"LOUD"
→ Segunda parte de 'Mute'.
Es sumamente necesario leer la primera parte para entender esta segunda.
"Si ese era el mundo, era muy ruidoso."
Esto tiene angst (más que otra cosa)
•Contiene lemon/?/sexo explícito, pero hay advertencias para quie...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Por la mañana, con Tzuyu de mal humor por ser pateada y destapada por Sana por toda la noche, desayunaron las cuatro juntas, aunque la mayor no tenía ganas de estar con nadie, dejó sólo a Momo acercarse y la pelinegra le hizo mimos en un intento de que se relajara un poco.
La abuela Park desayunó con ellas, y no pudo evitar comenzar a hablar de la pequeña Jihyo hasta avergonzar a la castaña.
Habló también de Sana, y de como siempre fue la mejor amiga de Jihyo incluso de pequeñas, y que era la chica más fiel que su nieta se podría haber conseguido.
Sana no podía sentirse más halagada, sonriendo ampliamente, por otro lado, Jihyo se sentía avergonzada, y tenía las mejillas rosadas de vergüenza, a pesar su abuela no había dicho nada malo.
-¿Quieres que vaya a buscar los álbumes? —preguntó la mujer, haciendo que Sana se emocionara, y a su nieta comenzar a pedir piedad.
Para ese punto, Tzuyu estaba tan divertida con la situación que su mala cara había quedado atrás, y reía con gracia por las suplicas de Jihyo, ignoradas por la señora que salió de la sala para buscar las fotos.
Momo pinchó el brazo de Tzuyu, reclamando atención.
La pelicorto se volteó hacia ella inmediatamente.
-Medico-- Momo negó, sabiendo que estaba diciendo mal la palabra— Medica-mentos— se corrigió.
Tzuyu tardó un segundo en recordar.
Miró la hora con preocupación, faltaban una media hora para las once, y poco más de una hora y media para que Momo tomara los remedios.
-Terminemos el desayuno y llamaré a mamá para que nos lleve- dijo Tzuyu, refiriéndose a la señora Hirai-. ¿Los tienes en casa, no?
Momo asintió.
-¿Qué medicamentos?- preguntó Sana, de chismosa, mirando a ambas como si escondieran un jugoso secreto.
Tzuyu miró a su novia, como pidiendo permiso para decirlo, aunque la pelinegra negó.
