Caigo de pie en un lugar oscuro, sin poder visualizar nada a mi alrededor. Bajo mis pies e incluso pasando sobre ellos noto agua moverse al estilo de unas olas calmadas.
No se escucha nada. Todo está en completo silencio, el cual está guiado por unos puntos amarillas casi blancos frente a mí que crean una ilusión de ser estrellas, cada uno a una distancia distinta que el otro.
Algo en mi interior bombea pidiendo que avance y llegue para poder tocar aquello que flota en el aire. Con cada paso dado el oleaje se vuelve más y más intenso, llegando a un punto donde golpea con fuerza mis gemelos logrando que me desestabilice y me sea más difícil avanzar.
Seguido de unos cuantos metros dados con dificultad, logro llegar al objetivo que deseaba mi cuerpo: enormes bolas brillantes de las cuales salen formas puntiagudas a modo de pinchos. Algo extraño.
En el interior de cada una logro ver relojes de arena con notorio tamaño, ocupando casi toda la altura de una forma espectral. Llego a descubrir en su interior distintas imágenes borrosas de un mismo niño, el cual en la mayoría se le puede apreciar la falta de alimento en el cuerpo junto a una expresión temerosa en su rostro.
-Ves algo? -una voz calmada habla tras de mí
Me giro encarando al sujeto con velocidad, bajo un silencio del cual solo se escucha el chapoteo del agua por mi movimiento brusco.
Un hombre. Pelo corto de color castaño, seguido de unas pupilas con el mismo tono. Alto con tatuajes en sus manos. Lleva una camisa de tela simple abrigada por unas hombreras con piel de animal; su pantalón del mismo material que la parte superior es resguardado por unas tobilleras de lana, las cuales a través de cuerdas se soportan con firmeza en su lugar. En sus palmas, a pesar de sus tatuajes azulados, puedo distinguir un guante que solo tapa un único dedo informándome de que es un arquero.
El hermano de Sigurd.
-Te dije que iba a hablar contigo -su voz transmite diversión-. Lamento la tardanza
Está sentado encima de un gran reloj de arena, el cual es creado a base de hielo. Por qué este lugar es tan extraño y complejo?
Mis piernas curiosas dan varios pasos avanzando hacia él. Ante eso su mirada no desaparece de mí, elevando la comisura de sus labios para demostrar una sonrisa agradecida.
Al verle más de cerca, se posiciona con ambos codos apoyándose en sus piernas.
-Me recuerdas? -asiento con lentitud ante su pregunta- Tienes buena memoria, ojalá la mitad de los nórdicos que conozco la tengan
Río tapando mi boca al escuchar tales palabras, obteniendo un jadeo asombrado por su parte.
-Oh, no me malinterpretes, no soy tu amigo -corta la diversión-. Pero puedo ser un compañero útil para ti
Su puño se cierra chocando contra su mejilla izquierda, mirándome pacientemente. Yo no puedo evitar expresar un rostro extrañado; claramente se me olvidaba con qué tipo de persona estoy hablando. A pesar de ser el hermano de Sigurd, no quita el hecho de que sea un vikingo más.
Entrecierro los ojos sin poder evitar morder la piel del labio inferior con algo de fuerza, intentando controlar el pánico que me ha entrado por unos segundos. Nunca me acostumbraré a los vikingos ajenos.
-Tengo tu compañerismo -repito en voz baja-. A cambio de qué?
Esa pregunta no le pilla por sorpresa, ya que nada más formularla él ríe en gran volumen.
-Chico listo -murmura a la vez que aplaude al aire
Terminando el último choque de palmas recibo un temblor en la parte baja de mis pies, emergiendo del agua una plataforma rara que me eleva en el aire.
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Visitantes
FantasiLas buenas noticias a veces vienen ocultas en algo desagradable. Las campanas suenan y eso no es bueno. Pero quién diría que dicho acontecimiento horrible me salvaría la vida. Todo gracias a las decisiones de un monstruo rubio proveniente del mar, i...