Cabaña

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Cha... qué? —miro confundido al rubio viendo como este se ríe por mi desconocimiento

Te he dicho que son cosas nórdicas —me repite haciendo el amago de levantarse— Está anocheciendo, entra. Sigues con la ropa mojada

Cuando se levanta, me aprieta suavemente el moño y deja ver la marca de mi cabello mojado en su hombro. Me levanto detrás de él, siguiéndole hasta la puerta; donde le detengo pensativo, dándole un pequeño golpe en el brazo para llamar su atención.

Se gira y me presta atención, sonriéndome levemente. Mi cabeza empieza a pensar sobre lo último que ha dicho.

Entonces... si no fuera por las palabras de esa persona o cosa... no me habrías traído a esta isla? —le pregunto un poco decepcionado

Esa persona solo me avisa del futuro —explica de forma breve dejándome más confundidoMe lo hubiera dicho o no, ese viaje se iba a hacer y yo te habría encontrado

Me habrías matado si no hubieras hablado con esa persona? —veo que niega con la cabeza y yo le miro confundido— Por qué? Cuando me encontraste estaba realmente sucio y no valía nada como esclavo... ni siquiera lo valgo ahora

Me toma de la mandíbula con seguridad pero sin hacer daño, como si fuera una advertencia. Sus ojos se calvan en mi dejándome ver una mirada seria y profunda que me provoca un escalofrío.

En todo el viaje me olvidé de las palabras del viejo —me aclara seriamente, como si fuera un regaño— Te encontré, me llamaste la atención, te traje aquí, te doy cobijo y te doy comida. Estás a salvo y conmigo. Punto.

Me alegra que H me ayudase a estudiar en el camino al lago, sin ese tiempo aprovechado no podría hablar tan fluidamente con cualquiera de los dos. Aún así hay palabras que desconozco y que no salen en los varios libros de estudio que trajo el pelirrojo... por eso de vez en cuando necesito de su ayuda.

Ante el "regaño" de Sigurd, asiento con la cabeza logrando así que suelte mi rostro y siga caminando hasta el interior. 

Entonces... fue Dios? Él me dejó vivir y... —voy a seguir hablando pero el rubio me detiene

Quién te ha salvado soy yo, no él —aclara volviendo su voz un poco más grave— Tu "Dios" no existe en estas tierras y te aconsejo que no lo nombres frente otras personas, acabarías muerto

Me da un golpe suave en la frente con su nudillo, logrando hacerme algo de daño inofensivo.

En ese caso... te debo una... una muy grande, por salvar mi vida —le hablo viendo como inclina la cabeza pensativo

Ya veré qué hago contigo —habla irónico entrando en la habitación de la izquierda

Todo se queda en silencio y es cuanto H sale de la cocina sonriente. 

Me voy a dar una ducha —aclara yendo a la que supongo que es la respectiva puertaYo trabajo de guardián, no sirviente

Es casi lo mismo! —grita Sigurd desde dentro del cuarto

Como te dije, se tiene que quejar de todo —se burla susurrando para que él no le escuche

Miro su ropa; el pelirrojo solamente lleva el pantalón. Lleva la camisa en la mano desde que ha salido de la cocina al igual que las botas, las cuales coloca cerca de la puerta del baño.

El rapado entra por la puerta y me quedo solo en la sala principal, aprovechando para sentarme frente al fuego para calentarme. La cálida sensación de la fogata hace que cierre los ojos y disfrute del momento.

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