Vida o muerte

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Más calmado tomo valentía y me levanto comenzando a caminar sin rumbo. Podría quedarme perfectamente ya que no me sé el camino de vuelta pero he escuchado unos aullidos que no me han dado mucha seguridad.

Los arboles no paran de rodearme; unos anchos y oscuros arboles que no tienen altura final. A lo lejos consigo escuchar voces por lo que, con ánimos temerosos, me encamino hacia ese lugar topándome con el pueblo.

Suspiro aliviado al haber encontrado el mercado... al menos no estoy solo en medio del bosque. Paseo entre callejones escondiéndome de los lugareños; un escalofrío recorre mi espalda al recordar la última vez que estuve aquí solo. 

Entre toda la multitud, por suerte o no, distingo la cara de un extranjero. Mejor dicho, de un señor de mi pueblo. Es un señor de mediana edad que vivía cerca de mi casa y me hizo pasar malos ratos; se encuentra atado de manos y su ropa está con agujeros por todas partes. 

Él gira su vista a mí y cuando me ve, corre hacia mí desesperado. Se mete en el callejón y me toma por los hombros, haciendo que yo me encoja de miedo debajo de él.

—Kai! —grita con voz esperanzada— Muchacho tienes que salvarme, sé que te he jodido con la diferencia económica y casi te mato varias veces... pero aquí estamos a partes iguales! —me zarandea mirando a los lados asustado— Por eso, porque solo nos podemos ayudar entre nosotros. Ellos, los que están paseando por aquí, nos van a matar uno a uno —aprieta mis brazos causándome daño— Y no quiero morir, entiendes? No quiero mor...

Su pánico se ve interrumpido por una mano en su hombro que lo obliga a retroceder, cosa que yo también hago al ver el rostro enfadado del vikingo. Este me mira de arriba abajo mirando fijamente mi cuello para seguido, tomar con fuerza al hombre y llevárselo con él.

—Kai... —es lo último que escucho por su parte antes de que reciba un golpe en la nuca y caiga al suelo

Veo quieto por el pánico como la enorme bestia carga al sujeto y se lo lleva diciendo palabras por lo bajo que supongo que serán maldiciones. Una vez se a alejado lo suficiente, me dispongo a continuar con mi búsqueda de la casa cuando, por el mismo sitio que se a ido el gigante, aparecen dos jóvenes de unos 16-17 años con lo que parece ser un machete. Ellos al verme, comienzan a reírse y a hablar entre ellos mientras se acercan a mí.

Oh no...

Corro en dirección contraria a esos dos, siendo perseguido. Sus gritos hacen que me estrese, no me conozco las calles como para salir huyendo. Cruzo calles, tropezando con gente del lugar que me gritan cosas que no tendiendo. Mi pecho no para de estar intranquilo consiguiendo que me quede casi sin aire; llevo mis manos a las paredes entre los cruces de callejones para impulsarme y aguantar lo máximo. Entre callejones, mi huida se ve fallida por mi tropiezo; unas ratas cruzan por delante de mí haciendo que mueva los pies intentando no pisarlas, ocasionando mi caída. 

Los dos sujetos no tardan en llegar, dándome patadas a los costados evitando que me levante. Mis pulsaciones arrítmicas y mis ojos aguados no me dejan pensar con claridad en este momento. Mi hiperventilación se corta en el momento en el que siento algo desgarrar mi costado derecho, sacándome un grito doloroso junto a un mar de lágrimas.

—Jaktet (Cazado) —gritan a la vez, estallando en risas y corriendo en dirección contraria, desapareciendo del callejón

Me apoyo como puedo en una pared cercana, llevando mi mano a mi costado notando como está se llena de líquido rojizo que no para de salir; nauseas inundan mi mente al ver como mi mano, la cual aún siendo de color morena, se llena de esa sustancia llena de distintos tonos de rojos debido a dónde está colocada la herida.

Elevo la cabeza chocándola con  la pared, evitando derrumbarme más de lo que estoy ahora. Mi mente solo se concentra en Sigurd y en Dex. ¿Seguirá ese monstruo en casa? ¿Dónde estará Sigurd? ¿Por qué tuve que salir si podía esconderme en alguna habitación?

Mi cuerpo comienza a temblar anunciando la llegada del frío. Como no sé si es por mi falta de sangre o porque estaba anocheciendo, mi mente comienza a sobre pensar.

Mi cabeza da vueltas, no puedo pensar con claridad. Al estar cerca de lo que parece el mercado, aún siendo de noche, se puede escuchar a la gente caminar por las calles, los animales comiendo, las armas afilándose... Al menos el ruido me mantiene despierto.

Mi vista falla. Esto no es bueno. La ansiedad recorre mis venas dando la voz de alarma sobre mi malestar por la herida. Me sigo desangrando, han pasado los suficientes minutos como para que mi piel morena se blanquee por la falta de sangre. Intento desesperado moverme, pero el cansancio me puede.

Cierro los ojos cansado. Supongo que ya está, se acabó? 

...

—KAI! —se escuchan gritos desesperados fuera del callejón, es una voz grave

Entreabro los ojos girando la vista hacia el lugar de donde me nombran. No veo nada, solamente una silueta borrosa parada en medio de la calle siendo iluminada fugazmente por lo que creo que es un farolillo. 

—Gazelle! —vuelve a gritar esta vez con un todo rendido. Veo como baja la luz lentamente, mirando hacia los lados y dándose la vuelta para irse

Gazelle... gacela... Sigurd.

Solo él me llama de esa forma. Solo puede ser él. 

Con esperanza y desesperación, intento mover las cajas de madera que tengo delante mía. Mi cuerpo no reacciona, en cambio, un oleaje de dolor me inunda. 

Vuelvo mi vista borrosa hacia él, se está yendo con mi nombre siendo repetido con preocupación. Se va y no puede irse, estoy aquí. Lo intento de nuevo, fracasando otra vez y recibiendo la misma sensación.

No le veo. No consigo verle desde este callejón. Doy mi último esfuerzo, casi sin fuerzas y sintiendo prácticamente casi ninguna parte de mi cuerpo.

Se ha movido. La caja, la he movido un poco.

Con el golpe dado, agacho la cabeza sintiendo el poco aire llegar a mis pulmones. Pasos curiosos pero apresurados se escuchan acercándose, seguido del tintineo de un farolillo siendo agitado con prisa.

—Kai? —la voz se adentra en la oscuridad en la que me encuentro, alumbrando mi cara con esa esperanzadora luz— Takk til Odin... Kai, kan du høre meg? (Gracias a Odín... Kai, puedes oírme?) —me pregunta bajo la luz artificial haciendo un gesto en su oído

Niego levemente con la cabeza, no escucho apenas y su voz, aunque sea grave y fuerte, la escucho como un susurro. Su mano me da golpes cariñosos en el rostro intentando captar mi atención, pero cada vez que intento levantar la cabeza, su peso me obliga a bajarla.

—Kai, se på meg (Kai, mírame) —habla preocupado alzando mi cabeza y sosteniéndola entre sus manosKai please —me suplica en mi idioma dando golpecitos en mis mejillas

Dejo caer mi cabeza sobre su hombro, cerrando mis ojos. Mi cuerpo se siente como una pluma fría, cosa que con las manos de Sigurd las cuales están calientes, crean un sentimiento adormecedor en mí. Sus manos me toman con cuidado, alzándome y cargándome para llevarme lejos de allí.

No puedo resistirlo más y me duermo... dejándole a la suerte si seguiré vivo o no.

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