Su acento inglés bastante torpe me resulta extraño, ya que esa voz femenina me suena haberla escuchado antes.
Me desplazo con rapidez hacia la puerta metálica, viendo entre sus barrotes a...
—Eyra? —hablo sorprendido— Qué haces aquí? Sabes inglés?
—Verás, no eres el único que aprende rápido los idiomas —ríe dejando escapar un suspiro al final—. Que sepas que por tu culpa todo es más complicado
Me señala con un dedo culposo mientras termina de hablar con rabia. Expreso mi desconocimiento a través del rostro, entrecerrando los ojos sin saber a lo que se refiere.
—Portarte bien! Eso es lo que tenías que hacer únicamente —aprieta los barrotes con fuerza
—No entiendo...
—La taberna, todo tuvo que ir bien en la taberna! Pero llegó Sigurd junto al crestas ese y lo jodieron todo!
Un escalofrío por mal presentimiento recorre mi espalda avisando de un posible peligro.
—Axe debió llevarte con él —vuelve a elevar la voz mirandome con ira—. Y justo llegó el niñato pelirrojo para joder todo el plan!
Algo en mi cabeza hace un click y todo encaja en estos momentos.
El señor de la cocina.
Retrocedo paso a paso quedando a una distancia prudente, aunque la gran puerta ya hace de bloqueo. Nos quedamos en silencio y solamente se puede apreciar el sonido de su respiración atacada junto con la mía, las cuales únicamente son diferenciadas por el distinto estado de ánimo.
—Irás a la gran ciudad, bravo —aplaude con ironía—. Pero yo misma me encargaré de joderte todo el plan, como tú hiciste con el mío
—Cómo sabes... —abro los ojos atemorizado, por qué sabe tanto?
—He estado desaparecida... Para ti —ríe colocando los brazos nuevamente en el hueco de la puerta—. He estado buscando la forma de recuperar la idea anterior, Axe paga mucho por ti. Además el viejales da el dinero que haga falta por información
La información qué el cura conoce de mi semana en Noruega se lo ha contado ella?
Vuelve a reír, haciendo que resuene en todo el lugar como un eco malévolo. Está fatal.
Unos pasos alejándose me impulsan a moverme hacia la puerta metálica, viendo la figura de Eyra marcharse con gracia, claramente fingida.
Me alejo de la puerta volviendo a sentarme en la cama, analizando lo que acaba de pasar. Un sueño, en él estaba Sigurd. Despierto. Eyra aparece y está en la puerta. Todo lo que sabe el cura es posiblemente por su culpa. Ella quiere llevarme con ¿Axe?. Quién es Axe.
El ruido metálico desplazándose por el suelo llama mi atención, elevando la mirada para encontrarme con una bandeja llena de comida. Ni que fuera un perro.
[ . . . ]
Dejo pasar el tiempo pensando en cuantas horas habrán pasado ya. No me he movido de la cama, es más, me he tumbado en ella sin siquiera levantarme a comer lo que me han dado. Dudo si soy capaz de aguantar en este sitio cerrado mucho tiempo más, antes de que me lleven a Inglaterra para "curarme" o como quieras llamarle. Pero pensar en las palabras que ha usado Sigurd me ayudan a soportar esto, y eso que solo llevo un día.
Saber que Páris debe estar preocupada por mi desaparición logra crearme un malestar en el cuerpo.
La luz solar que entraba por mi "nueva" habitación se ha convertido en una tenue luz proveniente de un atardecer caído, el cual está siendo empujado por la luna.
El cuarto ahora se encuentra iluminado por un brillo azulado seguido por el ruido suave pero repetitivo de los grillos que comienzan a salir.
Nadie ha pasado por el pasillo, nadie. Solamente Eyra para gritarme y dejarme saber su próximo ataque y el sujeto desconocido que me ha traído la comida. Inspiro dejando llenos mis pulmones de aire frío, el cual suelo al cabo de unos segundos; la paz es algo que necesitaba, pero no en este contexto.
Sigurd dijo que el tratado sería dentro de poco, pero no tengo bien organizado el cómo iré allí y luego volver a por Páris, ya que ella no podrá ir puesto que no pinta nada en ese sitio.
Tras pensar mis métodos y no llegar a una conclusión concreta, el querer desahogarme por tanto estrés inunda mi interior de lágrimas. Las cuales no tardo en soltar mientras pego mis palmas a mis ojos, notando como se acumula el agua en ellas. No puedo llorar, debo seguir... Pero soy incapaz de soportar el cambio drástico de los acontecimientos.
Tuve miedo en aquel barco, pero él me protegió sin que yo lo supiera (aunque fui ahorcado). Llegué y él mismo se encargó de cuidarme, alimentarme y educarme. Conocí a un par de personas que nunca creí tener como amistad, sin contar mis sentimientos hacia el rubio. Engordé y ahora tengo un peso aceptable que el de melena veía tierno. Me enseñó sus lugares tranquilos y me dictó paso a paso como montar a caballo, eso último no se me da bien.
En una semana estuve más vivo que en toda mi vida.
Aquí, en cambio, mi existencia consistía en ocultarme en la vieja casa heredada, huyendo de las personas a las que robaba para poder alimentarme. No tengo dinero, lo tiene Páris. Soy visto como un sucio animal, incluso me están tratando como uno en estos momentos. El estar flaco y débil me llevó a recibir daños que ahora mantengo en la piel en forma de cicatrices.
En conclusión: si me dieran a elegir entre tener una semana de vida y poder vivir con Sigurd o tener una vida normal en este pueblo, sin duda elegiría la primera opción.
Cierro los ojos sonriendo con tristeza, dejándome llevar a un sueño profundo con el cual voy perdiendo el movimiento de mi cuerpo, notando cada vez menos de él. La movilidad se va limitando con cada nivel de sueño al que entro, llegando a un punto dónde ni siquiera soy capaz de mover un dedo.
Ahí es cuando a mí alrededor se presentan unas manos fantasmales, las cuales se encargan de rodear mi cuerpo y tirar. Como la última vez.
Pero algo no cuadra. Las "manos" con las que Sigurd me llevó al cuarto mágico ese eran de un tono amarillento, no azules.
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Visitantes
FantasiLas buenas noticias a veces vienen ocultas en algo desagradable. Las campanas suenan y eso no es bueno. Pero quién diría que dicho acontecimiento horrible me salvaría la vida. Todo gracias a las decisiones de un monstruo rubio proveniente del mar, i...