Treinta y cinco

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-Chewy, Moguri- la señora Hirai interrumpió la conversación de las jóvenes, haciendo que las cuatro se voltearan a verla, la mujer les hizo una seña para que se acercaran, saliendo del comedor, para ir hacia la puerta, seguida por las dos jóvenes.

Ya lejos de las otras chicas, la mujer se dignó a hablarles, mientras se acomodaba su abrigo.

-Nosotros ya nos vamos, niñas- dijo-, quiero que la pasen bien, y disfruten mucho- añadió, su mirada pasaba de Momo a Tzuyu.

-Pero... ¿Por qué no le dice eso a sólo a Momo?- preguntó la pelirroja, con una idea de la respuesta pero incapaz de creer que la señora Hirai diría algo así.

Por otro lado, Momo no entendía a que se referían, su madre ya le había dicho lo mismo más temprano, y ahora se lo repetía.

La señora Hirai soltó una carcajada divertida por ambas chicas.

-Volveremos mañana, luego del desayuno- dijo, en vez de responder-. Así pueden hacerlo tranquilas- les guiñó un ojo, sonriendo de forma pícara.

Tzuyu abrió los ojos con sorpresa, su madre postiza en verdad estaba hablando de lo que creía.

Momo se ruborizó completamente en pocos segundos, cubrió su rostro con sus manos con vergüenza, no podía creer que su madre se refería a eso.

La señora Hirai rió por sus reacciones, se despidió con un beso en la mejilla de ambas, abriendo la puerta al ver que su marido ya estaba listo.

Hasta el señor Hirai palmeó el hombro de Tzuyu como si le diera ánimos, y antes partir le extendió un pequeño paquete que Tzuyu no reconoció hasta que lo tuvo en sus manos, ruborizándose.

-Entre dos mujeres no ocurre un embarazo, pero por las dudas- dijo, y lo escuchó reír aún luego de salir de la casa, cerrando la puerta a su espalda.

♡Loud²~MotzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora