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Otro día más

Despierto en lo que parece ser medianoche, el frío se hace notar creando en mi una sensación de congelación. Estoy tumbado casi en forma de estrella si no fuera porque tengo la mano izquierda en el pecho; Sigurd no se encuentra conmigo y aunque tenga los ojos aún cerrados, lo sé porque no noto ni su presencia ni su peso en la cama. 

Lo único que escucho son murmullos al otro lado de la puerta, no las distingo pero son un hombre y una mujer.

Narra Sigurd:

Ya es medianoche y Kai todavía está descansando; en cuanto se durmió, me quedé un tiempo para vigilar si estaba bien y al confirmarlo salí para hablar con alguna de las sirvientas y como Eyra, una de las más jóvenes, sabe de medicina... podría ayudarme.

—Tenemos problemas... —escucho a la nombrada detrás mío, en medio del pasillo y con la vista puesta en mi habitación la cual tiene la puerta entre abierta-

Al segundo entiendo que habla del pequeño, por lo que camino rápidamente hacia ella con la intención de saber qué pasa.

—Está mal? —pregunto con preocupación, mirándola fijamente

—Sí... se está mezclando el frío helado de la noche con la herida —habla con disgusto— Y para colmo, la herida le había dejado débil

—Sobrevivirá? Es lo único que necesito saber 

—Necesita calor y medicinas —me explica mientras tiene la vista fija en el chico— El mercado está cerrado ahora, mi señor y no puedo ir a por las plantas y medicamentos que necesito para sanarle...

—Entiendo —suspiro estresado pasando mis dedos por el pelo para desestresarme— Desde que ha llegado no le han pasado cosas buenas. Llegó Dex y le hizo daño dos veces, en la cual una casi fallece y ahora está terriblemente enfermo —me quedo unos minutos pensativo— Cuando se cure voy a llevarlo a Mjøsa

—Vas a llevarle allí, mi señor... por qué?

—Le iba a enseñar el mercado alguno de estos días, pero casi muere dos veces —e explico costándome sacar las palabras— Así que, para que tenga un momento de tranquilidad le llevaré allí. Verá que no todo lo que hay en la isla es terrorífico 

—Se llevará a H? 

—Necesito un traductor, así que sí, me lo llevaré 

Nos quedamos en silencio. Abro la puerta un poco más para poder ver al pelinegro descansar aunque está haciendo sonidos de quejas. Camino adentrándome en las cuatro paredes y me siento cerca de él, pasando como siempre mi mano por su pelo.

Se me hace curioso porque es el único con pelo tan oscuro en todo Noruega. Aquí somos o rubios o castaños... hay algún pelirrojo como H pero no hay gente con el pelo tan negro, es como si su pelo estuviera hecho de un carbón que brilla a la luz del sol.

—Mi señor, es mejor de descanse junto al chico —habla Eyra en bajo desde la puerta, cerrando poco a poco esta— Es medianoche, Kai necesita calor y usted no ha descansado en todo este día 

Miro a Eyra y luego a Kai, viendo como este se remueve tiritando en la cama. Dudo unos segundos y le asiento a la chica dándole a entender que me voy a quedar a "descansar".

—Lo intentaré. Vosotras descansar y hacer turnos por las noches, no quiero que cualquiera entre por aquí —indico colocándome en la misma postura en la que estaba cuando el pelinegro estaba despierto

Cuando ella se va, me dejo deslizar hasta colocar la cabeza en la almohada. Me giro hacia la izquierda, apoyando todo mi peso en el brazo de dicho lado encontrándome con una gacela durmiendo, aunque no plácidamente.