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Relax

Páris mueve los brazos de lado a lado sin control alguno de sus sentimientos. Contarle sobre mi semana con Sigurd ha hecho que se emocione como si ella misma lo hubiera vivido.

—Me estás diciendo... Que un guerrero de otro lugar ha venido a arrasar Inglaterra, te ha visto y te ha llevado a su ciudad? —vuelve a contar la historia, a lo que asiento— Y te cuidó en su casa, enseñándote su lengua y tratándote como un igual... No como un esclavo

—Sí, aunque hubo veces en las que me vi obligado a "actuar" como uno —me sincero entrecerrando los ojos dubitativo

—Alguna vez dijo algo extraño? —inclino la cabeza al escucharla sonriente— Ya sabes, algo que no entendieras por qué lo dice

Me mantengo en silencio recordando la cantidad de veces que Sigurd habló de cosas que no entendía. Todo aquello era porque no conozco su cultura y ahora tengo curiosidad... Pero algo en específico?

—Bueno... —comienzo, llamando su atención— Hace unos días dijo algo por lo que me llamó inocente

Da unos pasos hacia mí al escuchar la última palabra, mostrando curiosidad por el contexto.

—Me comentó que otra persona estaba desayunando doble. Es algo estúpido y pensé que era típico de allí, entonces me comentó que últimamente tenía ganas de ello —hago gestos tímidos con las manos—. Y dijo que le pasaba desde que nos encontramos...

Su expresión cambia a una de incredulidad al reflexionar por unos segundos. Ríe sorprendida, tapando su boca con una mano sin poder creer lo que digo.

—Kai! —me llama con melodía— Él quiere... Mi señor! —no termina la frase, negando con la cabeza

Se da la vuelta y camina por la casa, riendo nerviosa. Se acerca de nuevo y coloca sus manos en mis hombros, quedando a una distancia corta pero con espacio personal suficiente como para estar relajado.

—Él quiere llevarte a la cama... —ve mi expresión desconcertada— Ya sabes, relaciones. Y no entendiste su referencia

Al recapacitar en lo dicho, los colores no tardan en llegar a mis mejillas tornándose en un color rojizo. Niego varias veces con nerviosismo, obteniendo movimientos afirmativos por su parte.

—Le gustas?

—Creo que sí —tartamudeo notando mi cuerpo temblar—. Pero eso no tiene nada que ver

—Como que no? Además no me extraña, menudo partido se ha llevado —bromea alejándose unos pasos—. Aunque el que va a acabar partido vas a ser...

No la dejo terminar cuando le golpeo suavemente en el abdomen. Ella ríe encogiéndose, sabiendo los efectos que tiene eso en mí.

—Se supone que solo te iba a hablar de él, no de lo que quiere —murmuro acercándome a la cocina

Tomo un vaso de agua del cubo recién llenado, dándole sorbos lentos mientras miro atentamente a la muchacha.

Detiene su risa terminando con una pequeña lágrima despegada rápidamente de su mejilla. Su figura doblada poco a poco se va enderezando de nuevo, volviendo a conectar miradas.

—Y la tuya? La chica esa? —pregunto buscando más información

Hace un gesto indiferente con los hombros, haciéndome saber que no va a decir nada de ella.

—Hemos quedado en que nos contaríamos mutuamente!

—Pero no tengo mucho que contar, comparado con tu semana de aventuras... —hace un chasquido con la boca a la vez que guiña un ojo