la cabeza intentando evitar creerme eso. Si fuese real, lo habría hecho el primer día... no? 

Pasa el tiempo y cruzamos un arco enorme echo por ramas de árboles. El olor a humedad inunda mis fosas nasales, la tierra es más fértil y verde con cada paso y se escuchan animales como ciervos y conejos a lo lejos.

En cuanto cruzamos esta estructura, el de "la cresta" suelta las riendas del caballo haciendo que yo las tome velozmente; pero no hace falta que haga nada ya que el equino simplemente sigue al ejemplar que monta H.

Confuso, levanto la mirada para encontrarme con un enorme lago. Un lago rodeado por verdes campos y seguido por una montaña. Lo que me asombra no es el hecho de ver tierra verde después de ese campo muerto que hemos dejado atrás. Lo que realmente me asombra es el agua ya que...

—Echa humo —susurro asombrado viendo el vapor salir de aquel líquido transparente

Ellos dos me miran enternecidos, viendo cómo hago un intento fallido por bajar del alto caballo para acercarme al humeante lago.

H al ver que casi me caigo, baja rápidamente de su equino para ayudarme a tocar suelo. Una vez mis zapatos tocan la alta hierba, camino paso a paso mirando hacia ese vapor hipnótico.

—Cuidado —escucho la voz protectora del rubio a mis espaldas, quién se estaba bajando también de su animal

Con el agua a un paso delante de mí, veo mi reflejo en esta junto a un calor suave pero agobiante por culpa del vapor.

De repente se escuchan gritos a mis espaldas, los cuales se acercan hasta pasarme y colocarse por delante. H estaba corriendo hacia el agua solamente con unas pieles que tapaban su cadera.

Tropieza al entrar al lago pero un sonoro suspiro de relajación nos hace entender de qué está bien.

—Ven Kai —llama el pelirrojo haciendo señas con la mano

Miro mi camisa y la levanto levemente dejando entrever una cicatriz. Vuelvo a bajar la camisa negándole a H su invitación.

Puedo hacerlo...

Meto los pies en el agua, notando una oleada de calidez recorrer mi cuerpo. Suspiro y me desprendo de la camiseta entrando con el pantalón recogido hasta la parte inicial de los muslos.

Estoy a unos pasos de la orilla y la profundidad llega hasta hundirme por debajo de las rodillas.

—Sigurd vamos! —grita H captando también mi atención

Me doy la vuelta viendo como el rubio acomoda y guarda bolsas en los bolsillos que portan las sillas de caballo. Este se gira a vernos haciendo un gesto con el que nos hace entender que esperemos.

A los pocos minutos se nos acerca, desprendiéndose de la ropa y quedando igual que H: solamente con ropajes en la cadera.

—Hey —me susurra el del pelo corto, dando pasos hacia mi posición No te enamores, él no vale la pena... Se queja por todo —se burla hablando en inglés para que el de trenzas no le entendiese

Le miro sin entender pero vuelvo mi vista al más alto, quién está con la vista fija en el suelo intentando no tropezarse al entrar.

A esto se refiere H?

Alto y pálido. No sé por qué no le noté antes esos tatuajes tintados en sus brazos. Le vi anoche sin sus capas de pelaje y pude apreciar su abdomen bien marcado junto a notorias cicatrices.

El rubio se acerca a mí, haciendo ese gesto ya característico de él en mí: acariciar mi pelo. 

—Qué ha dicho? —susurra en mi oído mirándome y luego mirando mal al pelirrojo

Niego con la cabeza avergonzado e intentando quitarle importancia pero el calor llega a mis mejillas por lo que, como reacción, giro mi cabeza hacia otro lado. El alto toma mi mandíbula entre su mano, apretando esta y obligándome a verle directamente.

—Sonrojo o calor? —pregunta Sigurd con una sonrisa en el rostro

—Calor —digo rápidamente haciendo que él se ría

De repente siento unos brazos en mi cintura, tirándome hacia atrás consiguiendo que caiga por completo al agua.

Cuando reacciono, salgo a la superficie escuchando las risas de H y viendo la mala mirada que le echa Sigurd al pelirrojo.

—Cabrón! —me quejo en inglés al mohicano arrepintiéndome en cuanto este levanta una ceja sorprendido

—Que ocurre? —se hace notar Sigurd fijándose en las expresiones del insultado

Nervioso, le hago una seña a H para que guarde silencio seguido de un "perdón" en voz baja.

—Me acaba de insultar —se chiva cruzándose de brazos haciéndose el dolido

Sigurd me mira sorprendido junto con un poco de enfado.

—Kai? —me llama el rubio dando a entender que no se esperaba eso

—El me tiró... —hablo lento intentando hablar en noruego pero no he estudiado las palabras— Y me ha empapado entero entonces me ha salido solo —hablo en inglés para expresarme aún sabiendo que Sigurd no me va a entender

El tatuado se queda en silencio esperando la traducción.

—Le he empujado y... a él le apetecía hacer eso y ya —yo abro la boca al ver su mentira y Sigurd levanta ambas cejas

Mentiroso! —corro detrás de H, quién ha comenzado a correr entre el agua riéndose

Dejamos a Sigurd atrás, dejándole entender la situación.

Menos mal que el lago no es nada profundo; H y yo corremos, uno huyendo del otro, por el gran charco siendo vigilados por un rubio sonriente.

Salimos del agua y nada más tocar la tierra, el pelirrojo se gira hacia mí tomándome de las muñecas para tirarme al suelo.

Aún haciendo fuerza, me hace una llave logrando que caiga al suelo de espaldas pero sin hacerme daño.

Me mira con orgullo desde arriba, agachándose y despeinado mi pelo mojado en modo de burla.

—Los dos, vamos —ordena Sigurd pasando por nuestro lado y entrando en un pequeño bosque

Me levanto viendo cómo H sonríe alegre y Sigurd tiene una mirada de nostalgia, ambos mirando al bosque de pinos.

Me acerco curioso y nos adentramos en el lugar.

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