Despierto por el ruido de los pasos a mi alrededor, abro con cuidado los ojos con la intención de no llamar demasiado la atención. Me muevo un poco y noto algo sobre mí, algo cálido.
Me fijo y consigo ver un par de pieles arropándome, dándome esa sensación de calidez que desde hace un tiempo no sentía.
Mi vida en el pueblo consistía en robar para sobrevivir. Normalmente no poseía nada de valor y si lo tenía, lo vendía para tener de qué vivir. Tenía una casa, sí; una casa que heredé de un señor muy amable sin familia, dónde pasaba las noches en una cama completamente vacía. Hacía frío siempre, no tanto como aquí pero al menos tienen pieles que dan calor, fuego y a saber qué más... somos completamente diferentes.
Tomo los cueros entre mis manos, arropándome nuevamente con ellos sintiendo esa agradable sensación de calor. Me acomodo quedando de costado, apoyado en mi parte izquierda del cuerpo y observando lo que tengo en frente: el rubio, quién supongo que es el culpable de los pasos, se encuentra en frente de la pequeña hoguera que hay justo en el centro de la casa; sentado mientras corta algo que no llego a ver.
Clava el cuchillo con fuerza sobre una pequeña mesa que hay, haciendo que me asuste y dé un pequeño salto consiguiendo sin querer su atención.
—Gazelle... (Gacela) —me llama por ese nombre... ese nombre que me puso desde el primer día— Hvis du går for å late som det, gjør det bra (Si vas a fingir, hazlo bien) —ríe dando pasos hacia mí, yo reacciono tapándome con las pieles en busca de protección
Escucho los pasos cesar enfrente de mí por lo que espero a que haga su siguiente movimiento. El silencio inunda el hogar, cosa que me aterra. A los segundos noto una mano posarse encima de los pelajes y como respuesta ante eso, tiemblo y dejo escapar un grito leve por el miedo, siendo acompañado por una risa suya.
—Gazelle... —susurra con su grave voz a la vez que pasa la mano de un lado a otro— Kai —abro los ojos al escuchar mi nombre en su boca y le dejo ver mis ojos en el momento que muevo las mantas con sutileza para verle— Skal du holde deg skjult? (Vas a seguir escondido?)
Hago caso a la pequeña confianza que tengo en él y saco la cabeza con una mezcla de pereza y cuidado, ya que por las mantas y el fuego al lado, me daban una sensación de calidez que crean en mí un deseo de volver a dormir.
Sigurd, quien está sentado a mi lado esperando reacciones mías, mueve la mano desde las pieles hasta mi mandíbula; tomando esta con algo de fuerza y moviéndola de un lado a otro, inspeccionando mi rostro. Se fija en unas cuantas heridas que tengo debido a la huida de ayer y su cara refleja una mueca de molestia.
Suelta mi cara y se aleja tomando algo de la mesa y lanzándomelo; cuando lo recibo veo que se trata de una manzana. Miro a Sigurd con duda pero al ver que hace una imitación de morder algo, imito su acción y le doy un mordisco a la bola rojiza haciendo que mis tripas rugan alegres.
Disfrutando de cada bocado de la fruta, veo como el nórdico desaparece de mi vista y vuelve con algo entre sus manos. Me intento proteger con las pieles pero él es más rápido y me las cambia por lo que parece ser un libro de cuero. Confundido, abro y reviso las páginas viendo que hay cosas escritas junto a dibujos de diferentes objetos.
—Ku? (vaca) —leo en voz alta la palabra que se encuentra debajo de una silueta de una vaca pero mi atención se fija en otra cosa— S... Snø? (Nieve?) —miro al rubio con curiosidad, señalando un dibujo de color blanco
Este solo sonríe divertido sentándose en una de las sillas y mirándome atentamente desde ahí.
—Vi forstår ikke hverandre, så du må begynne med noe (No nos entendemos, así que hay que empezar por algo) —me dice señalando el libro con la cabeza
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Visitantes
FantasyLas buenas noticias a veces vienen ocultas en algo desagradable. Las campanas suenan y eso no es bueno. Pero quién diría que dicho acontecimiento horrible me salvaría la vida. Todo gracias a las decisiones de un monstruo rubio proveniente del mar, i...